POR DOMINGO QUIJADA GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE NAVALMORAL DE LA MATA (CÁCERES)
Para la gran mayoría, junto con los Caños Viejos, es la fuente más popular de la Villa.
Situada en el paraje que se conoce con ese mismo nombre, a oriente de Navalmoral (tras una gasolinera y urbanización).
Se surte de un depósito (o manantial) que está cubierto por un «cancho», en el que está grabada la letra D (entre un zarzal), y que dista 16’5 metros de la fuente. Ambos (manantial y fuente) se encuentran en terreno público.
Es bastante antigua. Pero no consta la fecha exacta de su construcción: en el conocido plano de Francisco Coello, de 1850, (en el que sí aparecen otras fuentes) no queda reflejada, tal vez porque dicho mapa finaliza en el Goche (donde hoy se ubica la ITV). Sin embargo, en las Actas municipales ya la citan a finales del siglo XIX. Es posible que se acondicionara entonces, debido a que el trienio 1897-1899 fue muy árido, lo que llevó al municipio a buscar manantiales en la base de los Cerros, donde fluye el agua que se filtra arriba. En un informe municipal del año 1900 se dice que “para beber se obtenía el agua de las fuentes de la Bamba, Caños Viejos, Caños Nuevos, los Vivos, la Serradilla y otras”. Según análisis efectuados por el Hospital Moyano entonces, “la mayoría no eran aptas para el consumo, al estar contaminadas por filtraciones”.
Al año siguiente (siendo alcalde Manuel Marcos Encabo) se lleva a cabo una gran restauración de la pila y pilar de la misma.
En 1907, a la vez que se limpia la cañería que estaba obstruida, la Corporación asevera que «es la que más abastece a los vecinos, por la buena calidad de sus aguas»: al estar fuera del municipio, las infiltraciones orgánicas eran mínimas.
Manantial, pues, muy apreciado a lo largo de su historia, sobre todo antes por las personas mayores, y asociada también a los jóvenes y noviazgos: según la tradición, el forastero que bebía de allí se casaba con una morala (ignoro si la composición química y natural de su agua es capaz de obrar tal hechizo, o si sólo es fruto de la leyenda, pero conmigo se cumplió hace 43 años…).
Esta fuente consta, según hemos dicho antes y desde antaño, además de la pila donde cae el “chorro”, de un amplio «pilar» o abrevadero de piedra para el ganado (en el pasado). Ella y su entorno han sido rehabilitados varias veces, siendo destacado el último: que finalizó en la primavera del 2002, efectuado durante los últimos años con fondos del antiguo PER, y que afectaron tanto a la fuente como a sus complementos alrededor de la misma. Aunque cometieron un grave error, al plantar árboles muy hidrófilos cuyas raíces dañan la cañería, como se comprobó hace tres años justo.
Respecto a su nombre, según Francisco Javier Marcos Porras (1º Coloquios Históricos del Campo Arañuelo, 1994) su nombre es de origen latino: «hace referencia a los cerros en cuyas faldas está la fuente».
Sin embargo, yo me inclino que su toponimia tiene relación con los primeros repobladores que llegaron en el siglo XIV, o los que se fueron incorporando a partir de entonces, algunos de ellos procedentes de la leonesa provincia de Zamora, donde hay un pueblo que se llama Bamba. Precisamente, antiguamente había apellidos relacionados con la provincia zamorana (como Toro, o el propio apellido Zamora, muy abundante en Peraleda y Navalmoral de la Mata, que ya existían en el siglo XVI); y en la cercana Peraleda de la Mata, junto al arroyo Valparaíso y cerca de Cerrocincho, hay una finca con el mismo nombre: La Bamba.
Como decía en la introducción, siempre ha sido muy popular entre los vecinos del lugar, como ha quedado reflejado ampliamente en su cancionero moralo:
“Desde el caño de la Bamba
hasta la cruz de la Ermita
no me dejo de encontrar,
más que moralas bonitas.
Y si acaso, forastero,
quieres comprobar la verdad,
pues te llevan a la Bamba;
de allí no te escaparás…
Que la Bamba es un buen gancho
nadie lo puede dudar:
forastero que allí bebe
se casa en Navalmoral…
Y alguna otra coplilla más atrevida que se cantaba en las rondas.
En la imagen, jóvenes del “Encinar” en la fuente.