POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Una desconocida Brie Larson llevó el Oscar a la mejor actriz por su papel en “La habitación” (“Room”), de bajo presupuesto, muy dura y al mismo tiempo tierna, poética, que en su filosofía de la enseñanza primaria recuerda a “La vida es bella”, cuando nuestra protagonista, para disimular la tragedia a la que se ve sometida, crea un mundo paralelo, a la luz de la imaginación, hasta tal punto que su hijo se siente seguro en el horror. Muchos actores merecieron el domingo el Oscar antes que Di Caprio, entre otros, el propio Jacob Tremblay, el niño de esta coproducción a quien el cabello largo, sin cortar desde que nació, le otorgaba una magnífica “fortudez”, como él decía, una mezcla de fortaleza y tozudez para entender la vida, luchar por ella y defender a su madre. El jurado del que soy único miembro otorga a “La habitación” el Oscar a la mejor película.
Fuente: http://www.lne.es/