POR JUAN ANTONIO ALONSO RESALT, CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA DE LEGANÉS (MADRID)
Más que nunca hoy, está de moda y en boca de muchos vecinos y creyentes católicos, hablar de la situación “in extremis” del edificio religioso- patrimonial local e histórico de nuestro municipio, como es la Iglesia parroquial de El Salvador.
Hace solo unos días ha sido clausurada por el Obispado de Getafe, por lo menos en tres años, para llevar a cabo una serie de imprescindibles y urgentes obras de remodelación, restauración y asentamiento del propio edificio histórico, que según algunos expertos, arquitectos y arqueólogos, que podría colapsar, sin no se tomaban las medidas oportunas y urgentísimas.
Este año en el que se cumplían los 350 años de su historia e inauguración, podría haber sido designada iglesia catedralicia o con-catedral, como casi estuvo a punto de serlo hace mas de 25 años, cuando se pensó asentarse el nuevo obispado de, ahora Getafe, en Leganés en época del entonces alcalde Fernando Abad Bécquer.
El edificio pese a los grandes esfuerzos y obras realizadas para su consolidación y restauración por el recientemente desaparecido párroco don Félix Lorrio Mangas, no han sido suficientes y ahora si, hay que arreglar y conservarla para las próximas generaciones, si o si, porque si no seriamos una generación que no protege sus tesoros monumentales y caeríamos en un pecado mortal de la sociedad.
Esta impresiónate iglesia, fue construida entre los siglos XV y XVI. El edificio es sólido pero con casi tres siglos y medio a las espaldas y con muchos problemas estructurales como , la torre, las bóvedas o la construcción alrededor de varios aparcamientos sin el pertinente estudio de impacto.
Ha sufrido varias veces, problemas estructurales, según he podido leer en los informes que realizaban los visitadores de la iglesia arzobispa de Toledo. Problemas porque se construyó en el lugar donde dice la tradición había legamos y agua. Un lugar húmedo o pantano.
Lo más destacado de esta iglesia los impresionantes retablos de José Benito de Churriguera el central y los laterales y el órgano del siglo XVI de Verdalonga. Además de cientos de obras de arte, cuadros y conjuntos esculturales de importancia.
Y afirmo que ha tenido muchos problemas porque recuerdo otro episodio que ahora cumple 275 años, y que dejó una huella imborrable en nuestro principal templo, como es la existencia de una enorme raja en la cúpula y crujía central. Que no se reparo con los años.
Ahora se destaca en el techo y es una de las principales preocupaciones de los arquitectos que van a meterle mano” a este especial edificio.
Aquel día 1 de noviembre de 1755 , fue tan fuerte aquel terremoto que llegaba de Lisboa, que cuentan los vecinos de esa época que comenzaron a sonar las campanas durante muchos minutos sin que nadie las tocara, y que la torre de la iglesia se movía con cierta preocupación ante el estupor de los vecinos que vivían cerca.
Seguiremos escribiendo, y detallando la gran obra que acomete el obispado, la Comunidad y el Ayuntamiento, donde se invertirán más de millón y medio de euros para ponerla otra vez en marcha, pero de momento recuerdo este documento que me cuenta como se vició aquella aciaga y peligrosa jornada que todo el mundo recordó como “los temblores” del terremoto de Lisboa que se pudo “sentir” en toda Europa, incluida Leganés y la iglesia del El Salvador.
Dice asi, aquel importante documento:
[471] LEGANÉS (Madrid) Leganes(Madrid), 14 de noviembre de 1755. Las Justicias. Hemos recibido la de V. S. incluso copia de la del Ilustrísimo Señor Obispo de Cartagena, Gobernador del Consejo, y, en su cumplimiento, decimos:
Que el día primero de este presente mes, a las diez y dos minutos de la mañana, poco más o menos, se experimentó el terremoto, o temblor de tierra, en esta villa, el cual se advirtió por espacio de ocho minutos poco más o menos, en su fuerza.
Y todos los edificios de esta villa se movían como desde Oriente a Poniente en continuo movimiento y la torre de esta Iglesia hacía toda ella tal movimiento como si fuera un árbol muy delgado de tal modo que la campana del reloj, a cada movimiento, se juntaba con el mazo, y daba campanadas, y dio en esta forma unas setenta campanadas. Y el arco toral de esta Iglesia nos pareció se había sentido.
Y luego, al punto, se envió a llamar a un Maestro de Obras de la Corte para reconocerle, que lo fue Bentura Barcenilla, quien declaró haberse sentido algo dicho arco toral, y reguló todo el costo de los reparos que se deben ejecutar en la Iglesia en cuatro mil y más reales.
De lo que se dio parte al Señor cura de esta villa, con un testimonio de la certificación, dada en este asunto por dicho Maestro, para que diese parte a donde correspondía a fin de remediar el peligro reconocido, y hasta ahora no se sabe que haya ejecutado la más leve diligencia, y todos los vecinos entran en la Iglesia con algún miedo por lo expresado.
Y no hubo ruina alguna ni pereció ningún hombre ni animal. Y nadie observó señal alguna de dicho temblor hasta que se experimentó, el cual hacía debajo de tierra el mismo ruido que cuando un coche corre por la calle algo menos violentamente. Que es cuanto podemos decir en este asunto, y que consideramos ser amago de la Divina Justicia por nuestros pecados para que nos enmendemos.
Dios guarde a V. S. los muchos años que deseamos. Leganés, y noviembre 14 de 1755.
Besan la mano de V. S. sus servidores Antonio Fernández, Santiago del Pozo, Diego Muñoz, Alphonso Montero Señor Don Juan Francisco Luján [= Corregidor de la villa y Corte de Madrid].
Fuente: https://www.ign.es/web/resources/sismologia/publicaciones/EfectosEspanaterremotoLisboa.pdf