EL ENCARGADO DE RESCATARLA SU HISTORIA DEL OLVIDO HA SIDO EL INVESTIGADOR Y CRONISTA OFICIAL DE LOS OSCOS, JOSÉ ANTONIO ÁLVAREZ CASTRILLÓN
El palacio de Mon, en el corazón de San Martín de Oscos, ya tiene una historia que contar al visitante. El encargado de rescatarla del olvido ha sido el investigador y cronista oficial de Los Oscos, José Antonio Álvarez Castrillón, que ha dedicado los últimos doce años a rebuscar en archivos dispersos para poner en orden el pasado de uno de los edificios más emblemáticos de la comarca. Desde ayer esa historia está a disposición del visitante, pues se han habilitado dos salas del palacio como espacio expositivo.
Con la exposición permanente «La Casa de Mon» -que contiene paneles informativos, documentos y fotografías- San Martín de Oscos dota de contenido al palacio y espera potenciar las visitas a este Bien de Interés Cultural (BIC) que el Principado adquirió en 2010. En 2011 cedió la titularidad del inmueble al municipio, que hasta ahora ha realizado visitas guiadas de manera esporádica al interior del edificio.
La consejera de Cultura en funciones, Ana González, inauguró ayer la muestra y puso de manifiesto la necesidad de trabajar para recuperar «una de las joyas patrimoniales de Asturias». La Consejera considera que el reto del próximo Gobierno regional será trabajar de manera conjunta con San Martín para buscar un proyecto de futuro para el edificio: «Es un edifico importante y el reto es buscarle un uso y ponerlo a funcionar», señaló.
Ana González, que destacó ayer el esfuerzo realizado por el Ayuntamiento para conservar lo que queda del palacio, insistió en la necesidad de ser «realistas», ya que los tiempos que corren hacen improbable una inversión millonaria en el edificio. No obstante, considera necesario «hacer una valoración de lo que es posible, bueno y necesario» con vistas al aprovechamiento de este palacio, que se construyó entre los siglos XV y XVIII.
Por su parte, el alcalde de San Martín, Javier Martínez, incidió en que el palacio es uno de los principales atractivos turísticos del concejo, de ahí la importancia de conservarlo y sacarle el máximo rendimiento. En este sentido, anunció que en cuanto se formalice el contrato de la persona responsable de la oficina de Turismo se retomarán las visitas guiadas al espacio: «Queremos que el turista que se acerque pueda, a través de los paneles, irse a casa con la información de qué gente estuvo aquí y por qué tuvo tanto poder. Que sea una visita más amena».
Precisamente, fue su antecesor en el cargo, el recientemente fallecido José Antonio Martínez Rodil, quien más empeño puso en el aprovechamiento turístico del edificio. Martínez Rodil encargó a Álvarez Castrillón la historia del palacio con el fin de editar un libro, «casi a punto», según el investigador. El material que recopila el libro y que ahora forma parte de la exposición es inédito, ya que hasta ahora no había nada escrito por la pérdida del archivo y la biblioteca del palacio.
Gracias al laborioso trabajo de Álvarez Castrillón se ha recuperado todo el árbol genealógico de los Mon, desde el fundador del mayorazgo, Fernando de Mon «El viejo», hasta el siglo XIX. El palacio vive su esplendor en el siglo XVIII y, según Álvarez Castrillón, constituye «el escaparate del triunfo de una familia».
El profesor pone el acento sobre la última generación que nació en el palacio, pues, pese a ser desconocida en la actualidad, tuvieron unas «carreras cuidadas y brillantes». Arias Mon y Velarde llegó a ejercer en 1807 como gobernador interino del Consejo de Castilla, ente del que también formó parte su hermano José Antonio. Juan Antonio, por su parte, aún es recordado en la provincia colombiana de Antioquia, donde logró reformar la estructura económica, y Romualdo Mon desarrolló una brillante carrera eclesiástica. La muerte de los hermanos marcó el final de la casa, que acabó como explotación rural.
Fuente: http://www.lne.es/