POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

¿Me perdonan, amigos míos, si inicio mi comentario de hoy con un texto latino?

¡Vamos con él!

«TIROPATINAM

Accipies lac , adversus quod patinam aestimabitis, temperabis lac cum melle quasi ac lactancia , ova quinque ad sextarium mittis, si ad heminam ova tria . In lacte disolvis ita ut unum corpus facias, in cumana colas et igni lento coques. Cum duxerit ad se, piper aspargis et inferes.»

Esta es su traducción adaptada a la cocina de hoy:

“FLAN

Pon leche en un cuenco adecuado y mézclala con miel; añade cinco huevos si fuere para un sextario (algo más de medio litro) o tres, si para una hémina (sobre 0,3 litros).

Mezcla bien la leche con la miel y los huevos, cuela la mezcla y cuájala a fuego medio.

Ya bien cuajada, sírvela con un espolvoreo de pimienta.»

Les he aburrido con ese latinajo para demostrar que la historia del flan, tal como conocemos hoy a este postre tan estimado, tiene orígenes de cuna grecorromana. Esta receta procede el libro de Marcus Gavius Apicius, «De re coquinaria», experto cocinero, rico de familia, que vivió durante el reinado de Tiberio (siglo I d.C.).

¡Cómo sería de sibarita y goloso que Séneca le recriminaba el aconsejar a los jóvenes para que cambiasen su asistencia a las clases del saber (filosofía) por su presencia a las enseñanzas de cocina que él impartía en su palacio!

Estamos en Cuaresma y entrando en la Semana de Pasión, días que anteceden al Domingo de Ramos y a la Semana Santa.

Días penitenciales de ayunos y abstinencias.

Días en los que el consumo de huevos está permitido y por tal razón, y según tradición medieval, los FLANES DE HUEVO eran postre común y muy estimado.

Recalco lo de FLAN DE HUEVO porque, hace años en viaje a Madrid y comiendo EL MENÚ en un «bar de carretera», pregunté al joven camarero que me servía qué postre ofertaban.

Me respondió: flan o fruta, ¿qué desea?

Pregunté de nuevo: ¿el flan es de huevos de casa?

Respuesta: ¿Prefiere fruta, verdad?

¡¡Un ejemplo de educada y sincera profesionalidad!!

En mi casa lo prepara Alicia, mi esposa, del siguiente modo:

En un cuenco grande mezcla sobre medio litro de leche, el contenido un bote de leche condensada, cuatro huevos de aldea y azúcar (unos 200 g).

Bate todo muy bien hasta conseguir una mezcla homogénea, que lleva a un molde troncocónico previamente caramelizado.

Cuece al baño maría en olla exprés durante unos 10 minutos, tiempo suficiente para que cuaje el flan.

Enfría, desmolda y, al momento de servir, decora con una coronita de nata montada sobre la que dispone un bombón.