SU ACTIVIDAD SE CENTRÓ EN ESE PRIMER ASILO DE MAYORES UBICADO EN EL PALACIO DE LUIS DE CHAVES, EN EL CASCO HISTÓRICO DE LA CIUDAD, SEGÚN LO DETALLA EL CRONISTA OFICIAL DE TRUJILLO, JOSÉ ANTONIO RAMOS
La actividad diaria se ha unido con unos intensos preparativos que han durado semanas. Cualquier ayuda extra ha sido buena para que estuviera todo preparado para hoy. Al frente de todo ello está la madre superiora, sor Margarita Herrera, una polifacética religiosa que, de igual forma bromea con una trabajadora, que revisa un proyecto de una obra o prepara una celebración a lo grande, como la que habrá esta mañana.
Se trata de la conmemoración de los 125 años de la llegada de las ‘Hermanitas de los ancianos desamparados’ a Trujillo, para la puesta en marcha de un asilo de mayores, sobre todo, pobres. Este aniversario se une a la concesión por parte del Ayuntamiento del título de ‘Hija adoptiva’ a estas religiosas, por su labor desempeñada en el municipio durante todo este tiempo, «al servicio de los más necesitados», señalan. Esa distinción se aprobó en la última sesión plenaria celebrada a finales de año.
Esta congregación, fundada por Santa Teresa Jornet e Ibars en 1873, se asentó en Trujillo el 1 de enero de 1894 con seis monjas. Su actividad se centró en ese primer asilo de mayores ubicado en el Palacio de Luis de Chaves, en el casco histórico de la ciudad, según lo detalla el cronista oficial de Trujillo, José Antonio Ramos. En este lugar, permanecieron 71 años, hasta que en 1965, se trasladaron al actual centro, la residencia Santa Isabel. Los terrenos de este lugar fueron donados por Isabel Mateos Delgado. «Esta bienhechora quiso ser monja, pero por enfermedad contraída en el noviciado en Valencia, donó sus bienes y se entregó al cuidado de los ancianos», detalla Ramos.
El cronista trujillano apunta que el traslado se debió a la mayor demanda de personas necesitadas y a la mejora de las condiciones tanto para los residentes, como para las religiosas. Tres años antes de este traslado, el palacio de los Chaves fue adquirido por ‘Hijas de la Virgen de los Dolores’, congregación que regenta en la actualidad el colegio Sagrado Corazón de Jesús, apunta.
A lo largo de los años, según las necesidades y las normativas vigentes, ‘las hermanitas de los ancianos desamparados’ han llevado a cabo diferentes reformas, ampliaciones y mejoras en su centro residencial. Las últimas intervenciones más destacadas se realizaron en 2016, bajo la dirección del arquitecto Javier Diz. La superiora reconoce que, a base de mucho esfuerzo, se han podido conseguir los objetivos marcados relacionados con el arreglo permanente de las dependencias.
Remarca que la principal dedicación de las hermanas son los mayores y, sobre todo, los más pobres. Además, tanto ella, como alguna de sus compañeras reiteran que siempre se pretende que los ancianos perciban a través de sus servicios «el amor y la misericordia de Dios».
Esta residencia cuenta, en la actualidad, con 105 mayores, de un total de 114 plazas. Algunos de estos residentes tienen pensiones muy bajas e, incluso, ningún recurso. «Estamos sobre todo para los pobres. Una vez que llegan aquí, son todos iguales», remarca. Todos ellos son atendidos por cinco religiosas, de las seis existentes, y 38 trabajadores. Entre todos, intentan que estén como en casa. «Buscamos que este sea su hogar, que estén lo más cómodo y atendidos posible», explica la superiora.
Estas ‘hermanitas’ han recibido, a lo largo de estos 125 años, diferentes donaciones. Ejemplo de ello fue hace cuatro o cinco años la herencia de una anciana. Con el dinero recibido se pudieron llevar a cabo diferentes obras de mejora.
Una de las más importantes cuantías que se reciben proviene de la finca ‘Las Alberguerías’, situada a unos kilómetros de Trujillo. Ramos recuerda que, cuando se cerró el asilo de este lugar en 1913, su fundadora, Margarita de Iturralde, dejó para la residencia Santa Isabel una casa y una valiosa custodia. La superiora recuerda que, en la actualidad, de la renta de esa finca, se reciben todos los años entre 70.000 y 80.000 euros. Además, se cuenta con la aportación anual de la Fundación Obra Pía de los Pizarro, que suele ser de 3.000 o 2.000 euros. «Son las únicas entradas seguras que tenemos», apunta. Este dinero se une a las pensiones de los mayores, que no suelen ser altas.
Con todo ello se pretende hacer la mejor labor posible. Para ello, la madre Margarita reconoce que hay que ser una buena administradora y realizar una gestión idónea para llegar a final de mes. «Si no fuéramos como somos, no nos llegaría, porque, con las entradas existentes, no te llega», explica esta superiora que todavía mantiene algo el acento de su canaria natal.
Celebración
Además de ese quehacer diario, las últimas jornadas se han centrado en los preparativos. Ha habido que quitar los adornos de Navidad para poder colocar los de este cumpleaños tan especial. Para ello, se ha contado con la colaboración de trabajadores y ya extrabajadoras.
Entre otras personalidades, como invitados, se espera la presencia del obispo de Plasencia, José Luis Retana, así como quien fuera prelado de Coria-Cáceres, Ciriaco Benavente, junto a unas cincuenta religiosas de la congregación y una veintena de sacerdotes. No faltarán integrantes de la Corporación municipal, así como los ancianos, familiares, trabajadores y amigos de las religiosas. «Estamos abiertos a la comunidad», apunta la superiora.
Los actos comenzarán a las 10.30 horas con el descubrimiento de una placa, con motivo de la concesión de ese título de ‘Hijas adoptivas’. Seguidamente, habrá una eucaristía y el recital de la coral Troxiello. A la una habrá un vino de honor. Tras la comida, se celebrará un festival. La madre superiora cree que esta congregación se ha convertido ya en una institución en la ciudad. Ejemplo de ello es que lleva 125 años prestando su servicio. «¡Cuántas hermanitas se han sacrificado por los ancianos en este tiempo!», apunta. También se considera que es un hecho de alegría el reconocimiento del Ayuntamiento.
Fuente: https://www.hoy.es/ – JAVIER SÁNCHEZ