POR JOSÉ SALVADOR MURGUI SORIANO, CRONISTA OFICIAL DE CASINOS (VALENCIA)
Yo quería escribir la canción más hermosa del mundo que nunca pude cantar de un tirón y me guardé las lágrimas para llorar cuando valga la pena
Son versos sueltos que he entrelazado de la canción de Joaquín Sabina, escritos para «La canción más hermosa del mundo.» La hermosura de la muerte es poca; guardar lágrimas para llorar cuando valga la pena hoy es una realidad.
Pilar Rocher nos ha dejado. ¿Qué me empuja a escribir estas letras? ¿Por qué hacer este obituario un sábado treinta de mayo, bajo un sol radiante y una luminosa primavera, que despide a esta mujer, amiga de sus amigas, prudente con sus compromisos, luchadora, constante y resistente hasta el último momento? Solo hay un impulso de mérito o intrepidez que me hace ponerme ante el teclado, a decirle un hasta luego, Pilar.
La vida nos conduce por caminos que nunca puedes prever. Siempre existió y existe una excelente relación con ésta familia, como con tantas familias del pueblo, relación de confianza, familiaridad por lazos de vecindad, o como se le quiera denominar, pero lazos de convivencia que son palpables en los pueblos y más cuando son pequeños, como es Casinos.
Cuando fui Alcalde de Casinos, tuve la enorme suerte de heredar un Juez de Paz con experiencia en gestionar situaciones, que es Vicente el esposo de Pilar. Con Vicente, hice un convenio verbal que cumplimos los dos y que consistió en retirarnos a la vez. El termino un poco antes dando paso a otro Juez de Paz, y yo puse fin a aquella historia un año después. Fueron más de diez años de trabajar codo a codo, de emplearnos a fondo en temas complicados, y resolver situaciones que teníamos que ejecutar con silencio, magistral y exquisita discreción.
El hecho de andar por esa senda, en muchos momentos se hizo necesaria la presencia de Pilar, había temas que se tenían que resolver desde nuestras casas, la prudencia de Pilar siempre fue aleccionadora. Incluso cuando me llamaba por teléfono para alguna emergencia sobrevenida a deshora, o que el marido no estaba en casa. Ella siempre empleaba las justas palabras.
Si alguna vez, había algo que no le parecía bien, pues es cosa de humanos cometer errores, también te lo decía con la categoría que lo hace una persona que te quiere, siempre anteponiendo que el comentario que te iba a referir, para nada, tenía que afectar a la amistad, por encima de todo estaba esa amistad Pero en dos palabras te decía lo que ella pensaba. ¡Cuantas veces recuerdo esas palabras y esos momentos!
Siento presentes momentos vividos con intensidad, una noche del catorce de agosto del año 2003, cuando tuvieron que enfrentarse a la dura noticia de la afección de su hija Clara aunque hasta el último instante supieron combatir aquel episodio que marca la historia de una familia. Pilar y Vicente serenamente nos dieron otra lección, aquel dos de julio del año 2012. Para Pilar la vida empezaba de nuevo, «es otra vida», me dijo.
En ocho años, la vida puede cambiar tanto puede mutar hasta en un segundo. Pero Pilar se ha ido apagando como esa vela reluciente, o como su nombre indica, como un Pilar incandescente. Son otros derroteros que nos marca la vida, o que nos lleva el rumbo de la historia, pero sendas que si se afrontan con dignidad, valor, entrega y cercanía se hacen más llevaderas. Una de las últimas conversaciones que tuve con ella, me comentaba que el médico le había dicho que «-es usted muy buena paciente » seguramente lo sería, pero nunca estamos preparados para llegar a la última meta de la enfermedad.
Conocí a una pilar joven, en el taller de las Obreras de la cruz, bordando; una Pilar musical, que junto a sus amigas en 1965, regalaron el Himno a Casinos; Una Pilar clavariesa de las Hijas de María, un Pilar esposa y madre de familia; una Pilar de la Junta de las Amas de Casa de Casinos, una Pilar clavariesa de la Virgen de los Dolores y una Pilar integrada en todo lo de Casinos, esposa de Presidente de la Cooperativa, Secretario de muchas Asociaciones Locales, y en la actualidad, Presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionistas de Casinos UDP, pero en una palabra, una mujer con personalidad propia, aferrada a sus convicciones, y heredera tanto ella como su hermana de una familia benefactora de la Parroquia Santa Bárbara de Casinos y que en 1939, sus abuelos donaron la imagen del Santísimo Cristo de la Paz.
El año 2020 pasará a la historia, hay momentos en la vida que se tiene que envolver con sucedáneos del acontecer diario la vela de la vida se apagó para Pilar, ya vendrá el momento del merecido recuerdo, ya tendremos tiempo de manifestar el pesar por ésta perdida, hoy al escribir estas letras, lo hago pensando la valentía de las mujeres de Casinos, la prudencia del saber estar, la garantía de saber adaptarse a cada momento, y por encima de todo de ser mujeres que han sabido superar con valentía, los momentos que separan el pasado ayer con el contemporáneo, virtual, ultra moderno hoy.
Último sábado de mayo, es mediodía, el sol abrasa Pilar ya hizo su camino, el recuerdo de su estela nos deja una serie de sensaciones encontradas; no es resignado decir, ya ha descansado, es una frase hecha; pero las ausencias de la vida, las abraza la muerte, solo cabe el deseo de ese descansar en paz, el reencuentro en la eternidad. Un abrazo a esa querida familia, a su esposo, hijos, hermana, sobrinos a todos y la gratitud a Pilar por ser como fue, y por lo que de ella personalmente, pude aprender.
Y ahora cuando son las 22,32 y voy a enviar estas letras por e-mail, estoy oyendo la voz de Pilar que me dice: «¡Ay qué vergüenza! ¿Por qué has escrito esto?», Pilar porque te lo mereces y porque somos así, tu eres tú y yo soy yo. Hasta siempre. Os queremos.