POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Era yo estudiante de Químicas en Oviedo (1957-1962) cuando vi por primera vez (luego repetí veces y veces) la película FRESAS SALVAJES, con guión y dirección del célebre Ingmar Bergman (1918-2007) , guionista y director de otras importantísimas (para mi) películas como «El Manantial de la doncella» y «El séptimo sello».
Cuando vi FRESAS SALVAJES -creo que fue en el Cine Aramo- mi primera reacción fue: «¡Coña, estes freses salvajes son los mirándanos de mi pueblu!
Voy a estudiar esti casu».
Y así fue.
Lo que pasa es que al hacerlo me metí en un lío tremendo.
Empecemos por el nombre al que los científicos llaman Fragaria vesca L. y los castellano-parlantes fresa, fresera, madroncillo, mayueta…
Los gallegos a la planta la denominan «amorilloteira» y al fruto «amorillón», «amorote», «careixón», «morillón», «morodo», «morote»… Recuerdo los versos de un afamado poeta del galleguismo popular, Eugenio Novoa Neira (1930-1999), que firmaba como Uxío Novoneyra, en su libro OS EIDOS (1952):
«Tódalas tardes traguía
gargantillas de MORODOS
i arando que re collía
en chegar comíos todos.»
Y ¿cómo se llaman en Asturias?
¡Ay, amigos! Aquí como somos muy grandones en cada pueblo hay un nombre para estas fresillas. Citos unos pocos: Abrodos, abruénagu, amoruóganu, amorodos, amurolos, arbiyétanos, aveyuétanos, biruéganu, bidrúganu, biruébanu, bidruíganu, mirénduanu, mairuéndanu, meringüéndanu, mirónduanu, mirúndanu, MIRÁNDANU, MIRUÉNDANU, moruéganu, moruéndanu…
Como ven… ¡la tira en verso!
Los mirándanos o fresas silvestres ya eran y son consumidos desde tiempos antiquísimos debido su aroma y sabor más acusados que los de la fresa cultivada, y también por sus propiedades medicinales, especialmente diuréticas, astringentes y antigotosas. El propio Linneo (1707-1778) testimonia cómo curó su gota a base de un régimen dietético con destacada presencia (unos 300 g diarios) de mirándanos.
Hager, en TRATADO DE FARMACIA PRÁCTICA (conozco la edición de Labor,S.A. de 1942) recomienda este JARABE: «Disolver 5 kg de azúcar en l litro de agua; añadir 2,5 kg de fresas silvestres, agitar y hervir durante un breve tiempo. Colar a través de manga y embotellar el jarabe.
El residuo puede utilizarse para hacer mermelada».
Esta planta silvestre abunda en linderos de prados y de matorral, entre piedras calizas a la «media sobra» de «muries» y paredes y en estos días está en plena floración y fructificación.
Asturias, ¡qué pena!, también (insisto en el «también») está perdiendo los mirándanos. Yo creo que «los nenos» de hoy ni los conocen.
Valga este comentario, inspirado en una foto que sobre BOAL publicó mi amiga TERESA MÍJEZ, para contribuir al recuerdo de «algo que fue» y ya casi es una historia del pasado.