POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Sigo al Open Arms, cuya presencia en el Mediterráneo pretende ayudar a quienes buscan Europa para huir de la guerra y la pobreza. Ante la negativa del ministro Salvini a permitir el desembarco en Italia de los 107 inmigrantes, nuestro Pedro Sánchez ofreció los puertos españoles, pero la ONG los rechazó, quedan demasiado lejos; a Sánchez sólo le falta ofrecer el Consulado de España en la isla de Lampedusa, a 800 metros del barco; cualquier cosa menos acamparlos en la Moncloa o llevarlos al piso que dejó vació para residir en Moncloa. Y los que apoyamos al Open Arms tampoco meteríamos en casa a los sin techo ni cena que pululan por nuestro barrio. Dickens, en “Casa desolada”, a ese síndrome de quienes somos sensibles a las penalidades de África y del Lejano y Medio Oriente pero indiferentes a las desgracias del próximo (más que del prójimo), lo llama filantropía telescópica.
Fuente: https://www.lne.es/