POR PEPE MONTESERIN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Un en apariencia desmoralizante discurso sin Dios, de Stephen Hawking, escuché en el Auditorio de Oviedo, en abril de 2005; determinista, donde el mundo es una burbuja que salió de la Nada, y lo aseveraba con cierto sentido del humor, hasta parecía reírse; arrasó con las leyes de la Termodinámica y miró hacia atrás, incluso daba esa impresión físicamente; venía a decir que cualquier tiempo pasado fue mejor, o, lo que es lo mismo, que las cosas van a peor, y que el invierno torrencial se lleva nuestros sueños; se empeñaba en rebobinar la historia, en mirar atrás para resolver la integral del camino.
Positivista él, creía en la entropía, e investigaba lo remoto, cuando el rompecabezas del universo mundo estaba armado y bien armado.
En cierto modo era nostálgico, buscaba la armonía, cuando él gozaba de salud, o mucho más atrás, cuando éramos ‘Todo y Uno, lo contrario de Nada’
Fuente: http://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/hawking_1.html