POR ANTONIO HERRERA CASADO, CRONISTA OFICIAL DE LA PROVINCIA DE GUADALAJARA.
Al fin del año, y recapitulando sobre lo hasta ahora hecho, veo que faltaba la cabeza de la provincia, la ciudad de #Guadalajara, por poner en esta colección de sellos.
A ella, que tiene tantos motivos para destacar, le he dedicado cuatro ejemplares, que muestran cuatro de las infinitas piezas que componen su puzzle.
Están las pinturas manieristas de las salas bajas del palacio del Infantado, los expresivos mensajes humanistas del palacio de Antonio de Mendoza, la filigrana mudéjar de la capilla de Luis de Lucena, y la pena gótica del paje que llora a los pies de Rodrigo de Campuzano. Los cuatro juntos pueden ser emblema de la ciudad.
Y así vuelvo a dar la llamada de que consideremos continuamente los elementos, pueblo a pueblo, camino a camino, que constituyen esa “Marca Guadalajara” por la que los demás nos conocen, y nos admiran. Esto es lo que hay que destacar, para ser más nosotros.