POR PEPE MONTESERIN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Me dice Manolo Herrero que no cuente a nadie su costumbre de charlar con los muertos, en concreto con el retrato de su abuelo Modesto Montoto, que luce en su casa y lo mira como miran las lechuzas.
Me dice Manolo, y lo cuenta en su libro, “Un abuelo de cine”, que él nació cuando en la habitación contigua agonizaba Modesto.
En la contraportada, edición impecable de Luna de Abajo, veo al abuelo con su gorra Gatsby, barba de adelantado con filtraciones canas, un sobretodo de La Habana, en la mano izquierda el cuarterón, a media ceniza, perfilado el cuerpo, dirigidos los dos ojos y una oreja a la cámara de fuelle, que dispara por simpatía y telepatía.
Hoy, a las siete, presenta Herrero a su Montoto en la librería Cervantes. No es, quede claro, un álbum de fotos; en este caso, según me asegura este cirujano, Herrero y escritor, valga la redundancia, la palabra tiene la palabra.
Fuente: http://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/herrero-y-montoto.html