GAITEROS
Ene 10 2022

POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS).

Foto: José Remis Ovalle y su hijo José Antonio en la Fiesta de El Bollu de Arriondas, en 1960.

Todas las gaitas de fuelle consisten en almacenar viento soplado en el interior de un pequeño odre de piel de cabrito o de otro animal por medio de un tubo de madera que tiene al final una válvula.

Así fue durante siglos en Escocia, Galicia, Asturias, Italia y otros países y comunidades.

El fuelle de piel curtida va cubierto pana, terciopelo, seda o cualquier otro tejido.

Cuando el fuelle está repleto de viento, el gaitero le va dando salida mediante los agujeros de una a modo de flauta llamada el “puntero”, el cual lleva en su base una zampoña o pajuela que el viento al salir hace vibrar.

El gaitero va modulando la melodía tapando o destapando con sus dedos unos u otros agujeros. A través de otro tubo de madera más largo e historiado -llamado “roncón”- va saliendo también viento de modo más pausado, produciendo un sonido grave y continuado a modo de contrapunto.

Maestros en el arte de fabricar, templar y tocar gaitas fueron en nuestra comarca oriental los miembros de la familia Remis.

Conocidos por “los de Margolles”, fueron durante muchas décadas protagonistas absolutos en el dominio de este tan astur instrumento musical.

Encabezó la “dinastía” José Remis Vega que ya en 1906 -cuando contaba con 26 años- ganó el primer premio en un concurso nacional de gaita que tuvo lugar en la plaza de toros de Madrid, en presencia de la reina María Cristina.

Remis o “Margolles” -como muchos le llamaban por ser la familia de esta localidad perteneciente a Cangas de Onís- ostentó la primacía de la gaita asturiana mientras alternaba este oficio y afición con el de reparar relojes.

La gaita comenzó a decaer con la llegada del gramófono y las pequeñas orquestinas con sus trompetas, clarinetes y demás instrumentos, de forma que José Remis Vega se dedicó más intensamente a la fabricación de gaitas para venderlas a los aficionados y a más de un “indiano” que se las llevaba a América. Eran apreciadísimas en aquellos años puesto que las hacía de madera de boj, de palo de rosa y hasta de marfil, además de dar clases a los jóvenes que deseaban adentrarse en el manejo del instrumento musical típico por antonomasia en Asturias.

Así sacó adelante hasta 14 hijos, aunque sólo dos siguieron la afición de su padre. Uno de éstos falleció en la guerra y el otro, José Antonio Remis, recibió en 1956 en Gijón el título de Gaitero Mayor de Asturias.

Cuando a principios de siglo apareció “Margolles” o José Remis Vega, estaba en su apogeo el gaitero de Libardón (Ramón García Tuero) que –acompañado por el también famosísimo tamborilero de La Abadía- había realizado una gira triunfal por toda Hispanoamérica.

Tras el triunfo en Madrid de Remis éste era llamado para intervenir en actos populares de carácter nacional, como fue el caso de tocar en la Plaza de la Armería del Palacio de Oriente ante el rey Alfonso XIII. El conde de Santa Engracia le invitó a tocar ante la princesa Isabel y miembros de la aristocracia madrileña.

En 1915 tocó en Asturias para los Infantes de España, el conde de la Vega del Sella y otros personajes de la época que habían sido invitados por don Agustín Argüelles, el cual había organizado una gran montería en los cotos de Covadonga y Ponga.

Aún le quedaba al gaitero Remis padre un momento estelar en su vida; fue éste cuando en un concurso regional celebrado en Infiesto en 1920, al que asistieron entre muchos otros el ya anciano gaitero de Libardón, el de Margolles obtuvo el primer premio. Así fue considerado el indiscutible Gaitero de Asturias hasta 1956, cuando fue reemplazado por su hijo José Antonio al ganar éste en Gijón el título de Gaitero Mayor de Asturias y en 1970 el de Gaitero Mayor de España.

José Antonio recorrió con su gaita 14 países americanos a lo largo de cuatro años y ganó bastante dinero en aquellas tierras donde tantos centros asturianos -ayer como hoy- eran reductos de nostalgia y añoranza.A su vez, lo mismo que José Antonio acompañaba a su padre como tamborilero, lo mismo hizo otro hijo de éste último.

Contaba el escritor y periodista don Juan Antonio Cabezas -nacido en Peruyes, Cangas de Onís, en 1900 y en cuyas memorias nos basamos para este artículo- que en 1962 se reunieron en Cangas los tres Remis gaiteros, el viejo triunfador con 82 años, su hijo con 52 años y su nieto con 12.

El anciano gaitero falleció en 1963 y se decía que había tocado en la procesión de la Virgen de Covadonga durante 63 años seguidos.

Su nieto José Antonio Remis Penayos se casó con María Rosa Quero García, “La Pastorina”, una de las voces más conocidas y queridas de la tonada asturiana, todo un referente de la misma especialmente en los años 80.

Foto: José Remis Ovalle y su hijo José Antonio en la Fiesta de El Bollu de Arriondas, en 1960.

— (Este artículo lo publiqué en “El Comercio” del día 8 de septiembre de 2013) —

FUENTE: https://www.facebook.com/franciscojose.rozadamartinez

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