POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
La rivalidad entre pueblos limítrofes es un hecho histórico que tiene rigurosa actualidad; en cualquier época que se analice. Sin embargo hay barreras que son superadas sin mayor esfuerzo: el sentido común, el respeto y, sobre todo, el amor.
Sí, entre Ulea y Villanueva, ahora, separados por un puente sobre el río Segura y, con anterioridad por unas barcas, con el permiso de las turbulentas aguas del río, en épocas de riadas. Dada la proximidad entre ambos pueblos, existían esas pequeñas pugnas vecinales que no eran ningún obstáculo para que estuvieran, y sigan estando, emparentados, ya que siempre surgían, y siguen surgiendo parejas. Unas se aposentaban en Villanueva y otras en Ulea; con total normalidad.
Sería prolijo enumerar a todos, pues hay muchos, pero uno de ellos lo trae en sus columnas el periódico ‘La Verdad de Murcia’ del día 18 de enero de 1958. Dicho artículo refiere lo siguiente:
“José Pérez Veliz, “el Perete de Villanueva”, ha establecido un servicio oficial de venta y reparaciones de Motos de la marca Guzzi Hispania en sus modelos de 65 c.c. y Z de 98 c.c., con domicilio en la Plaza de la Iglesia.
Pepe Pérez el Perete, como él quería que le llamaran, había vivido en Villanueva, pero se afincó en nuestro municipio tras su casamiento con la una vecina llamada Fina de la Eladia.
Es toda una muestra de cuanto acontecía, y sigue acaeciendo, con toda normalidad.