POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Es una manera de contar la historia reciente, con placas de bronce en las esquinas de las calles, como capítulos. La prolongación de Santa Cruz hacia Castilla, en 1931 se llamó Calvo Sotelo, diputado maurista; en 1932 se llamó Faustino García Röel, médico cuyas propiedades atravesaba la calle; en 1936, Bonifacio Martín Puertas, fundador de la FSA, fallecido en la Revolución del 34, quizá fusilado por las tropas del general López Ochoa; en 1937 volvió al nombre de Calvo Sotelo, hasta la plaza de los Caídos, ayer La Gesta hoy Fresno, y al tramo hasta la plaza de Castilla llamaron General Sanjurjo, buen militar en el Rif y el desembarco de Alhucemas, que la cagó con la Sanjurjada; meses después desaparece Sanjurjo para denominarse entera Calvo Sotelo, y este diciembre de 2016, pasa a llamarse Federico García Lorca. ¡Anda, jaleo, jaleo! Ya se acabó el alboroto y vamos al tiroteo.
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