POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Dentro del calendarios festivo popular, siempre muy amplio en celebraciones, sobresalen algunas fiestas que, en su conjunto, reciben el nombre de «ritos de inicio» o «de paso».
En ellas se festeja el «fin de un ciclo o etapa» combinando con deseos de cambio y felicidad para una etapa nueva que comienza.
Las celebraciones de Noche Vieja-Año Nuevo, los bautizos, la Primera Comunión, las bodas, los funerales, las fiestas de solsticio… pueden servirnos de ejemplo.
También el Carnaval (Antroxu, antroido, antroiro…) puede entenderse como fiesta de «paso» pues señala un cambio de vida de «comida abundante y desorden festivo» a una nueva etapa de ayuno y penitencia (la Cuaresma).
El GALLO, con su prepotencia chulesca, con su altanería de canto, con su lascivia promiscua… simboliza de algún modo ese conjunto de «pecados» tan humanos contra los que hay que luchar y vencer.
He aquí el origen y la «justificación» de «CORRER LOS GALLOS» en días de Carnaval; fiesta que en muchos pueblos de Asturias -y de fuera de Asturias- ofrecía tintes de exagerada crueldad.
Así, en muchos casos, se enterraba vivo al animal dejando libre su cabeza; y los niños, con los ojos vendados y provistos de un palo, iban dando garrotazos «al vacío» hasta que alguno acertaba, matando al gallo de un palo en la cabeza; el pobre animalito era premio para el niño.
En otros pueblos se colgaba al gallo por las patas, cabeza abajo, y los niños, con los ojos vendados, a dar garrotazos al aire hasta decapitarlo.
Carrandi, parroquia colunguesa, era más «benévola» en este festejo. Los niños, previo donativo de los vecinos y supervisión del maestro local, compraban gallos que soltaban en un prado; después, corriendo detrás de ellos, intentaban capturarlos «a mano»… y quien capturara uno, ¡para él!
También había pueblos donde colgaban el gallo en lo alto de un poste engrasado y el niño que lograra alcanzarlo pues lo ganaba como premio.
En la foto, un dibujo a plumilla del pintor y dibujante gijonés JOAQUÍN GARCÍA MONTOTO (Gijón 1926-1986), cuya madre, ENGRACIA MONTOTO VALLE, era de Carrandi.
Destaca en él todo ese bucolismo que regala el paisaje montano colungués.
El poeta y empresario lastrín DANIEL FORASCEPI le dedicó un sentido poema y nosotros, desde estas líneas, invitamos a los herederos del Sr. García Montoto y al Ayuntamiento colungués a que proyecten una exposición-recuerdo relativa a esos dibujos, acuarelas y óleos que tiene a Carrandi como protagonista.