POR ANTONIO LUIS GALIANO PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA

Cada vez que se inicia un nuevo año se intenta rebuscar alguna efemérides que conmemorar por el hecho de haber acaecido hace veinticinco, cincuenta, setenta y cinco, cien años o más. Es una manera de justificar la organización de actos, ya sean políticos, culturales, religiosos o festivos. Así, si tuviéramos que recordar lo que ocurrió hace 450 años, nos vendría a la memoria uno de los éxitos más importante que han sucedido en la Historia de Orihuela. Me refiero a la creación del Obispado propio independiente de la Diócesis de Cartagena. Logro éste que supuso grandes esfuerzos para los oriolanos que, incluso en más de una ocasión, fueron castigados con la excomunión por los obispos cartageneros. Pero al final se consiguió la ansiada independencia eclesiástica castellana, otorgándole territorio propio y el nombramiento de su primer obispo en la persona de Gregorio Gallo, eclesiástico que tuvo un papel destacado en el Concilio de Trento.

Hace cincuenta años, con motivo del cuarto centenario de la creación del Obispado de Orihuela, un grupo de oriolanos que integraban el Club de Prensa tomó la decisión de otorgar por primera vez las distinciones de Caballeros de San Antón, germen de lo que después sería la Honorífica Orden, a la que se agregarían con el tiempo las correspondientes a Damas, Empresas e Instituciones, y que el pasado año, fue distinguida por Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I, pasando a denominarse como Real Orden de San Antón de la Ciudad de Orihuela.

Pero regresemos diez lustros en el tiempo y situémonos en el 17 de enero de 1964. Días antes, Orihuela era motivo de un reportaje en Televisión Española dedicado a las imágenes de la Sagrada Familia de Francisco Salzillo Alcaráz que se atesoran en la iglesia parroquial de Santiago Apóstol de nuestra ciudad. Asimismo se producían dos hechos transcendentes a nivel ciudadano. Por un lado se materializaba la adquisición de 30.000 metros cuadrados en terrenos del Palmeral de San Antón para la construcción del nuevo Instituto Laboral, que en esos momentos estaba albergado en el Palacio del Marqués de Arneva y que después acogería a la Casa Consistorial. La segunda circunstancia tenía relación con la pavimentación de numerosas calles en la ciudad, entre ellas las avenidas de Teodomiro y de la Vega, y las calles, entre otras, del Doctor Sarget.

Pero volvamos la vista a la mañana del día de San Antón de hace cincuenta años. En ella, en el Casino Orcelitano se reunieron los miembros del citado Club de Prensa, Radio y Televisión de Orihuela, bajo la presidencia de Luis Cartagena Soriano, alcalde y director de la emisora local ‘La Voz de Orihuela’. En aquella primera reunión, además, asistieron las siguientes personas: Cayetano López Noguera, corresponsal de la Agencia ‘Cifra’; Joaquín Ezcurra Alonso, corresponsal del diario ‘Información de Alicante’ y director de la revista ‘Oleza’; Carlos Hernández Mateo, corresponsal de la Agencia ‘Alfil’; Juan Chazarra Pérez, corresponsal deportivo; José Joaquín Hernández Quixano, José Torres López, José Luis Ezcurra Alonso, Andrés Lacárcel Ramos y José Antonio Espinosa Paredes, todos ellos de ‘La Voz de Orihuela’. En dicha reunión se procedió a proclamar a las personas que serían honradas con el nombramiento de Caballeros de San Antón, cuya distinción fue apellidada en cada caso como Caballero de Turismo, de Obras Públicas, de Arte, Turista, de la Fiesta Nacional, de la Prensa, de la Radio, del Deporte, de la Televisión, Deportista, de Relaciones Sociales, de las Letras y de la Agricultura. De los trece nombrados cinco fueron oriolanos: Santiago Guillén Moreno, gobernador civil de Cádiz; Alfonso Sánchez Martínez, redactor de ‘Radio Juventud’ de Murcia; Juan Fenoll Villegas, corresponsal de ‘Televisión Española’; Ramón Navarro López ‘Ramonico’, jugador del Hércules CF; José Martínez Arenas, abogado y escritor, que, aunque nacido en Cartagena era un oriolano adoptivo que llegó a ser alcalde de la ciudad entre 1919 y 1921.

Así se materializaron los primeros nombramientos como Caballeros de San Antón, cuyos promotores, después de levantar la correspondiente acta se desplazaron hasta el Barrio donde tradicionalmente se celebra la fiesta desde hace siglos, a fin de cumplimentar al Señor de San Antón de ese año, cargo para el cual fue nombrado Jesús Imaz Urcola por el Cabildo Catedral.

La fiesta de 1964 contó con gran asistencia de público que hizo la tradicional compra de bolas, turrón de panizo y de palmito tierno. La misa fue oficiada por Antonio Roda López, párroco del Salvador y director del Colegio Oratorio Festivo, y la cátedra sagrada estuvo ocupada por Manuel Soto Menárguez, cura ecónomo de La Campaneta y profesor del Colegio Diocesano Santo Domingo. No faltó la música y la Unión Lírica Orcelitana fue la encargada de ofrecer un concierto en la explanada del barrio. Como siempre, fue sorteado el cerdo, aunque desconocemos quien fue el agraciado de que le fuera llevado el cochino a su casa, a los sones de la banda de música.

Han transcurrido cincuenta años, y aquella mañana del día 17 de enero comenzó su andadura lo que hoy es la Real Orden de San Antón de la Ciudad de Orihuela.

Fuente: http://www.laverdad.es/