POR MARTÍN SÁNCHEZ GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE GETAFE (MADRID)
Una bella fotografía aérea del Scalextric de Atocha, inaugurado el 16 mayo de 1968 y demolido en 1985, debido a su gran impacto visual y sin haber aportado nada especial a la distribución del tráfico a través de la glorieta de Atocha y calles Santa María de la Cabeza y Paseo de las Delicias.
Era alcalde de Madrid, don Carlos Arias Navarro, que acompañaba al ministro de Obras Públicas, Federico Silva Muñoz, en la inauguración del ‘scalextric’ de Atocha.
Tan solo funcionó 17 años.
La noche del 16 de mayo de 1968, millares de madrileños curiosos se disponían a apaciguar la resaca de San Isidro congregándose en la glorieta de Carlos V (Atocha) para ser testigos de la inauguración del ‘scalextric’ de Atocha.
Se trataba de un nudo de comunicaciones, elevado e inusual, hasta entonces nunca visto. La inversión total de la obra fue de unos 64 millones de pesetas y estaba constituido por tres pasarelas: la del paseo del Prado hacia el paseo de Santa María de la Cabeza; la segunda que servía de enlace entre el paseo de las Delicias y el del Prado; y una tercera, en el paseo del General Primo de Rivera -ahora Ronda de Atocha- que servía como unión con las dos anteriores en lo alto del paso elevado.
A las nueve de la noche, las personalidades políticas asistentes, subieron por el tramo elevado y, en el centro, la comitiva se detuvo y el ministro Silva cortó la cinta protocolaria.
Minutos después el primer flujo de vehículos recorría la pasarela desde el Prado hasta Santa María de la Cabeza.
Tras su apertura, quedó constancia de que la solución al tráfico había sido completada a las mil maravillas e incluso la gente se acercaba a visionar el ‘ascenso’ de los coches sobre Atocha. En 1985, 17 años después de la instalación del «scalextric» madrileño, se iniciaron las labores de desmontaje del paso elevado para vehículos de la glorieta de Carlos V.
El excesivo tránsito desde su inauguración, convirtió el lugar en uno de los focos de mayor contaminación atmosférica de la ciudad.
El desmantelamiento de los pasos elevados entró dentro del proyecto de reforma de la glorieta y de la nueva estación ferroviaria de Atocha, al crearse ya una nueva terminal de trenes de larga distancia y también para los cercanías.
Fuente: «Maŷrīṭ, una medina andalusí»
«El legado árabe en Madrid»
Un libro de Adrián Ponferrada Ugena.