POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

Pues, bueno, hoy voy a empezar mi comentario con dos coplillas, ya muy antiguas, que algunos de ustedes recordarán y quienes no, pues que se rían con ellas.

Dicen así:

«Para segadores, Nava;
para pucheros, Ceceda.
Para danzar y dar palos
en el Coto de Noreña.

En Infiestu son magüetos;
en Coya, republicanos;
en Ceceda son plebeyos;
y en Nava somos villanos.

¡Qué curioso!

Tanto una copla como la otra inciden en un rasgo característico para las gentes navetas de Ceceda (les recuerdo que Ceceda es parroquia que pertenece al municipio de Nava-Asturias- concejo sidrero por excelencia).

Nos hablan de una comarca PLEBEYA; es decir de las gentes vecinas de un pueblo, trabajadoras del campo, donde no destacan hidalgos ni nobles; gentes bien alimentadas, que comen en PUCHEROS, pues como escribía fray Juan de Pineda (siglo XVIII) «gran comer es buena olla y para gente de familia mucho cumple y abastece.

Pues ahora les cuento otra historia.

Allá, en tiempos anteriores a la guerra civil, Francisco González, Pancho, fundó en Ceceda un «bar-tienda» que llamó CASA PANCHO.

Nombre y negocio que se mantuvieron tal cual hasta que, ya en la segunda mitad del siglo XX, su hijo Nicolás («COLO») y su esposa Lola los transforman en restaurante y le dan el nombre de CASA COLO.

Actualmente es Loli González -para todos sus amigos «Loli Colo»- quien lleva las riendas del establecimiento, famoso por su buena cocina, sus instalaciones, su amable trato al cliente… y por sus FILETES AL QUESU, tanto y tan bien promocionados desde, aproximadamente 1970.

¡Aquí quería yo llegar!

¿Qué son los filetes al quesu»? O «al queso», si prefieren decirlo así.

¿Recuerdan que el otro día les explicaba la vieja costumbre de
«embadurnar» filetes con queso para disimular un posible «retraso» de esa carne guardada en la fresquera?

Pues a lo mejor lo que hicieron Lola y Colo, retomando antiguas tradiciones, fue «modernizar» en calidad e ingredientes lo que antaño era «alimento de plebeyos». Y, claro, salió un plato de hidalgos y nobles.

¿Qué cómo se hace?

Extiendan, aplastándolo muy fino, un buen filete de ternera asturiana; úntenlo por una cara con una capa fina de queso fundido; sobre ella coloquen una loncha de jamón (o dos, si es preciso para cubrir), apretando para que «pegue» bien el queso.

Pasen por pan rallado, huevo batido y de nuevo pan rallado.

Frían en abundante aceite muy caliente, cuidando que el jamón esté hacia arriba.

Sirvan con patatas fritas, ensalada de lechuga, pimiento y un espárrago.