GEORRADAR PARA CADÁVERES PARA LOCALIZAR FOSAS COMUNES EN LA PALMA (CANARIAS) • EL CABILDO UTILIZARÁ ESTA TECNOLOGÍA PARA AYUDAR A LA ASOCIACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA EN LA BÚSQUEDA DE REPRESALIADOS
Dic 01 2019

MARÍA VICTORIA HERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE LOS LLANOS DE ARIDANE, MANTIENE EN LA MEMORIA LOS MOMENTOS VIVIDOS CON LA APARICIÓN DEL PRIMER CUERPO DE LOS DENOMINADOS LOS ‘TRECE DE FUENCALIENTE»

En 1994 se encontró el primer cuerpo de los cinco que se localizaron en el Pino del Consuelo, la primera fosa de la Guerra Civil que se excavaba en España. / El Día

Cada vez resulta más complejo disponer de información veraz, de primera mano, sobre dónde se encuentran los restos de personas que fueron asesinadas y tiradas en fosas comunes durante la Guerra Civil, por lo que la búsqueda y excavaciones se llevan a cabo más por fe e intuición que apoyadas en datos más o menos exactos. Sí se sabe que hay dos lugares de enterramientos donde se apuesta por usar esta tecnología de penetración terrestre.

Las fuentes de información van desapareciendo. Las personas que lo vivieron, que estuvieron en el lugar, incluso los ejecutores, han ido falleciendo, una parte de la documentación también se ha ido perdiendo y, con ello, la búsqueda de represaliados por el franquismo en La Palma se ha convertido con el paso del tiempo en un trabajo que tiene más de fe que de investigación.

Una de las últimas oportunidades que tienen las personas que siguen buscando a familiares que fueron asesinados y tirados en cualquier cuneta, enterrados en barrancos o entre pinares es, además de la intuición, el uso de georradares capaces de detectar la presencia en el subsuelo de materiales con diferentes propiedades a los habituales, como un cuerpo o huesos. Apoyarse en la tecnología para recuperar la esperanza.

Jovita Monterrey, consejera insular de Patrimonio Arqueológico, confirmó a esta redacción que se utilizará esta instrumentación «en 2020 para colaborar con la Asociación de la Memoria Histórica de La Palma», gracias a una subvención del Gobierno de Canarias «que el Cabildo complementará en caso de que sea necesario». Y es que «cada vez tenemos menos testimonios, apenas se dispone de información sobre lugares poco concretos». Así, sin exactitud en las pruebas, «no se pueden estar realizando excavaciones en cualquier lugar. Dependeríamos de la suerte y hay que apoyarse en algo más seguro», subraya.

¿Cuántas personas se buscan? «Hay 69 desaparecidos que no sabemos dónde están», sostiene la líder de la búsqueda de represaliados por el franquismo en la Isla, Aralda Rodríguez. Por ahora, «han aparecido tan solo 13 de 82». Ella misma admite también que «ya casi no tenemos fuentes para investigar», lo que, sin embargo, «no impedirá que sigamos buscando, aunque haya que ir a muchos sitios». No es fácil. Al contrario, las dificultades se multiplican, «pero después de nosotros vendrá otra generación» que también buscará respuestas sobre la localización de sus familiares «y a la que tenemos que dejarle preparado parte del camino».

El Cabildo ya sabe a la empresa que se dirigirá para contratar el servicio del georradar. Jovita Monterrey explica que «durante los primeros meses del próximo año, se hará un estudio para delimitar espacios de actuación». Posteriormente, «se comenzará con la búsqueda, para lo que contactaremos con la misma empresa que trabajó en Santa Cruz de La Palma» cuando por casualidad, en el marco de las obras de la Zona Comercial Abierta, se detectó con esta tecnología una muralla defensiva antigua de la capital, que ahora se conservará con un cristal para que sea observada por los viandantes.

De todas formas, Aralda Rodríguez ya tiene dos lugares en los que comenzar la búsqueda. Uno se sitúa «en Garafía», donde previsiblemente se iniciará el trabajo de georradar al tener constancia o al menos algún tipo de información sobre la presencia de restos de tres cuerpos; y otro es «en el camino real que recorre la Isla, en un tramo por Santa Cruz de La Palma», que en aquellos años «era muy utilizado para ir de un pueblo a otro».

Las nuevas búsquedas no tienen un punto demasiado concreto. Son espacios abiertos en los que las excavaciones se llevan a cabo por presentimientos. Ya es difícil encontrar casos como el ocurrido en 1993, cuando la familia Rodríguez Bethancourt acudió al despacho de una abogada para relatar el testimonio de un amigo, que dio datos exactos sobre donde se encontraba un grupo de asesinados por el franquismo, información que le había facilitado el propio ejecutor. Fueron los denominados ‘Trece de Fuencaliente», en el Pino del Consuelo. El 7 de mayo de 1994 apareció el primer cuerpo.

Aquella abogada era María Victoria Hernández, incansable investigadora y cronista oficial de Los Llanos de Aridane, que mantiene en la memoria cada uno de los momentos vividos en aquel momento. Incluso cuando uno de los hijos de una de las personas que supuestamente fueron enterradas en el Pino del Consuelo «vino a mi despacho un lunes y me dijo que habían encontrado a su padre. En realidad, lo encontraron el sábado, pero no me quisieron molestar durante el fin de semana».

Fue la primera fosa de la Guerra Civil que se excavaba en España con autorización judicial, aunque para ser justos con la historia habría que decir que los familiares comenzaron la búsqueda antes de disponer de todos los permisos. El procedimiento se estaba alargando en el tiempo y por su cuenta y riesgo iniciaron la excavación hasta encontrar a los fusilados y tirados a la fosa común. Hace ya 25 años, tiempo en el que muchos testigos de lo ocurrido han fallecido, con miedo hasta sus últimos días de contar lo que vivieron. «Nos hemos tropezado con personas mayores que no querían hablar porque tenían miedo. Aún hoy pensaban que los podían meter en la cárcel», sentencia Aralda Rodríguez.

«El uso del georradar nos permitirá aumentar la confianza de poder encontrar a las personas que aún están enterradas», entiende Monterrey. En realidad, no es la primera vez que en el territorio nacional se utiliza esta instrumento con este mismo objetivo. Ya se usó, por ejemplo, en el cementerio municipal de Gandía, en Valencia, para localizar la fosa común donde supuestamente se enterraron a 62 víctimas fusiladas durante la época franquista, para que sus familiares pudieran darles sepultura.

La consejera de Patrimonio Arqueológico dejó claro que «nuestro objetivo es apoyar a la asociación en todo lo que podamos, ayudar a sus miembros y acompañarles para encontrar a las víctimas que están enterradas». Hizo hincapié en que «lo que queremos es localizar los puntos concretos para poder hacer las excavaciones y darle sepultura como se merecen». Y se espera que sea en 2020.

Fuente: https://mail.google.com/ – V. Martín

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