POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA
Días pasados se ha inaugurado en el complejo Valbusenda la exposición de pintura del artista zamorano Guillermo Alonso Muriel, del que ya tenemos como referencia muestras inequívocas de su sensibilidad como escultor captando la personalidad del retratado. Nos ha sorprendido con esa veintena de cuadros y cada uno de ellos constituye una auténtica lección magistral sobre la filosofía del color.
Nos ofrece una armonía casi perfecta en la que nada sobra y todo está en su lugar. Cada color bajo una forma distinta cala y llega, siendo el mismo, como si su entorno hubiese sido capaz bajo la genialidad del artista de cambiar su personalidad. Hay algo muy concreto y preciso en el estilo y en los caracteres de esta pintura de Guillermo, y no es otra cosa que ese sabio dominio del color bajo la multitudinaria combinación de las formas que no ofrecen nada concreto y todo cuando eres capaz de calar en el conjunto armonioso y bello que te ofrece en cada uno de ellos.
Solo un artista que lleva dentro esos genes vivificadores y activos del arte es capaz de emocionar y llegar tan lejos cuando con los pinceles y el lienzo nos embelesa mirando sus geniales creaciones o cuando con el barro modela y capta con magistral habilidad y maestría, no solo el retrato sino también esos otros atributos, maneras y hasta estilo del mismo.
Una manifestación cultural del mecenazgo Valbusenda de primerísima categoría, que servirá de apertura al Concurso de Pintura con tres premios y dos accésit que se hará público en breve, constituyendo una meta importante con los sesenta y seis aspirantes a tan singular concurso por las características temáticas del mismo. El mecenazgo cultural crece y aumenta con fuerza y vigor, señal inequívoca de que fuerza hay y existe, solo hace falta ponerla en marcha de manera ordenada, seria y responsable.
Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/