POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
Está fuente está situada a la entrada en la travesía de la localidad, si viajamos desde Úbeda. Ha mantenido su nombre de “La Glorieta”, a pesar que un corto periodo de tiempo, se le denominó “Glorieta de García Hernández”. Fue en el año 1930, con ocasión de la sublevación y fusilamiento de los capitanes, Galán y García Hernández. En 1931 la corporación designó con este nombre a dos de las fuentes de la localidad.
Fue esta fuente una de las primeras de la localidad, construida en el siglo XIX, ya que encontramos la fecha de 1879, como paso de sus aguas. Posteriormente se abandonaría su cuidado y en un Pleno de la Corporación se puede leer: “Que la fuente que hay en la carretera se encuentra en estado ruinoso. Que se proceda a las obras de reparación necesarias”
Ya en junio se paga a Francisco Carrillo 122 pesetas por trabajo y materiales del arreglo. En todas las fuentes encontramos algunas personas que solicitan el sobrante de las aguas, bien para riegos de huerta o para servicio de los solicitantes. Aquí encontramos que Ramón Millán solicita a la Corporación este derrame para diferentes construcciones y que quiere hacer y una huerta en el lugar de Los Morales.
En la respuesta indican que desde 1879 en que se construyó la fuente, nadie ha solicitado el derrame, que para conceder a perpetuidad se tiene que instruir un expediente y proceder a la venta en subasta pública. Se le adjudican a Ramón Millán las aguas sobrantes, como mejor postor en la cantidad de 500 pesetas.
En 1905 se paga a Fernando Domenech, 55 pesetas por la tubería de hierro o y a Luis Ruiz Pinel, setenta y nueve pesetas en los jornales trabajados para el mantenimiento de la fuente. ¿Cómo era este el recinto? La excelente foto de Esteban Ruiz, de 1928, nos permite contemplar este lugar, con espacio para sentarse y charlar, sus caños, y un bar cercano con el gramófono para escuchar la música española. “Una plazuela y en el centro sobre una plataforma octogonal, se levantaba un pedestal de cantería, con dos caños que vertían el agua sobre dos piletas, también de cantería”.
La fuente de la Glorieta, fue generosa en caudales de agua y la madre, de una nueva uente que nació en 1911, la de la Cruz Dorada, de la que escribiremos en otro momento.
En 1931, sobre el pedestal se colocó el busto de García Hernández, esculpido por Juan Linares. Gran trabajo le costó cobrar las doscientas pesetas de los dos bustos, el de Galán y éste, sería en 1933 cuando le hacen el pago.
Junto a la Glorieta estaba la clínica del Doctor Tera, un personaje singular en la vida local, y que “salvó” al torero Chicuelo II, que sufrió una grave cornada en nuestra Plaza de Toros. Este era el lugar y centro de recreo, en fiestas se celebraban los conciertos de la Banda de Música; donde se recibían a las autoridades civiles y religiosas que nos visitaban; lugar de descanso y charla tras asistir, en la estación de verano, a una de las películas de éxito en el Cine de la Plaza de Toros y del cine de La Piscina.
Tras largos años de silencio de los rumores del agua, del frescor en las noches veraniegas, la Glorieta, volvió a escuchar, la cadencia sonora, gracias a uno de los proyectos para recuperar, en parte, las fuentes de la localidad, La Glorieta, Camino Viejo y Cruz Dorada, que habían dormido y silenciado su sonido y el encanto de contemplar los juegos de sus surtidores.