POR JUAN ALONSO RESALT, CRONISTA OFICIAL DE LEGANÉS (MADRID)
Hacia mucho calor el pasado año, tanto como éste 2013. Era el mes de julio y yo atravesaba unos días difíciles organizando una buhardilla, por aquello de la crisis y del paro. El 23 de julio, recibí una llamada telefónica de mi amigo el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Belvis de la Jara (Toledo), José Carlos Rodríguez ´que se ha muerto Don Fernando´ me comunicó con pena.
¿No puede ser, si estaba tan contento y sin problemas físicos? Le dije. Apenas hacia unos días que estuvimos en su casa frente al Retiro madrileño charlando de escudos, de libros, tomando una cervecita y un trocito de queso porque había editado su último libro biográfico (Anales Fernandinos- 1989-2009) de Instituto de Estudios Históricos del Sur de Madrid y nos firmó un ejemplar.
Tenía 101 años y siempre que nos acercábamos a Madrid para verle nos atendía a José Carlos a mi con una sonrisa en la cara, si sois unos chavales, nos decía, cuantos años tengo, ¿he? 101, Eso sin son años? Fue un día 23 de julio. Hacia mucho calor y sin casi advertir a nadie, ni a su familia o a los miles de amigos que tenía, se fue tranquilo, despacito y casi sin hacer ruido cuando todos estaban a punto de irse de vacaciones.
Todos le recordamos con respeto y cariño. Hace un año ya se fue de la mano de Manuel de la Peña, mi maestro Manolo, de Getafe, y desde hace un año les seguimos echando de menos.
En su nombre y su memoria recordamos su biografía y sus trabajos.
Fernando Jiménez de Gregorio, Cronista Oficial de Toledo (Belvís de la Jara, provincia de Toledo, 30 de mayo de 1911 -Madrid, 23 de julio de 2012), maestro, historiador, geógrafo, arqueólogo, Cronista Oficial y escritor español.
Estudió como alumno libre el bachillerato en el Instituto de San Isidro de Madrid, diplomándose en 1927. Su abuelo fue el médico Nemesio Jiménez Ortega y, como heredó de su padre Federico Jiménez Recio (veterinario en Belvís, concejal y alcalde de esta localidad entre 1920 y 1922 y Juez entre 1926 y 1957), y su pariente, el historiador eclesiástico Juan Francisco Rivera Recio (1910-1991), la pasión por la Geografía y a la Historia, estudió esta carrera en la Universidad Central de Madrid.
Se licenció con premio extraordinario en Historia en 1932 y se doctoró en 1933, tomando parte en el famoso crucero universitario de 1933, sacó la oposición de profesor de historia y geografía en ese mismo año y fue destinado a Plasencia; luego se licenció en Derecho en 1940. Su tesis doctoral trataba sobre la opinión pública española durante la Constitución de 1812; tras ser miliciano en la Guerra Civil a favor de la República, a mediados de los años cuarenta logró retomar su cargo de profesor de Geografía e Historia en varios institutos de Secundaria: Toledo (Instituto Santa Isabel), Madrid (Instituto Isabel la Católica, ya como catedrático) y Plasencia (Instituto Saavedra Fajardo, y enseñó además en la Universidad de Murcia varios años desde 1945. Miembro de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, fue además cronista oficial de la misma ciudad y miembro numerario (1957) de la Real Academia de Alfonso X el Sabio de Murcia o miembro de la Real Asociación de Cronistas de España (RAECO) y fundador junto con Manuel de la Peña , Cronista Oficial de Getafe, del Instituto de Estudios Históricos del Sur de Madrid hasta el día de su muerte.
En su muy larga vida (alcanzó los 101 años, y aún continuaban publicándose escritos suyos en el siglo XXI) se consagró en especial al estudio de la historia, geografía, sociedad, toponimia y heráldica de los pueblos y comarcas de La Mancha toledana y regiones limítrofes, escribiendo miles de artículos y decenas de libros sobre La Sagra, La Jara, La Sisla, el Campo del Arañuelo, El Alcor, El Berrocal, Las Mondas, Talavera, Carranque, Belvís, la Sierra de San Vicente, El Horcajo, los señoríos de Escalona, Montalbán, Valdepusa y Valdeverdeja, los Montes de Toledo, la Mesa de Ocaña, etcétera.
En su memoria existe un premio que lleva su nombre de investigación histórica promovido por el Ayuntamiento de Talavera de la Reina, que lo nombró su hijo adoptivo y además existe un Instituto de Estudios Históricos del Sur de Madrid también bautizado con su nombre. Entre otros honores, recibió también el Premio Fernando de Rojas de las Artes y las Letras en 2007. Colaboró en las publicaciones Hispania, Estudios Geográficos, Al Ándalus, Cuadernos de Estudios Manchegos, Toletum, Balbuena, Anales Toledanos, Alcalibe, Cuaderna, Anales de la Universidad de Murcia, Monteagudo, Ayer y Hoy, Añil y en los periódicos La Voz del Tajo y El Alcázar con artículos de divulgación.
Una de sus obras más importantes y conocidas es el Diccionario de los pueblos de la Provincia de Toledo hasta finalizar de siglo XVIII: población, sociedad, economía e historia en varios volúmenes publicados en 1962 (I), 1966 (II), 1970 (III), 1983 (IV, consagrado solamente a Talavera de la Reina), 1986 (V, consagrado a Toledo capital).