GUIJO DE SANTA BÁRBARA. EL PUEBLO DE VIRIATO.
Abr 27 2024

POR SILVESTRE DE LA CALLE GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE GUIJO DE SANTA BÁRBARA (CÁCERES)

 

Guijo de Santa Bárbara es un pequeño pueblo situado en la comarca de La Vera, al noreste de la provincia de Cáceres y en las estribaciones occidentales de la vertiente sur de la Sierra de Gredos.

Sus habitantes viven dedicados a la ganadería, la agricultura y a actividades del sector terciario, teniendo el turismo una gran importancia.

Este pueblo goza un patrimonio natural, histórico y cultural verdaderamente increíble pudiendo decir con orgullo que es EL PUEBLO DE VIRIATO.

¿Quién fue Viriato?

Resumiendo mucho, podríamos decir aquello que se explicaba en los libros de historia de los colegios hace unas décadas: Viriato fue un pastor lusitano que luchó contra los romanos.

La historia es bastante más compleja.

Sabemos bien que un pastor, es aquella persona que conduce o pastorea ganado extensivo, normalmente ovejas.

Pero ¿Qué es un lusitano?

Hoy solemos utilizar este vocablo para referirnos a Portugal y esto tiene bastante sentido puesto que la provincia romana de Lusitania abarcaba gran parte del actual Portugal y también de España, recibiendo el nombre de la tribu o pueblo de los Lusitanos, quienes entre los siglos V y I antes de Cristo habitaron parte del sur de Portugal y de Extremadura junto a otra tribu mítica como fueron los Vettones, escultores de los famosos verracos.

Por tanto, es complicado saber si Viriato era un pastor de la tribu de los Lusitanos o era originario de cualquier otro punto de la provincia de Lusitania.

Durante la primera mitad del siglo II a.C. los romanos lucharon contra los lusitanos y consiguieron firmar un tratado de paz que les permitiese una convivencia mínimamente estable, pero en el 155 a.C. los lusitanos rompieron ese tratado.

Parecía imposible vencerles por lo que Roma envió a Servio Sulpicio Galba, cuyas tropas fueron derrotadas por los lusitanos. Galba trató de firmar la paz y consiguió que unos 30.000 lusitanos acudiesen a un supuesto reparto de tierras y riquezas poniéndoles como condición que entregasen las armas.

Galba mandó a los lusitanos que se dividiesen en varios grupos y hecho esto, mató allí mismo a 8000 o 9000 e hizo prisioneros para venderlos como esclavos a otros 20000 entre hombres, mujeres y niños. Sólo un millar de personas lograron escapar y esconderse en las agrestes montañas.

Entre los que lograron escapar, estaría Viriato.

Aquel fue un duro golpe para los lusitanos y Roma pensó que había ganado la guerra, pero nada más lejos de la realidad, pues los lusitanos se repusieron y en el año 147 a.C., ya con Viriato convertido el líder del ejército, volvieron a combatir contra los romanos causándoles gran número de bajas en numerosas batallas.

Muchos fueron los pretores y cónsules que trataron de solucionar aquella situación pero vieron que era imposible por lo que en el año 141-140 a.C. Viriato y Quinto Fabio Massimo Serviliano firmaron un tratado de paz que ratificado por el Senado, reconocía a Viriato como Dux o «rey de los lusitanos».

Al año siguiente Quinto Servilio Cepión, volvió a hostigar a Viriato, que se vio obligado a retirarse a las montañas de Carpetania primero y después a las de Lusitania.

Cepión encontró una férrea resistencia por parte de los lusitanos que estaban ya cansados de la guerra. Quiso negociar con Viriato y éste envió a Audaz, Ditalcon y Minuro, sus hombres de confianza, como emisarios.

Cepión consiguió sobornar a los tres guerreros que, por la noche, mataron a Viriato mientras dormía.

La leyenda dice que ni Cepión ni Roma quisieron pagar esa recompensa por considerar que habían conseguido una victoria mediante la traición. De ahí vendría la famosa frase de «Roma no paga a traidores».

A grandes rasgos, esta es la historia de Viriato, la cual no contamos con más detalle para no aburrir al lector sino porque lo que hoy nos interesa es dónde nació Viriato.

Este pastor y gran guerrero nació en un pequeño poblado que hoy es Guijo de Santa Bárbara.

¿Podemos asegurar esto? Realmente, no. Pero al igual que nosotros no podemos asegurarlo por no haber documento alguno, ningún otro pueblo que se atribuya ser EL PUEBLO DE VIRIATO, puede hacerlo tampoco.

Los guijeños nos limitamos a contar lo que nuestros mayores nos contaron y lo que a ellos les contaron sus mayores y así generación tras generación se ha estado haciendo junto a la lumbre de chozas y casas desde hace más de 2.000 años.

En 1667 el historiador jarandillano Gabriel Azedo de la Berrueza y Porras en su singular obra Amenidades, recreos y florestas de la Vera, escribe que Viriato era natural del Guijo. Posiblemente, se lo oyese contar más de una vez a los viejos cabreros guijeños de aquella época y lo mismo le ocurriría a don Pedro Rosado, párroco de Guijo en 1789 y 1811, quien en 1791 al responder las preguntas del Interrogatorio del geógrafo Tomás López, también dijo que Viriato era del Guijo.

Una de las calles más antiguas de la población, que en 1816 cuando Guijo se independizó de Jarandilla de la Vera tomando el nombre de Villa de Guijo de Santa Bárbara, se llamó Calle del Rincón aunque siempre fue conocida con el nombre de Calle Viriato que desde principios del siglo XX figura oficialmente con esa denominación y en la que los más viejos del lugar cuentan que se encontraba la casa o la choza en la que vino al mundo Viriato.

Los guijeños se sienten muy orgullosos de Viriato, personaje con el que se han identificado perfectamente a lo largo de los siglos.

Ya en el siglo XIV los cabreros guijeños recorrían estas montañas teniendo que luchar permanente contra lobos y osos pues, como el propio rey Alfonso XI dijo en el Libro de Montería, «el monte de Jaranda, que es cabo de Jarandilla, es buen monte de oso en todo tiempo.»

En 1468, los ganaderos de El Guijo, pequeña aldea perteneciente al Señorío de Jarandilla, pidieron a su Señor un coto de pastos para sus ganados independiente del de los ganaderos de Jarandilla, concediéndoles D. Fernando Álvarez de Toledo y Zúñiga este privilegio.

Es significativo que unos humildes ganaderos, posiblemente cabreros, tuvieran la valentía para dirigirse a su Señor pidiéndole tierras pero…¿acaso se podía esperar otra cosa de los descendientes de Viriato?

En 1560, ocurrió un insólito milagro en Guijo. Durante una terrible tormenta, un rayo impactó en una casa que, al estar hecha con piedra, adobe y mucha madera, comenzó a arden rápidamente. Todos los moradores de la casa lograron salir sanos y salvos, pero dos niños pequeños quedaron atrapados. Los vecinos de la aldea trataron en vano de sofocar las llamas y comenzaron a rezar a Santa Bárbara para que, con su intercesión, Dios apagase el fuego.

Milagrosamente, el fuego se apagó y entre los escombros de la casa, los dos niños aparecieron con vida.

Los guijeños construyeron una pequeña ermita en el lugar y lucharon para que se convirtiese en parroquia, colocando la pila bautismal en 1674 y continuando su lucha para tener cura propio que, aunque les fue concedido en 1695 no pudo tomar posesión hasta 1698 por oposición de Jarandilla.

El esfuerzo de los humildes guijeños para construir una ermita dedicada a Santa Bárbara creando ya en 1580 una cofradía para celebrar su fiesta y las luchas para conseguir que dicha ermita fuese parroquia y que contase con cura propio, sorprendieron incluso a los Papas de la época y en 1725 el Papa Benedicto XIII otorgó un privilegio muy singular a los guijeños cuya parroquia contaría con 5 jubileos anuales para obtener indulgencia plenaria (4 de diciembre, 25 de diciembre, 6 de enero, 25 de marzo y 8 de septiembre).

Los guijeños llevaban siglos bajo el yugo de Jarandilla y, como Viriato, querían ser dueños de sus vidas y de la sierra que daba de comer a sus ganados por lo que batallaron como los guerreros lusitanos para conseguir ser independientes.

Lo consiguieron en 1708 pero al no poder pagar los 384.000 maravedíes que Jarandilla les exigía, la independencia duró solamente un año, aunque no se rindieron y en 1816 consiguieron su independencia definitiva.

Y precisamente en 1810 nació en El Guijo un «nuevo Viriato», llamado Antonio Jiménez García, conocido popularmente como «El Abuelo Viejo».

De ser un humilde pastor pasó a ser escribiente, secretario del Ayuntamiento y alcalde con tan sólo 23 años, convirtiéndose en un acomodado ganadero que, en la época de las Desamortizaciones adquirió fincas diversas, entre las que se encontraba el Baldío de Jaranda que cedió a los vecinos del pueblo. Fue además diputado provincial de Cáceres por el partido judicial de Jarandilla, preocupándose especialmente por la mejora de las comunicaciones y la educación, especialmente de niñas y mujeres.

Fundó diversas instituciones benéficas y construyó la carretera Guijo-Jarandilla, la escuela, la biblioteca y la ermita de Nuestra Señora de las Angustias.

La Reina Isabel II de España le nombró Caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III y el Papa León XIII le otorgó una Indulgencia Plenaria Perpetua para el perdón de sus pecados y de sus descendientes hasta la tercera generación.

Desde su juventud hasta su muerte en 1898 luchó siempre por mejorar las condiciones de vida de sus vecinos como hizo Viriato.

Los guijeños actuales, que viven dedicados fundamentalmente a la ganadería, la agricultura y a actividades del sector servicios con una gran importancia del turismo, mantienen ese espíritu guerrero de Viriato luchando por mantener las costumbres y tradiciones heredadas de sus mayores.

Aquí siguen los cabreros y vaqueros descendientes de aquellos pastores lusitanos que se convirtieron en guerreros para defender los suyo.

Cabreros como Alejandro Torralvo Gutiérrez, premio Viriato 2022, quien a sus 25 años está luchando por conservar la cabra Verata, raza autóctona de estas serranías y muy similar a las cabras que pastoreó Viriato antes de luchar contra Roma.

Pese a ser tradicionalmente un pueblo de cabreros, Guijo de Santa Bárbara es un pueblo de vaqueros trashumantes dedicados a la cría de ganado vacuno de aptitud cárnica. Aunque predominan ya las vacas cruzadas o mestizas, aún quedan ganaderos que se mantienen fieles a la raza Avileña-Negra Ibérica, similar a las vacas criadas por los vettones y cuyos toros sirvieron de modelo para esculpir en la dura roca los verracos.

Ganaderos que defienden la naturaleza y los lugares donde pastan sus ganados y luchan por conseguir un precio digno para sus productos como la leche de cabra empleada para la elaboración de exquisitos quesos y la carne de cabritos y terneros que puede degustarse en los restaurantes de la zona.

No sólo es Guijo de Santa Bárbara un pueblo de ganaderos o pastores, sino que es también un pueblo de agricultores que, con gran esfuerzo luchan por cultivar castaños, olivos, cerezas, higueras, frambuesas o arándanos, frutos todos ellos de gran calidad y aprecio en el mercado.

Atrás quedan los tiempos en los que, como los vettones, los guijeños se dedicaban al cultivo de cereales y legumbres habiendo sido capaces de adaptarse a los tiempos introduciendo nuevos cultivos.

Muchas personas trabajan en el sector servicios. Bares, restaurantes, alojamientos rurales, tiendas de alimentación, tiendas de productos típicos…que permiten al viajero que visita estas tierras disfrutar de la tranquilidad de este idílico pueblecito y disfrutar de su gastronomía en la que sobresalen la carne de cabrito, el pan y los dulces de leña, las mermeladas artesanas y los ricos licores como el singular licor de gloria.

El patrimonio natural es incomparable. Guijo se encuentra en un pequeño valle de montaña tallado por la garganta Jaranda y al abrigo de la sierra del mismo nombre que le protege del viento norte, lo que hace que sea un pueblo relativamente cálido en el que junto al castaño, el roble o la encina crecen el olivo, el naranjo y el limonero.
En su garganta, con magníficos charcos para el baño como La Máquina, Calajomero o El Trabuquete, habitan las truchas que son un bioindicador de aguas limpias y puras mientras que en las altas sierras, sobrevoladas por el águila real, la cabra montés es la reina y señora.

Y es que, gracias a la presencia de la cabra montés, Guijo de Santa Bárbara se encuentra dentro de la Reserva de Caza La Sierra, espacio cinegético y natural de importancia mundial desde el punto de vista económico y natural al compatibilizar el aprovechamiento cinegético con la ganadería y la conservación del medio natural.

Todo esto puede verse fácilmente en el Centro de Interpretación de la citada Reserva situado en este municipio.

Todo el año se puede visitar el pueblo de Guijo de Santa Bárbara pero es especialmente en las fiestas cuando el pueblo se llena de alegría y color, destacando por encima de todas la Fiesta en honor a Santa Bárbara los días 4 y 5 de diciembre. Antes de la Santa Misa, tiene lugar la procesión en la que bailan los danzantes de Santa Bárbara.

Es todo un espectáculo ver la danza en la que, a semejanza de los aguerridos soldados de Viriato, los jóvenes guijeños bailan sin descanso por las tortuosas calles de esta villa serrana ante la imagen de la Patrona.

Desde 2008, siendo alcalde D. Francisco Bernardo Huertas, los guijeños celebran durante el mes de mayo la FIESTA DE VIRIATO, colocándose en 2014 a la entrada de la localidad una estatua dedicada al más ilustre de los guijeños de todos los tiempos.

Este año, la fiesta de VIRIATO tendrá lugar los días 3 y 4 de mayo con la realización de diversas actividades: mercado de artesanía, animación callejera, tiro con arco, pasacalles, talleres…y mucho más. Además habrá un concierto de LOS ODIOSOS el viernes día 3 y otro de EL GATO CON JOTAS el sábado 4, tras el cual habrá un DJ.

Como cada año, el día 3 de mayo se hará de entrega del PREMIO VIRIATO concedido por el Excelentísimo Ayuntamiento de Guijo de Santa Bárbara a aquellas personas que, con el espíritu luchador de Viriato, defienden, promueven y dan a conocer la cultura guijeña al resto del mundo.

Este año el Ayuntamiento, presidido por Doña Clara Jiménez Santos, otorgará el Premio a Don Alonso de la Calle Hidalgo, maestro jubilado, fotógrafo, documentalista, cantautor, investigador y escritor, natural y vecino de Guijo de Santa Bárbara.

Y es que no cabe duda que Alonso de la Calle Hidalgo, descendiente de Antonio Jiménez García «El Abuelo Viejo», es también un Viriato de los tiempos modernos que lucha por defender la cultura guijeña y de toda Vettonia pues sus investigaciones abarcan toda la Sierra de Gredos.

Como novedad, este año tendrá lugar el sábado 4 una ruta por el pueblo denominada «EN TIEMPOS DE VIRIATO», dirigida y guiada por Silvestre de la Calle García, Cronista Oficial de la Villa de Guijo de Santa Bárbara. En esta ruta se explicará quién fue Viriato, qué era Lusitania, cómo era la vida diaria de los vettones y lusitanos y cuáles eran sus costumbres…

Desde EL CUADERNO DE SILVESTRE os animamos a visitar Guijo de Santa Bárbara y a disfrutar de la fiesta de VIRIATO en este pueblecito serrano que puede decir con gran orgullo porque así no los han contado nuestros mayores y así se lo contaremos nosotros a los que vengan detrás que es EL PUEBLO DE VIRIATO.

Fdo: Silvestre de la Calle García.

Cronista Oficial de la Villa de Guijo de Santa Bárbara.

Enlace de interés:

– Entrevista a Alonso de Calle y Clara Jiménez.

https://alaveradegredos.com/2024/04/25/guijo-de-santa-barbara-reconoce-la-labor-de-alonso-de-la-calle-en-la-xv-edicion-de-viriato/

FUENTE: https://elcuadernodesilvestre.blogspot.com/2024/04/guijo-de-santa-barbara-el-pueblo-de.html

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