CON FRANCISCO JOSÉ FRANCO FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE CARTAGENA (MURCIA)
Cartagena cuenta nada menos que con cuatro cronistas oficiales y hoy me vuelvo a encontrar con uno de ellos. En este caso, con Francisco José Franco Fernández, que estudió la carrera de Historia en la Universidad de Murcia, la de Derecho en la UNED y el Doctorado en la UCAM. Nacido en el murciano barrio del Carmen, su padre fue carpintero en el de Santa Eulalia y su madre tuvo estudios de música y de empresariales. Sus tres hijos continúan con la tradición familiar de ser profesores, y dos de ellos son músicos que empezaron su formación en las Bandas de Música de la ciudad de Cartagena y también de diputaciones como la de Pozo Estrecho.
Paco Franco ha escrito libros, crónicas, artículos periodísticos y mantiene colaboraciones en varias emisoras de radio y periódicos digitales, siempre dispuesto a investigar y divulgar la historia de la Región así como la de la Comarca y la ciudad de Cartagena, donde vive desde que se casó. Su familia ha mantenido una casa en el municipio cartagenero desde 1929, primero en Los Nietos y después en Islas Menores.
En su trayectoria vital y laboral hay para escribir un libro: «Trabajé de recepcionista en el Hotel Floridablanca, fui interino en Cuenca, Jaén y Almería, fui profesor en Siles, en la Sierra del Segura, y vine a vivir a Cartagena en el año 1992, cuando el incendio de la Asamblea Regional. En 1996 aprobé las oposiciones de Instituto. He estado 25 cursos en el Centro Ben Arabí, impartiendo historia en la Sección bilingüe de Francés. He colaborado con importantes intelectuales y miembros de la cultura francesa y española como Bernard Candiard, hijo del alcalde cartagenero Isidoro Pérez San José, con María Teresa Cervantes, con Nicole Palacios, etc.».
Me cuenta, además, que intentó hacer Historia del Arte y que uno de los temas que más ha investigado es el de la Segunda República, del que ha escrito una trilogía, siendo el último de los volúmenes el dedicado a las mujeres de la España republicana. También ha escrito cuatro novelas, la mayoría sobre temas cartageneros, así como numerosas publicaciones históricas que van desde la Hospitalidad de Santa Teresa, al Club Naval de Suboficiales, pasando por el Club Náutico, el Cristo de la Flagelación, la localidad de Cabo de Palos o la Minería y el pueblo de La Unión.
Nunca antes un vecino dedicó tanto tiempo e investigaciones a su ciudad como lo ha hecho él, máxime cuando no ha nacido en ella. En casos similares, en otras localidades se ha otorgado a sus cronistas el título de hijo adoptivo, y la verdad es que extraña que no se haya hecho lo mismo con Francisco José Franco: «Tal vez hubiera estado bien contar con una mayor comprensión y apoyo de las autoridades municipales y de mis otros compañeros cronistas.
Tener cuatro cronistas debería ser un lujo para Cartagena, pero también es algo complicado cuando cada uno tiene intereses distintos, como es lógico, y surgen discrepancias, ruidos y falta de compañerismo. Tal vez el equipo de cronistas no está en su mejor momento, pero lo que no debe faltar nunca es el respeto entre nosotros». Me cuenta algunas situaciones: «No se puede crear una cátedra sin tener el título de catedrático ni los cursos pertinentes para ser profesor. Lo de ser cronista es, sobre todo, una vocación altruista y no debemos caer en las luchas fratricidas por ver quien cobra unas conferencias o publicaciones ni añadir unilateralmente a alguien a última hora en un proyecto de un libro por otros intereses».
Entiendo que los cronistas son una familia y, como suele pasar, no siempre bien avenida; lo que sí entiendo en Franco es que debe predominar el respeto, aunque haya lógicas y puntuales discrepancias. Nada mejor que tener colegas pero, en ocasiones, nada peor. La verdad es que noto que le ha afectado mucho no sentirse apoyado en su reconocida trayectoria y en la lógica de ser nombrado hijo adoptivo de una ciudad de la que es cronista oficial: «No estoy neurótico con este tema, pero es significativo que se me reclame para hablar de Cartagena mucho más en otras localidades que en el propio municipio».
Y seguimos hablando de cartagenerismo y de defensa de la historia y los intereses de esta tierra: «Hay que defender a Cartagena y sus intereses, su historia y su prosperidad, pero no desde un cartagenerismo rancio, sino desde la modernidad, desde la inteligencia y desde la igualdad de los territorios y de los ciudadanos. No desde la supuesta superioridad, basta defender nuestros territorios desde la igualdad. Cartagena debe ser una ciudad abierta.
Las murallas, cuando se construyeron, ayudaron a protegernos, pero también nos apartaron, incluso de nosotros mismos, de nuestro término municipal y de nuestra Comarca. Lástima que se acabara con la esperanza de los ayuntamientos constitucionales, tras la constitución de Cádiz. El centralismo municipal impidió la constitución de una provincia de Cartagena que hubiera contado con más municipios. Sé que esto suena a políticamente incorrecto en muchos ambientes, pero sería una postura realista, necesaria y hasta patriótica».
Me habla de su compromiso incesante por Cartagena, de su labor de divulgación, asistiendo a todos los encuentros nacionales de Cronistas Oficiales y sufragando los gastos que ello acarrea desde su propio bolsillo.
Se nos ha pasado el tiempo volando en esta interesante conversación en la terraza de su vivienda del barrio universitario, con unas espectaculares vistas sobre la ciudad, la cúpula de la Caridad o las colinas cartageneras: «A Cartagena hay que mirarla desde arriba y desde su trayectoria, para tener una vista de conjunto y no perdernos en lo anecdótico, pero también hay que bajar a pie de calle, incluso profundizar y escarbar en su historia y en las causas que propiciaron este presente que ahora vivimos. No cuesta nada enamorarse de una ciudad así, pero el amor tiene que propiciar el crecimiento y mejora de todo el término y de todos los ciudadanos. Yo también soy un defensor de la cultura, el paisaje y la historia de los barrios y los pueblos…».
FUENTE: https://www.laopiniondemurcia.es/cultura/2024/12/29/jose-franco-cronicas-cartageneras-112979954.html