Pero, si hablamos de quince lustros la cosa se aclara más al multiplicar esos cinco por quince, o sea setenta y cinco años. Lo cual nos hace pensar al inmiscuirnos en la numerología de índole espiritual y al relacionar el número con los seres vivos, más concretamente con las personas, que el setenta y cinco está dentro de una evolución del siete como manifestación de su destino. Indudablemente, que para ese dígito precisamos del quince, en el que se funde en amoroso abrazo el uno, interpretado como éxito y el cinco motivador, idealista e incluso portador de la energía del amor. Cuántas cosas nos recuerda el número quince, de aquellos años de guateques y de chiquillas tan divinas y colosales, como cantaban Manuel de la Cava y Ramón Arcusa, o Dúo Dinámico, reconociendo que no tenían igual. Y después de cinco lustros, aquellos quince años se han transformado en setenta y cinco, y el amor se ve transformado en armonía y felicidad.
Así, dejando a un lado los números, incluso olvidando su significado en los motes para la venta de los cupones por los invidentes, que nos recuerdan que el quince es «la uva» y el setenta y cinco «el gato», situémonos hace quince lustros, o sea en el verano de 1948.
A primeros del estío, se rumoreaba en los círculos y tertulias oriolanas que la Compañía de Jesús iba a abandonar Orihuela para trasladar su Colegio Santo Domingo a Alicante. Ante ello, Enrique Roca de Togores y Fontes que había tomado provisionalmente posesión como alcalde el 18 de junio, enviaba un telegrama a Roma dirigido al general de los Jesuitas, protestando con esa decisión y agradeciendo que le notificase que dicha noticia no tenía fundamento. El Día del Pájaro, 17 de julio, desde Roma, el citado general de la Compañía de Jesús, contestaba que efectivamente el rumor no tenía fundamento, «con lo cual el pueblo de Orihuela tiene certeza de poder continuar recibiendo los enormes beneficios espirituales e intelectuales que reporta la ínclita Compañía de Jesús».
Esto se mantuvo hasta 1956, en que se culminó la marcha de los Jesuitas a Alicante, sin que dieran opción a que se cumplieran los dos lustros, creando una situación de incertidumbre en la enseñanza masculina en Orihuela, que se resolvió favorablemente gracias a la Diócesis. Así, llegábamos a los últimos días del mes de julio, en los que dos muchachos del Frente de Juventudes de Murcia lograban la primera travesía en piragua desde el Pantano de la Fuensanta hasta Guardamar, navegando los 300 km que los separa. Hazaña ésta que dos paracaidistas oriolanos tuvieron intención de haberla realizado el año anterior, pero desistieron de ello.
La Feria de Agosto se estaba preparando y en la prensa de Murcia se anunciaba que el día 17 se celebraría una novillada en la que intervendrían Frasquito, Pablo Lalanda y Juanito Bienvenida. A final, en el programa de los festejos el día 15, aparecen los diestros Domingo Torres (Bombita) de Sevilla y Juanito Belmonte de Jaén. En dicho programa, para el jueves día 19 se anunciaba un partido de fútbol entre el Orihuela Deportiva y un equipo de Primera División. Sin embargo, los aficionados al deporte del balón tuvieron que conformarse con el Real Murcia de Segunda División, que vino a tantear a sus fichajes de la mano de su nuevo entrenador Amadeo Sánchez. Vencieron los murcianos por cuatro a uno, y se tenía noticia que los escorpiones quedarían encuadrados en el Grupo V de Tercera División. Era aquel equipo con jugadores como Eliseo Villagrasa, Follana, Ricardito, Zamorita, Bienvenido Riquelme y el Campaneta. En el primer partido del campeonato se enfrentó en Vall d´Uxó al «Segarra», el 12 de septiembre, venciendo los castellonenses por uno a cero.
En la Feria de hace quince lustros, que abarcó desde el 14 al 22 de agosto, no faltó en la Glorieta de Gabriel Miró los conciertos de la Unión Lírica Orcelitana dirigida por el maestro Eduardo Lázaro Tudela y las dianas de la Banda de Cornetas y Tambores del Frente de Juventudes. Así como, la pólvora a cargo del pirotécnico Antonio Cañete de Murcia, con «fuegos acuáticos», cucaña acuática en los azudes del río en el Puente de Levante y traca luminosa de dos mil metros. En la Feria de ganados se premió a las mejores yegua y par de vacas con sus crías. Hubo carrera de cintas en bicicleta en la calle José Antonio, concurso de rondallas, bailes populares, elevación de globos grotescos y «Concurso de Belleza Infantil» para niños y niñas menores de diez años. El programa iba ilustrado con diez dibujos de vistas oriolanas originales de Fernando Fenoll Giménez.
Todo lo anterior acaeció hace quince lustros, o sea hace setenta y cinco años. Era 1948.
FUENTE: https://www.informacion.es/opinion/2023/08/06/quince-lustros-orihuela-90701083.html