POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Haces unos días un buen «amigo Facebook», el profesor don Francisco Álvarez Velasco, leonés de Cimanes del Tejar, poeta, escritor y persona que ensambla sentimientos, ciencia y maestría de vida, publicaba una foto de sus días de adolescencia cuando en su pueblo se manejaba «el PÉRTIGO» para trillar o majar el trigo que, como nombre genérico, se le llamaba «el pan».
¡Demonios!, me dije de inmediato, esto en Colunga (Asturias) lo llamábamos GARROTIAR. ¡Hay que recordarlo!
Primera pregunta: ¿Qué es el GARROTE?
Pues verán. El GARROTE, que en algunos pueblos leoneses llaman «pértigo» y «manal», y en Asturias frecuentemente MAYAL, MENAL Y MENAR, consiste en un instrumento (un «apero» o «aperiu» campesino) formado por dos palos largos -iguales o uno más largo que otro- unidos por una badana o correa de cuero que permite el giro de uno de ellos.
El palo que «va a la mano» se le conoce como «manal», y «briscu» o «brisque» el que voltea y maja la espiga golpeándola para que suelte el grano.
Segunda pregunta: ¿Qué es la GARROTIADA?
Pues, sencillamente, la trilla de la espiga del cereal (normalmente trigo o centeno) mediante el majado (el «mayau») con el garrote. Era costumbre seguir estos pasos:
1.- Unos días antes de la garrotiada se embadurnaba el suelo del prado (el «prau»), ya segado, con una capa de boñiga («moñica») mezclada con un poco de barro y se dejaba secar hasta que formara un «caparazón» de cierta dureza.
2.- Sobre ese «suelo» se extendía una lona blanca y en ella se distribuían, en montón, las espigas del trigo. Los «garrotiadores», siempre en números pares (frecuentemente 8 para dividirse en dos grupos de 4) formaban dos filas enfrentadas de modo que, al «garrotiar», los «garrotazos» del briscu golpearan a la espiga y no al cuerpo del «garrotiador» de enfrente.
Esto suponía unos giros verticales del briscu que, en su descenso, estuvieran en un plano a la izquierda del garrotiador enfrentado a su compañero.
Ese trabajo suponía habilidad en el manejo del garrote y mucha experiencia de garrotiada; tanta, que era frecuente que hubiera «grupos especializados » en ese menester y prestaran sus servicios, mediante un módico precio, a los diversos cultivadores de cereal en los pueblos.
3.- Ya finalizada la «garrotiada» las mujeres eliminaban la paja («la poxa») y por último se «aventaba» el grano para dejarlo completamente limpio de polvo y pequeñas impurezas. Quedaba, así, «limpio de polvo y de paja».
¡Por favor!. No piensen mal, que esa es la historia.
4.- El remate, ya se sabe, era la obligada merienda «con lo que daba la casa» y, si «cuadraba», con algo de folixa porque gaiteros, acordeonistas o violinistas no faltaban en los pueblos.
¡Oiga! Pero en Asturias ¿se cultiva trigo?
¡Hombre! .- Aunque Estrabón (siglo I de nuestra era) escribiera en su Geografía que los astures (creo que ahora se dice ástures) «la mayor parte del año se alimentan con bellotas, las que después de secas, quebrantan y muelen, amasando con su harina un pan que se conserva largo tiempo», lo cierto es que el trigo, el centeno y la escanda siempre estuvieron presentes en nuestro Principado; sobre todo después de la Reconquista («la Reconquista de España fue iniciada por Pelayo; no se si en abril o en mayo», se cantaba en las escuelas) debido al intercambio cultural y laboral con comarcas leonesas, castellanas, extremeñas ,manchegas.