POR APULEYO SOTO PAJARES, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID).
Día triste el de hoy. Otro amigo poeta que se me va: Francisco Brines. Pienso que al cielo, a un cielo de naranjos de Oliva, su pueblo y cementerio. Le llevé a mis Veladas Poéticas de la Universidad SEK segoviana y tuve el honor de conversar con él paseando desde la Plaza Mayor hasta el Acueducto como hacía en su tiempo el poeta profesor o profesor poeta que fue don Antonio Machado » el bueno». Ya padecía de la vista y se cansaba a cada paso, por lo que nos parábamos de pie para reflexionar sobre la vida. Su trato por la calle Real no pudo ser más amable. Dios le guarde en su Gloria y gocemos nosotros leyendo sus libros, desde «Las brasas», el primero (Premio Adonáis 1959) hasta el último, que también echa fuego de versos iluminados desde el título. D.E.P.