POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA
Los períodos electorales se parecen bastante a los carnavales, en este momento y a la vista de lo que se avecina vamos a recordar a esos desmemoriados algunas de las cuestiones pendientes en esta provincia, muchas.
Un triste ejemplo lo tenemos en el capítulo de las comunicaciones. Por fin y después de una eternidad de espera la célebre vía de la Plata, esa carretera Nacional 630, cuyo tramo Zamora-Benavente llevaba esperando esos treinta años de desventura, se va a convertir en autovía en todo su recorrido. Antes que nos tocara a nosotros se han desdoblado carreteras menos importantes que esta, pero esta provincia, está claro, está a la cola y no solo por el nombre.
Pero vamos con otro ejemplo. Aquí tenemos otra vía de primerísima categoría, la 122, que se está esperando como agua de mayo su desdoblamiento.
Está claro que esta Castilla muerta y desequilibrada es incapaz de reconocer a estas nobles tierras que siguen esperando la simple caricia de la madre, y como estamos en período electoral y todo vale, vamos a recordar a los desmemoriados qué pasa con el proyecto que nació en ese Barcial del Barco junto a esa vía tan olvidada y que espera con tanta impaciencia la llegada de ayudas y licencias para poner en marcha una biorrefinería que creará cientos de puestos de trabajo y supondría una salida al desempleo.
Aquí siempre estamos de espera y las cosas que llegan a otras tierras, en Zamora nos cuestan mucho más conseguir. Muchas, de hecho, nunca llegan. Vamos a ser optimistas y pensar que la biorrefinería será una realidad en breve. Falta nos hace.
El nudo de carreteras que es Benavente merece mucho más respeto y atención del que le están prodigando y en esto van incluidas todas las tierras del oeste, hasta llegar al mar y esto ya es otro cantar.