Hoy se encuentra en el convento de «La aldehuela» en Perales del Río, donde recibió Santa sepultura y donde permanece enterrada. Fue la valedora de muchas personas que vivían en la indigencia en los alrededores de Perales del Río, y concretamente, en el Ventorro, donde construyó las primeras casas prefabricadas para ellos a través de su querido don Luis Hernández, párroco de Perales del Río, y que posteriormente, colaboró intensamente también, con el propio don Luis, en la construcción y promoción de 341 viviendas unifamiliares, adosadas para los chabolistas que vivían en el Ventorro y trabajadores de la zona de Perales del Río.

Esa fue una gran obra que ella bendijo y que aún permanece dando cobijo a los hijos y nietos de aquellas personas que optaron a una de aquellas viviendas.

Yo tuve la suerte de participar en aquellas promociones y de entregar todo lo que llevaba dentro a la causa de proteger a las familias que vivían en condiciones infrahumanas.