POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
La parroquia colunguesa de Duz (San Juan, Huerres y La Poladura), celebra este fin de semana la festividad de Nuestra Señora Virgen del Rosario; fiesta establecida por el Papa San Pío V, en el siglo XVI, para conmemorar cada 7 de octubre la victoria de las tropas españolas en la batalla de Lepanto. Más aún, ese Papa cambió la tradicional advocación de Virgen del Rosario por la de Virgen de las Batallas y Virgen de las Victorias.
Años después, Gregorio XIII retomó la primitiva advocación, tal como la propuso en 1208 Santo Domingo de Guzmán cuando la Virgen se le apareció en la capilla del monasterio francés de Prouilhe.
En Duz existe una tradicional rivalidad a la hora de festejar a la Virgen del Rosario: Huerres, por su parte, planifica sus actividades festivas profanas y San Juan-La Poladura, unidos, las suyas.
La celebración religiosa (Misa, Procesión, subasta de ramos) es común para todos en la parroquial de San Juan Bautista.
Desde hace tres años San Juan y La Poladura «inventaron» el acto religioso que denominan ROSARIO ENTRE QUINTANAS. Consiste en una procesión nocturna, que discurre entre las quintanas (poblados), rezando el Santo Rosario, estando el pueblo con las luces apagadas y utilizando únicamente el alumbrado de velas y antorchas.
Finalizado el rezo de las Letanías, en un acto entrañable, se entrega EL ROSARIO DE SAN JUAN a aquella persona que la Comisión Organizadora entiende merecedora de tal galardón: premio que hasta ahora solo se concedió a sacerdotes colungueses.
Este año de 2016 -y lo digo con orgullo porque soy natural de San Juan- me han concedido ese honor, aunque cristiano viejo, no sea sacerdote.
Soy, simplemente, un profesor jubilado y escritor mediocre, que hice de la Física, de la Química, de la Tecnología, y de la Historia, mis principales pasiones.
Gracias, muchas gracias a las gentes de San Juan, de La Poladura y de Huerres. Y gracias, muchas gracias, a quienes desde mi niñez hasta mi «tercera edad» supieron enseñarme el camino del trabajo, de la fe, y del amor a los demás.
Este premio me ayudará a seguir sembrando por los espacios del viento y del espíritu todo lo que aprendí de ellos.