POR FERNANDO LEIVA BRIONES, CRONISTA OFICIAL DE FUENTE-TÓJAR (CÓRDOBA)
(A la memoria de Antonio Sánchez Pimentel [+ 21-3-1989] y Francisco Sánchez Malagón [+ 16-12-2001] que no pudieron ver el M.H.M con la fisonomía actual. S.T.T.L.).
En Fuente-Tójar, las primeras restauraciones de cerámicas (en otro momento trataremos de los metales) comenzamos en 1972 teniendo como taller un pequeño sector separado por una mampara en la Cámara Agraria Local cedido para ello gracias a la intervención de D. Antonio Sánchez Pimentel, que a la sazón era Secretario de esa Institución. No había presupuestos y los gastos corrían a cargo de nuestros bolsillos. En 1983, siendo alcalde el Sr. Sánchez Pimentel, trasladamos la “Colección Arqueológica” -que se había formado con las aportaciones de los vecinos y las requisas por parte de la Guardia Civil a los expoliadores- a las dependencias del Ayuntamiento de la villa continuándose los arreglos de las piezas que los vecinos iban aportando y de otras intervenidas por la Guardia Civil del Puesto tojeño (LÁM. 1). El 20-2-1985, por acuerdo unánime del Ayuntamiento, se creó el Museo Histórico Municipal y tres meses después, el 15 de mayo, se expusieron en la Sala de Plenos por primera vez las piezas recopiladas hasta entonces (LÁM. 2). Días más tarde se abrió un listado con el fin de que se apuntaran quienes lo estimasen conveniente como colaboradores del Museo y fueron esas personas las que, además de entregar los materiales que se iban encontrado durante las faenas agrícolas, vigilaban y denunciaban la presencia de expoliadores (LÁM. 3). Fruto de ello fueron las pesquisas de la Guardia Civil del Puesto de Fuente-Tójar y del SEPRONA recabando piezas de todo tipo (LÁM. 4 y LÁM. 1). Eran momentos difíciles viéndonos en la necesidad de “sembrar” los yacimientos de virutas y chapas de diferentes metales. Desde 1972 hasta prácticamente tiempos recientes las labores restauradoras no cesaron, ya fuese en la Cámara Agraria, ya en el Ayuntamiento o en la sede definitiva del Museo en los bajos del Edificio Polivalente Municipal, a donde se trasladaron los materiales en 1989 siendo alcalde D. Narciso Sicilia Ávalos. La Institución se inauguró en marzo de 1990 una vez expuestas las piezas más singulares, tanto en las vitrinas existentes como en otras en seis nuevas donadas por Dª. Ana María Vicent (Directora del M.A.P. de Córdoba). En 2000, siendo alcalde el Sr. Sicilia, se amplió el Museo a unos 100 metros cuadrados. Las nuevas instalaciones se inauguraron el 23-5-2002.
El M.H.M. de Fuente-Tójar no hubiese estado tan completo de no haber contado con la colaboración de Francisco Sánchez Malagón “Malagón” quien, hasta poco tiempo antes de su muerte, se convirtió por espacio de 13 años en el primer monitor y alma restauradora del Museo, no sólo reconstruyendo vasijas, sino investigando e impartiendo sus conocimientos, maestría y experiencia a personas contratadas por la administración (LÁM. 5), a nosotros y a bastantes chavales. Uno de sus primeros trabajos fue terminar de unir y restaurar un ajuar doméstico romano de tradición ibérica aparecido al caerse un almendro en Las Cabezas en 1980, cuyas piezas entregó la familia Pérez Cano y dueña de la finca en 1982 (LÁM. 6). En la LÁM. 7 se ve a Malagón con José Antonio Ruiz Matas en 1987 reconstruyendo un ánfora vinaria republicana (Dressel 1), cuyos fragmentos junto a los de una lamparilla circular y los de un plato habían aparecido en el Foro de ILITVRGICOLA. Se consiguieron gracias a la denuncia que presentaron en el Museo Adriano Cano Ávalos y Manuel Calvo Sánchez manifestando que estando de cacería vieron a unos individuos con detectores de metales y que al percatarse de su presencia abandonaron el lugar corriendo dejando la superficie llena de tiestos y una cántara rota. En el verano de 1997, Isidoro Calvo Leiva nos alertó de que en su haza alguien había hurgado debajo de un olivo de manera extraña (la finca está situada también en el Foro, donde en 1976 había aparecido un capitel corintio y recientemente una basa -LÁM. 8-). Fuimos al día siguiente y al vernos quienes estaban expoliando se dieron a la huida dejando la superficie ahuecada, mientras que en los perfiles sobresalían un cántaro y bastantes fragmentos cerámicos (LÁM. 9, arriba, izquierda y derecha). Los extrajimos comprobando que junto a ellos aparecían más cacharros y tiestos informes ¿restos de una “taberna” romana? Los llevamos al Museo y comenzamos la limpieza y unión de los fragmentos, siempre bajo la colaboración y mirada atenta de Malagón (Láminas 8-12). En los trabajos colaboraron de una manera u otra, por diversos motivos y durante más o menos tiempo: Yolanda González Osuna, Leonor González Calvo, Sonia Osuna González, Noemí Jurado Sánchez, Andalucía Jurado Sánchez, Pedro Madrid Gutiérrez, Antonio Huertas Ochoa, José Antonio Bermúdez Rodríguez, Narciso Jurado Ávalos, José Nereo Leiva Fernández, Alberto Calvo González, José González Calvo, José Mérida Leiva y Daniel Botella Ortega. Narciso Jurado Ávalos continuó en 2001 restaurando 27 piezas.