GUADALAJARA SIGUE TENIENDO PATRIMONIO EN PELIGRO
Ago 11 2021

NOTICIA EN LA QUE SE CITA A PILAR MARTÍNEZ TABOADA, CRONISTA OFICIAL DE SIGUÜENZA (GUADALAJARA) Y A ANTONIO HERRERA CASADO, CRONISTA OFICIAL DE LA PROVINCIA DE GUADALAJARA.

Fábrica de La Hispano Suiza

2021 está siendo un año especialmente ajetreado para los monumentos de la provincia. Varios de ellos han pasado a engrosar la «Lista Roja» de Hispania Nostra, que recoge aquellos complejos históricos que se “encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores, con el fin de darlos a conocer y lograr su consolidación o restauración”, explican desde Hispania Nostra. En este contexto, algunas de las últimas incorporaciones a la mencionada relación son la «Casa del Cid», en Castejón de Henares; el templo de Nuestra Señora de la Blanca, en Matillas la Vieja; la iglesia de Fraguas o el convento de Santa Clara, en Alcocer, entre otras.

De esta forma, el espacio arriacense cuenta con un total de 38 presencias en la «Lista Roja». “El presente año, los edificios patrimoniales de la provincia han ido entrando, uno detrás de otro, en la mencionada relación”, asegura Pilar Martínez Taboada, miembro de la junta directiva de Hispania Nostra y delegada de la entidad en Castilla–La Mancha. “Desde el 26 de febrero de 2021, que se incluyó el Palacio de los Arias en Molina de Aragón, se han ido –también– considerando una serie de ermitas, iglesias o edificios históricos debido a su estado de conservación”.

A estos monumentos se han de sumar otros ejemplos caracenses, que se mantienen –aún hoy– en mencionada lista. Entre ellos, los castillos de Anguix –en Sayatón– y de Los Funes, en Villel de Mesa, así como los conventos de los Carmelitas –en Budia–, de la Salceda –en Tendilla–, de Sopetrán –en Hita– o de Jesús del Monte –en Loranca de Tajuña–. Todo ello sin olvidar el monasterio de San Salvador –en Pinilla–, el Alcázar Real de la capital o las ermitas de la Virgen de la Carrasca –en Rillo de Gallo– y de la Soledad, en Campillo de Dueñas, incluidas en el estudio de Hispania Nostra.

Por tanto, ¿cómo se puede calificar el estado de conservación del patrimonio guadalajareño? “Si se realiza una visión general de la provincia, y salvo casos puntuales [como los mencionados], la situación general es buena”, asegura Plácido Ballesteros, jefe del Servicio de Cultura de la Diputación, profesor de la Universidad de Alcalá (UAH) y especialista en la materia. De hecho, no existe ningún monumento arriacense en la «Lista Negra», cuyo objeto se explicará más adelante.

Sin embargo, el cronista provincial, Antonio Herrera Casado, se muestra algo menos optimista. “En mal estado hay bastantes casos, aunque en peligro de desaparición se encuentran pocos”, asegura. De cualquier forma, Herrera Casado enfatiza que algunos complejos estarían viviendo una situación muy mejorable. Entre ellos, el templo románico de Villaescusa de Palositos. “Cada año que pasa está peor, debido a una gran hendidura que tiene en la cabecera, ya sin techado”, relata. “También se halla en grave peligro –no solo de hundimiento, sino de desaparición– el poblado de Villaflores, en el municipio de Guadalajara. Necesita una atención urgente”.

En cualquier caso, en los pueblos arriacenses, “los elementos patrimoniales más visibles son las iglesias”, explica Plácido Ballesteros. “Y la mayoría de estos templos se han ido arreglando durante los últimos años, gracias a los esfuerzos de la Diócesis y de las administraciones públicas, a través de los convenios firmados con la Junta de Comunidades y la Diputación”. Pero, al mismo tiempo, si se consulta la conservación de las fortalezas provinciales, “existen más matices”. A pesar de ello, “no tenemos castillos que se puedan derrumbar de manera inminente”.

Sin embargo, si se pone el foco en las casonas y palacios arriacenses, la situación es “más compleja”. Se distinguen casos que muestran “una situación de conservación muy buena”. Pero otros, en cambio, están “sufriendo el abandono general”. Muchos de ellos son de propiedad particular. Una situación en la que –no obstante– las administraciones también tendrían algo que decir, puesto que los entes públicos “están para guardar y hacer guardar el legado patrimonial e histórico de nuestro país”, enfatiza Manuel Granado, experto en el tema.
– En este sentido, ¿cuáles son las causas del deterioro de ciertos monumentos en la provincia?

– Entre las principales razones de esta situación se encontrarían la despoblación y la falta de atención diaria a edificios que ya no tienen uso, como murallas, castillos, iglesias, palacios o fuentes –relata Antonio Herrera Casado–. Además, se van deteriorando aquellos ejemplos que se ubican en despoblados o en localidades de muy pocos habitantes.
Por ello, los complejos que cumplan con las condiciones requeridas, han de ser calificados como Bienes de Interés Cultural (BIC), ya que dicha consideración se constituye como un reconocimiento de control. Hay que tener en cuenta que la mencionada declaración establece unos límites en favor de la conservación, el mantenimiento y la difusión de los valores del monumento.

El trabajo de Hispania Nostra
Pero, en este contexto, ¿qué criterios se siguen desde Hispania Nostra para incluir nuevos casos en su «Lista Roja»? “Se debe haber una petición externa”, confirma Pilar Martínez Taboada. “La misma se puede realizar a través de la web de la entidad, donde existe un documento que se ha de rellenar y en el que se debe exponer la historia del edificio y las razones por las que se solicita su inclusión en dicho directorio”.

Además, a este dossier se ha de adjuntar una documentación adicional, como una bibliografía y una serie de fotografías del edificio, con el fin de comprobar su estado. “La petición la puede realizar un particular, una asociación, un ayuntamiento u otra institución”, aseguran los responsables del trabajo. Tras recibir la solicitud, un equipo de especialistas la evalúa y, si cumple una serie de criterios técnicos, pasa a formar parte del mencionado catálogo.

Esta decisión es –al mismo tiempo– comunicada a los delegados territoriales de la entidad –como es el caso de Pilar Martínez Taboada en Castilla–La Mancha–, para confirmar la situación en la que se encuentra el referido bien y si existen proyectos de recuperación y rehabilitación del mismo. Y, así, ratificar la medida adoptada previamente. De esta forma, se pretende alcanzar el objetivo de la «Lista Roja», que busca “servir de portavoz sobre la situación del patrimonio del país” y que “se establezca alguna iniciativa para que se restaure”.

Si finalmente se consigue la referida recuperación, el edificio pasa a la «Lista Verde», en la que se recogen los bienes que han sido retirados de la «Lista Roja», “al desaparecer el riesgo que presentaban de desaparición tras haber sido intervenidos”. En Guadalajara se han incluido en dicha «categoría positiva» los monasterios de Bonaval –en Retiendas–, de San Bartolomé en Lupiana o de Monsalud, en Córcoles. Otros casos de rehabilitación se presentan en el convento de San Antonio –en Mondéjar–, el castillo de Galve de Sorbe, la iglesia de San Simón –en Brihuega– o la atalaya musulmana existente sobre la Cueva de Los Casares, en Riba de Saelices.

Sin embargo, también se ha definido una «Lista Negra», en la que se incorporan los casos en riesgo que no se han rescatado y que, al final, “se han venido abajo”. En la provincia no hay ninguna muestra en este último catálogo, pero –aun así– se sigue trabajando en la conservación patrimonial. De cualquier forma, una vez rehabilitados dichos monumentos, se les ha de conceder un uso, que puede ser el mismo que contaba anteriormente o uno nuevo. “Hay muchos edificios que no pueden recuperar su utilización original, por lo que se les debe buscar otra función”, explica Pilar Martínez Taboada. En cualquier caso, “para mantener un bien, lo mejor es que se implementen buenas prácticas en el lugar”.

Además, ¿qué medidas se han de adoptar para mejorar la conservación de los monumentos provinciales? “En algunos casos, invertir presupuesto en su restauración, rehabilitación y puesta en uso”, explica el cronista provincial arriacense. Un posicionamiento que es compartido por otros especialistas. “La agenda 2030 habla claramente del sustento y protección del legado histórico artístico. Por tanto, ahora que llegan fondos europeos hemos de aprovechar para canalizarlos y recuperar espacios. Con esto se conseguiría –a su vez– frenar la despoblación, porque el turismo es un motor económico. Todo es transversal”, relata Manuel Granado.

Y, además, “sigue siendo necesario un proceso de estudio, conocimiento y de apreciación de la herencia patrimonial. Sobre todo, por parte de la juventud”, añade Herrera Casado. En consecuencia, la divulgación patrimonial es fundamental para valorizar nuestro legado monumental. “Todo aquello que se valora, se siente como propio y, a la postre, se conservará para el futuro”, concluye Plácido Ballesteros. “Lo que no se conoce, no se protege y acaba despareciendo”. De esta forma, la difusión histórica es fundamental, ya que supone un aprendizaje de nuestros tiempos pretéritos. Al fin y al cabo, y como dijo el poeta escocés Robert Burns:

«La historia es cuestión de supervivencia. Si no tuviéramos pasado, estaríamos desprovistos de la impresión que define a nuestro ser»

Monumentos de Guadalajara en la «Lista Roja del Patrimonio»Alcázar Real de Guadalajara.
Casa del Cid, en Castejón de Henares.
Casa fuerte de La Bujeda, en Traíd.
Castillo de Anguix, en Sayatón.
Castillo de Pelegrina, en Pelegrina, Sigüenza.
Castillo de Torresaviñán, en La Torresaviñán.
Castillo de Villel de Mesa (Castillo de los Funes).
Convento Carmelita de Budia.
Convento de Jesús del Monte, de Loranca de Tajuña.
Convento de Santa Clara, Alcocer.
Convento de la Concepción, Almonacid de Zorita.
Convento de Nuestra Señora de la Salceda, en Tendilla.
Ermita de la Soledad, en Campillo de Dueñas.
Ermita de la Soledad, en Horna (Sigüenza).
Ermita de la Virgen de la Carrasca, en Rillo de Gallo.
Fábrica La Hispano-Suiza, en Guadalajara capital.
Iglesia de la Asunción de Villaescusa de Palositos.
Iglesia de Nuestra Señora de la Blanca, en Matillas La Vieja.
Iglesia de Querencia, en Querencia, Sigüenza.
Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, en Fraguas.
Herrería de Peralejos y casona, en Peralejos de las Truchas.
Monasterio de San Blas, en Villaviciosa de Tajuña.
Monasterio de San Salvador de Pinilla, en Pinilla de Jadraque.
Monasterio de Santa María de Óvila, en Trillo.
Monasterio de Santa Ana, en Tendilla.
Monasterio de Sopetrán, en Hita.
Palacio de los Arias, Molina de Aragón.
Palacio del Virrey Valdés, en Molina de Aragón.
Poblado de Villaflores, de Guadalajara.
Real Convento de San Francisco, en Atienza.
Salinas de Imón, cerca de Sigüenza.

FUENTE: https://henaresaldia.com/guadalajara-sigue-teniendo-patrimonio-en-peligro/

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