FIESTA DEL ÁRBOL EN PARACUELLOS
POR LUIS YUSTE RICOTE Y JAVIER NÁJERA MARTÍNEZ, CRONISTAS OFICIALES DE PARACUELLOS DEL JARAMA (MADRID)
Gracias a la información que nos suministró la asociación PARVA-Paracuellos nos ha resultado curioso y sorprendentemente agradable, descubrir que la conciencia ecológica no es una cosa del presente. Siempre hemos pensado que el cuidado de la naturaleza, su conservación y mantenimiento, es cosa de las sociedades modernas e industrializadas que ven como los espacios verdes disminuyen en pro del progreso. Sin embargo, esa preocupación por la conservación de los árboles, principales proveedores de oxígeno del planeta, ya fue fuente de desvelos en los siglos pasados. Y España fue pionero en su regularización, promoviendo leyes de conservación y reforestación. Quizás preocupados por el alarmante descenso de los bosques en siglos pasados, esquilmados para la industria naval, la construcción y calefacción de casas o el uso doméstico, así como para la alimentación con la apertura de pastos con el mismo fin.
El primer día del árbol en España, está documentada, como la celebración con una fiesta dedicada los árboles, con imitación de otros lugares del mundo. Fue en 1805, en la localidad extremeña de Villanueva de la Sierra (Cáceres), a raíz de una iniciativa promovida por el párroco del lugar, D. Ramón Vacas Rojo; una celebración que se mantiene en la actualidad en este lugar de forma anual cada 22 de mayo, declarada Bien de Interés Cultural inmaterial.
Las fiestas del Árbol en nuestro país se extendieron a raíz de esta, en Madrid se instituye en 1897 en Ciudad Lineal a través de la Compañía Madrileña de Urbanización (C.M.U.). Una fiesta muy popular a lo largo de los años y derivó no solo en celebrar el amor y respeto a los árboles, sino que escuelas y alumnos organizaban actos especiales por el Día del Árbol e incluso competiciones deportivas, además de crear un vivero en el que se llegaron a plantar más de 100.000 árboles. Aunque la primera documentada en Madrid fue un año antes, el día 26 de marzo de 1896 en el Cerro del Centinela, hoy Pinar del Rey. La Biblioteca Regional cuenta entre sus fondos con un curioso recuerdo de dicha celebración, un conjunto documental formado por: el programa de la Fiesta del Árbol; la invitación de la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Madrid a la celebración de la Fiesta del Árbol, con un plano del lugar de plantación; la carta de la escuela, Fundación de Aguirre, solicitando la autorización de asistencia para uno de los alumnos a la Festividad del Árbol y la medalla conmemorativa que debían lucir todos los niños asistentes. Tuvo una gran acogida, con una afluencia estimada de más de 40.000 personas, y destacadas publicaciones de la época, dieron cobertura a tan destacada iniciativa. Sin embargo, quedó sin continuidad por las críticas recibidas al considerarse excesivamente caro.
Por Real Decreto del 11 de marzo de 1904 fue cuando se instauró la Fiesta del Árbol con fines repobladores y educativos. Aunque no fue hasta el 5 de enero de 1915 cuando por fin se instauró en todo el territorio español, según Real Orden del Ministerio de la Gobernación y del Ministerio de Fomento, de modo que cada ayuntamiento tiene que fijar el día de celebración mediante sesión ordinaria del pleno municipal. Y destinar una partida para su celebración. Es una ley obligatoria y no derogada. Luego, y tras la recomendación del Congreso Forestal Mundial de celebrar un Día del Árbol junto al Día Internacional de los Bosques en 1969, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en 1971 aceptó esa recomendación y estableció el 21 de marzo para celebrar el Día del Árbol, fecha que seguimos celebrando en España, aunque no así en otros países que han decidido por diversos motivos celebrarlo en otros momentos.
En Paracuellos la primera noticia que tenemos sobre este tema es una carta enviada por el alcalde el 24 de noviembre de 1847 al gobernador de la provincia solicitando algunas medidas de repoblación. No tenemos más constancia que la respuesta que dio el gobernador a la misma el día 31 de enero de 1848. Estamos probablemente ante la primera de las políticas de reforestación de las márgenes del Jarama que propuso el alcalde al gobernador, aunque el objetivo principal no fuera la reforestación y sí dar algún sustento a familias muy necesitadas. En la carta, el gobernador solicitaba le fuesen dadas para su aprobación las cuentas del sobrante de consumos de ese pueblo y de cuyo saldo saldrían las cuantías destinadas para la plantación de Chopo y Zarza en las márgenes del rio, como proponía el alcalde.
Y lo último que tenemos, es una pequeña reseña de una revista pedagógica llamada: La Escuela Moderna del 21 de marzo de 1926 en la que se menciona la celebración por parte de los maestros, profesoras, niñas y niños: Organizada por los maestros de Paracuellos de Jarama (Madrid), don Buenaventura Puerta y doña Escolástica Riera, tuvo lugar con gran entusiasmo en dicho pueblo la plantación de árboles, a cuya fiesta ha contribuido el vecindario para darla el mayor esplendor posible. Las autoridades han concedido a estos distinguidos compañeros un voto de gracia.
No siempre fue una fiesta de interés general. La falta de recursos destinados al evento a consecuencia de la desidia de las autoridades locales fue la queja principal entre el funcionariado local. La Guerra civil y la posterior escasez de recursos, hizo que cayera en desuso hasta bien entrado la democracia. La ley no ha sido derogada, así pues, tenemos una buena excusa para cumplir la legislación. Hemos de agradecer los esfuerzos de los vecinos de forma individual o asociativa, que en los últimos 20 años se han dedicado a realizar repoblaciones como la del pinar del parque del cohete, las múltiples del sector 1 o las repoblaciones en el lavadero; así como a las empresas que han aportado plantones con este fin o realizado tímidas repoblaciones. Insistimos, es una ley de obligado cumplimiento y no derogada.
Desde nuestra perspectiva de los convulsos tiempos modernos que nos ha tocado vivir, con un calentamiento global en marcha, junto a la presión antrópica que ejercemos genera intensos incendios forestales. Hay que dar un toque de atención en la poca financiación para su regeneración de nuestros políticos municipales para el rescate del cumplimiento de la ley. Es de todos conocidos la amputación en la poda anual que han llevado a la desaparición de ejemplares. Añoramos los talleres de creación de empleo que formaron a personas con el fin de ejercer la jardinería y que posteriormente no se emplearon como se debía. Una verdadera fiesta del Árbol, colectiva, en todo el termino municipal, con implicación consistorial y vecinal, con la implicación de asociaciones y comunidad educativa. No un acto simbólico en espacios verdes existentes que deberían repoblarse por los operarios de jardinería. Lo ideal, en la medida de lo posible sería realizar reforestaciones con especies autóctonas y variadas, aunque toda iniciativa es bienvenida. Por esto debemos de conocer y poner en valor la necesidad de recuperar y fomentar su celebración.
La concienciación entre los vecinos ha de ser total. Por eso este día debe de cumplirse la legislación vigente, fomentarse y aplaudiremos cualquier iniciativa para su recuperación. Nos va la vida en ello junto al futuro de nuestros hijos.
Javier Nájera Martínez y Luis Yuste Ricote.
Cronistas Oficiales de Paracuellos de Jarama.
