GALLOS, BURROS Y «VAQUILLAS»: EL CARNAVAL EN LOS PUEBLOS GANADEROS.
Feb 13 2024

POR SILVESTRE DE LA CALLE GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA DE GUIJO DE SANTA BÁRBARA (CÁCERES)

El carnaval, también en plural, era una fiesta que se celebraba con gran alegría en el medio rural pues durante unos breves días, parecía que las rigurosas normas sociales y morales imperantes desaparecían por completo: «en carnavales todo vale».

Eran días de fiesta en los que se comía y bebía, normalmente en exceso, y en los que hasta la gente más seria parecía ser totalmente diferente.

El los pueblos de economía básicamente ganadera, los vecinos celebraban también el carnaval pese a sus muchísimas obligaciones y los propios animales que criaban participaban, en cierta medida, de la fiesta.

Podríamos analizar lo que ocurría en numerosos pueblos de España, pero nos centraremos en tres de ellos donde aún se conservan o se han recuperado antiguas tradiciones de carnaval vinculadas al medio animal. Se trata de tres pueblos en los que la ganadería tuvo siempre una gran importancia económica, social e histórica. Los tres se encuentra en la Sierra de Gredos, dos de ellos en Ávila y uno en Cáceres: Se trata de Navarredonda de Gredos compuesto por las entidades locales de Navarredonda y Barajas, El Barco de Ávila y Guijo de Santa Bárbara.

NAVARREDONDA DE GREDOS.

Población situada en la vertiente norte de la Sierra de Gredos cerca del nacimiento del río Tormes y compuesta por los núcleos de población de Navarredonda y Barajas separados entre sí por un kilómetro escaso.

Sus habitantes vivieron en otros tiempos dedicados a la carretería de largo recorrido, al cultivo de centeno y a la cría de excelente ganado vacuno que hoy es la principal fuente de riquezas de la población.

El carnaval era una fiesta muy esperada que se celebraba de forma similar en los dos pueblos aunque en días diferentes tal y como Manuel Yuste García, gran ganadero de Barajas, contó a su hijo Juan Manuel Yuste Apausa que es quien ha facilitado la información necesaria para la realización de este artículo.

La fiesta comenzaba con los QUINTOS, conocidos ese día como LOS GOLOSOS, que el jueves en Barajas y el sábado en Navarredonda, salía por las calles vestidos de mujer con manteo y pañuelo lucido al cuello, llevando un caldero de barro para jabelgar o blanquear las casas y una pelleja de oveja para untar de barro a todo el que se encontrasen por la calle.

Los quintos eran tallados el domingo. Con anterioridad, habían comprado un carnero que era engalanado con cintas y flores de papel hechas por las mozas, que acompañaban a los quintos durante la cuestación que hacían casa por casa. Los quintos iban a cara de descubierta y con alguna prenda que les distinguiese como un sombrero. La gente les daba chorizos que llevaban prendidos en una porra (vara horizontal), mantecados que hacían las mujeres para la ocasión y otro tipo de viandas.

Concluida la recogida, los quintos entregaban el carnero y los productos recogidos a las mayordomas de Las Candelas para que lo cocinasen.

Por la tarde, en el baile, se degustaba la carne y cada quinto podía llevar dos acompañantes.

Terminaban la jornada con baile en la pianola de tío Chiriles, tío Frutos, tío Vitorio o tía Pascuala, según donde se terciaria.

Las mozas salían con el traje de serrana (traje regional) y les acompañaban en el baile.

El lunes por la mañana en Barajas y el martes en Navarredonda, salía LA VAQUILLA acompañada por EL VAQUERO, dos JARRAMACHOS y EL HOMBRE que recitaba el «papel de carnaval», así como los mozos de los respectivos pueblos.

LA VAQUILLA, en contra de lo que pueda pensarse, no era una vaca joven sino que se trataba de un armazón que llevaba un hombre cubierto con una manta roja, un cencerro pequeño, cascabeles y cuernos en la parte delantera.

EL VAQUERO, iba vestido con zahones, chaleco, sombrero, vara y una honda.

LOS JARRAMACHOS, iban vestidos con calzoncillos largos, pololos o enaguas.

LA VAQUILLA embestía a todo el que se encontraba y la gente se divertía tratando de esquivarla y torearla.

Desde luego, esta improvisada «capea» permitía pasar un buen rato sin miedo alguno y sobre todo era sumamente barata.

Después de Misa y cerca de la iglesia de cada pueblo, el lunes en Barajas y el martes en Navarredonda, EL HOMBRE recitaba el «papel del carnaval», compuesto por él mismo. Se trata de coplillas rimadas y chascarrillos de sucesos ocurridos en el pueblo a lo largo del año, sin citar nombres pero que eran perfectamente entendidos por los vecinos.

Las VAQUILLAS de ambos pueblos, salían en dirección al pueblo contrario y se encontraban a mitad de camino, donde se hacían una reverencia la una a la otra.

Acompañaban a las VAQUILLAS vecinos disfrazados de gitanos, hojalateros.. así como el alcalde y demás órganos que habían sido elegidos previamente por los mozos y eran los que mandaban esos días.

Sin embargo, los QUINTOS seguían con sus actividades todo el año.

El Domingo de Resurrección por la mañana, colgaban EL JUDAS, un pelele de tamaño natural que era posteriormente descolgado, apedreado y quemado por los niños.

En el mes de mayo se pingaba EL MAYO (tradición recuperada en 2016) que consiste en un pino cedido por el ayuntamiento que tras ser cortado y pelado, salvo las ramas superiores, es llevado en carro y colocado en la plaza, para posteriormente ser subastado y destinar el dinero a los gasto de LOS QUINTOS.

La noche de San Juan (23 al 24 de junio) los QUINTOS salían de ronda a cantar bajo la ventana de las novias y a colocar un ramo de sauce en la ventana de su favorita, repitiéndose la misma escena el día 29 de junio, festividad de San Pedro.

Este último día por la tarde, se CORRÍAN LOS GALLOS algunos de los cuales habían sido robados de los corrales.

Los gallos se colgaban por las patas en una cuerda que se suspendía entre dos palos o postes y los QUINTOS montados en caballerías debidamente engalanadas corrían para pasar bajo la cuerda y tratar de arrancar la cabeza del gallo vivo, ganándolo como premio.

Después paseaban con los caballos, burros o mulos y por la noche cenaban en la posada de tía Pascuala, tío Macedonio o tío Vitorio.

En 1979 dejaron de correrse los gallos y se sustituyeron por cintas haciéndose la carrera en San Roque (16 de agosto) en las eras de Barajas.

La VAQUILLA, el VAQUERO y LOS JARRAMACHOS desaparecieron en Navarredonda y Barajas a mediados del siglo XX.

Durante la Dictadura, las fiestas de Carnaval no estaban bien vistas. Entre los años 1936 y 1945 no se celebró el Carnaval, pero posteriormente volvió a celebrarse durante varios años con gran alegría pero poco a poco debido a la emigración, la falta de jóvenes, el cambio de costumbres…hicieron que las VAQUILLAS dejasen de verse en estos pueblos hace unos 70 años.

Pero en Navarredonda y Barajas hay excepciones y sobre todo un grupo de personas entusiastas encabezadas por los miembros de la Real Cabaña de Carreteros de Gredos que, desde hace varios años, se han propuesto recuperar tradiciones perdidas y si se proponen algo….¡LO HACEN!

En 2024 LAS VAQUILLAS han vuelto a recorrer las calles acompañadas por LOS JARRAMACHOS, LAS SERRANAS y por supuesto por EL VAQUERO.

Afortunadamente, se conservaban los armazones tradicionales con los que se realizaba la VAQUILLA por lo que la recuperación de esta costumbre, ha sido relativamente fácil.

Uno de estos armazones, perfectamente conservado, pertenece a  la familia de Gonzalo Muñoz, quienes seguirán custodiándola para que la fiesta se pueda seguir celebrando.

EL BARCO DE ÁVILA.

Importantísima villa situada a orillas del río Tormes en la vertiente norte de las estribaciones occidentales de la Sierra de Gredos en un lugar verdaderamente estratégico. Con una larga historia, fue siempre un pueblo en el que la agricultura y la ganadería tuvieron una gran importancia pero que además era una villa comercial a la que acudían de los pueblos y aldeas cercanos para abastecerse de todo lo que necesitaban y realizar diversas gestiones, aprovechando siempre para ir el lunes a su famoso mercado y a las ferias ganaderas que se celebraban a lo largo del año y que figuraban entre las más importantes de toda Castilla.

Dentro del rico calendario festivo barcense, el carnaval o antruejo ocupaba un puesto de gran relevancia, siendo el llamado DOMINGO GORDO el día más importante de todos.

Don Nicolás de la Fuente Arrimadas en su magna obra Fisiografía e historia del Barco, publicada en 1925, hace una exhaustiva descripción de la celebración del Domingo Gordo:

«El Carnaval, Antruejo o Domingo Gordo, era ruidoso desde por la mañana.

Después de Misa había VAQUILLA: Un mozo de buenos pies se cubría con una tela negra sobre un marco de madera. En éste se metían dos cuernos y atrás un rabo de vaca y…¡cátate! ya la vaquilla que perseguía, asustaba y golpeaba sin consecuencias a chicos y grandes corriendo por plazas y calles.

Solían bailar y tejer el palo en la plaza los danzantes.

Por la tarde se corrían los gallos en el Concejil. Dos palos hincados en la parte baja media del paseo, una cuerda a la altura de un hombre a caballo y en ella colgado un gallo atado por las patas. Los mozos en sendas jacas corrían uno tras otro sin pararse a arrancar la cabeza del gallo. Cada mozo entregaba un gallo para esto.

Terminada la fiesta se echaban carreras por parejas a ver quién corría más.

Por la noche, los corredores y adheridos, se cenaban los gallos. Ahora, corren las cintas.

 

Era de rigor que en las casas, al dar bromas las máscaras, se las obsequiase con huesillos y vino caldo.»

El completo y exhaustivo relato de don Nicolás, nos sirve para darnos cuenta que en aquella época, ya las vaquillas no corrían por las calles de El Barco el Domingo Gordo y que en el Paseo del Concejil no se colgaban gallos vivos para la carrera sino que ya se corrían las cintas.

Es normal que en una villa de renombre como El Barco de Ávila, ciertas tradiciones «primitivas» se hubiesen perdido ya en aquellos años 20 en los que los adelantos de la ciudad y del extranjero estaban comenzando a llegar a los pueblos.

Sin embargo, un grupo de jóvenes entusiastas, se propusieron ya en 2023 recuperar las máscaras y ya pensaron recuperar la VAQUILLA.

El Domingo Gordo de 2024, las VAQUILLAS, con el mismo aspecto con el que las describiera Don Nicolás de la Fuente, han recorrido las calles y plazas barcenses para alegría y diversión de niños y mayores. Por supuesto, las VAQUILLAS fueron acompañadas por las máscaras.

GUIJO DE SANTA BÁRBARA.

Población cacereña situada en las estribaciones occidentales de la vertiente sur de la Sierra de Gredos, cuyos habitantes han vivido siempre dedicados a la ganadería complementada por la agricultura. Tradicionalmente, la cría de cabras y el cultivo de centeno, patatas y castaños eran los principales pilares de la economía guijeña pero luego comenzaron a tomar importancia la cría de ganado vacuno y se fueron introduciendo nuevos cultivos como el tabaco, la frambuesa o el arándano.

Ya en otras ocasiones se ha analizado en EL CUADERNO DE SILVESTRE la celebración tradicional de LOS CARNAVALES guijeños cuyos personajes principales son LOS QUINTOS, tradicionalmente los jóvenes varones que se iba a marchar a realizar el servicio militar y que hoy son los jóvenes de ambos sexos que cumplirán la mayoría de edad en el año en curso.

El lector interesado, encontrará al final del presente artículo, una serie de enlaces para acceder a toda la información relacionada con los Quintos de Guijo de Santa Bárbara.

Daremos no obstante, unas breves pinceladas de la participación de los QUINTOS en el carnaval guijeño.

El martes de carnaval por la mañana, hoy en día el sábado o el domingo para que pueda asistir más gente, los quintos se preparan para salir a la calle con una indumentaria particular.

El traje de quinto está compuesto básicamente por zapatos negros, pantalón negro, camisa blanca y chaleco negro. Hasta ahí todo normal puesto que es el traje típico que usaban los hombres del pueblo en épocas pasadas.

Las diferencias comienzan con el PAÑUELO que se coloca prendido en la parte posterior del chaleco. Se trata de un pequeño pañuelo de lienzo bordado primorosamente por las abuelas, madres, hermanas o novias de los quintos.

En la cabeza, se coloca el sombrero de paño que tiene la particularidad de llevar como adorno EL PURO. Se trata de un cigarro puro cubierto por cintas de tela de vivos colores convenientemente deshiladas, trenzadas y cosidas.

Ya con esta indumentaria, los quintos aparejan y engalanan un burro y acompañados por la ronda, familiares y amigos, recorren el pueblo pidiendo casa por casa huevos y chorizos con los que después se hará una cena para todo el pueblo.

El burro, que no sufre ningún tipo de maltrato, es utilizado para ir colocando en las aguaderas que lleva sobre el aparejo los huevos y chorizos que se descargarán varias veces para luego ser llevados hasta el local donde se preparará la cena.

La cena antes mencionada, recibe el nombre de CENA DE LOS GALLOS, debido a que antiguamente el gallo en salsa era el plato principal.

Los gallos, como ocurría en Navarredonda de Gredos y en El Barco de Ávila eran los que por la tarde habían sido utilizados para correr los gallos aportando cada quinto un gallo para tal fin.

Era todo un orgullo para la familia de los quintos presentar ese día un buen gallo por lo que las mujeres, que eran las encargadas de la crianza y cuidado de los animales menores, se esmeraban en tener el mejor gallo para el día de los quintos.

Posteriormente, la carrera de gallos se sustituyó por la de cintas, pero también dejó de hacerse.

El martes de carnaval por la tarde, siempre había ronda y baile. Las mujeres de todas las edades y sobre todo las mozas, se vestían con el traje tradicional y sacaban los viejos pañuelos heredados de las madres y abuelas.

Las rondas se hacían por las calles con guitarras, almireces y botellas.

El baile, en tiempos antiguos se hacía al aire libre en la Plaza o las Eras del Legío, para hacerse posteriormente en el salón de tío Angelillo que fue inaugurado en 1920. En el baile, al principio se tocaba con los mismos instrumentos que en las rondas y luego ya se introdujo el famoso organillo de tío Pintamonas.

Pero lo más esperado del martes de carnaval era LA VAQUILLA.

Un hombre con el armazón utilizado para colocar el cedazo empleado para cerner la harina a la hora de hacer el pan, colocaba dos cuernos en la parte delantera del artilugio y se cubría con una tela negra. En la plaza o en el baile, la VAQUILLA corría detrás de la gente entre «chillíos» de las mujeres y risas de los hombres.

Aunque aparecía de forma obligada en los carnavales, la VAQUILLA podía aparecer por sorpresa en el baile de una boda o en otro evento.

Hasta los años 60 del siglo XX, tío Lanero fue el encargado de hacer la VAQUILLA, costumbre que posteriormente se perdió aunque hay gente que está ya dispuesta a recuperar esta antigua tradición para el 2025.

EPÍLOGO.

Resulta curioso que en tres pueblos muy diferentes entre sí y situados a bastante distancia, el carnaval tuviese elementos comunes entre los que destacaba LA VAQUILLA.

Sin embargo, no debe sorprendernos estas similitudes. El Barco y Navarredonda-Barajas no dejan de ser pueblos abulenses donde la ganadería tiene una gran importancia.

Tampoco debe sorprendernos que entre El Barco y Guijo de Santa Bárbara existan grandes similitudes culturales debido a que entre los siglos XVIII y XX gran número de personas del propio Barco y de los pueblos cercanos se asentó en Guijo, trayendo consigo elementos culturales de su tierra.

La peculiar VAQUILLA es sin lugar a dudas un elemento de hermanamiento entre estos tres pueblos de la Sierra de Gredos.

NOTA FINAL DEL AUTOR:

Como escritor de EL CUADERNO DE SILVESTRE, es para mí todo un placer poder escribir sobre la recuperación de la tradición de la VAQUILLA DE CARNAVAL en Navarredonda y Barajas y en El Barco de Ávila, esperando poder escribir al año que viene sobre la recuperación de esta tradición en mi pueblo: Guijo de Santa Bárbara.

Agradecimientos:

– A Miguel Alba Vegas y Alonso de la Calle Hidalgo, fotógrafos.

– A Juan Manuel Yuste Apausa e Isabel López Arrabé, ganaderos de Barajas.

– A Carlos Sánchez Burdiel y Óscar Martín, de El Barco de Ávila.

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS.

– González, Oscar J.  Máscaras de la provincia de Ávila.

– De la Fuente Arrimadas, N. (1925) Fisiografía e historia del Barco,

ENLACES DE INTERÉS

Artículos sobre los Quintos de Guijo de Santa Bárbara publicados en este blog.

– ENTRE GALLOS Y BURROS: LOS QUINTOS.

https://elcuadernodesilvestre.blogspot.com/2022/03/entre-gallos-y-burros-los-quintos.html

FUENTE: https://elcuadernodesilvestre.blogspot.com/

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