POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
El Sr. Alcalde Presidente, del Ayuntamiento de Villanueva del Arzobispo, D. Rafael Vañó Crespo, presentó una moción en el Pleno del día 31 de octubre de 1959.
De su lectura extraemos: “La figura venerable de D. José Bueno Bueno indica una ejecutoria y trayectoria al servicio de la caridad y del bien.
No podemos olvidar que la Comunidad Carmelita de Beas de Segura, la que tiene su asiento en aquella casa que fundara Teresa de Cepeda y Ahumada, acudió para que figurando a su nombre aquel cenobio religioso, salvara de la extinción y del angostamiento una de las ramas más antigua del árbol del Carmelo. Con exposición personal y con grave riesgo de su patrimonio D. José Bueno Bueno guardó los bienes de aquella entidad religiosa, hasta que terminada la Guerra de Liberación, se presentó a la puerta del convento de Beas, no para pedir, sino para ser sometido a la rendición de cuentas, entregando el capital que le había sido confiado, sus frutos e intereses.
Pero creía acaso que su labor no estaba aún terminada, procuró el renacimiento del culto en la iglesia del convento y costeó por importe de 50.000 pesetas los bancos.
En nuestra ciudad decir Hospital equivale a pensar en D. José Bueno. Quería levantarlo, quería verlo terminado y quería verlo en actividad. El recuerdo de su sobrino D. José Luis Bueno Bueno parecía que le obligaba a superarse así mismo. Su casa de la calle Nogueruela, subastada en más de cien mil pesetas más otras quinientas mil de su peculio se entregaron al Ayuntamiento de la localidad para la construcción del Hospital.
Pensando que la Plaza de Toros debía tener un rendimiento más provechoso, no sólo que sirviera de espectáculo y de honra a Villanueva, lanzó a todas sus amistades la idea que se afectasen los rendimientos de la Plaza al sostenimiento del Hospital, y además entregó al Ayuntamiento doscientas mil pesetas en títulos y valores, que poseía de la Plaza de Toros.
Pensó en la construcción de viviendas para los económicamente débiles. Tiene ya construidas 30 con el propósito de que en fecha próxima lleguen a 150.
La obra no quedaba completa si no entregaba su capital a la práctica del bien y de la caridad y el importe de sus fincas urbanas y rústicas valorados en unos cuarenta millones de pesetas fuese invertido todo bajo la gestión de un Patronato para atender simultáneamente a la construcción de las viviendas y del hospital. Podríamos hablar de sus donativos al Asilo, Orfanato de Cristo Rey, Escuelas de la Sagrada Familia…
Debemos hacer patente el agradecimiento que la Ciudad siente hacia quienes entregan para ella lo que con su trabajo y su esfuerzo han podido reunir. Solicitamos la concesión de la Gran Cruz de Beneficencia con distintivo blanco. Igualmente que se conceda a D. José Bueno Bueno la Medalla de la Ciudad en su categoría de Oro”.
Acordaron iniciar una suscripción pública para costear el importe de dicha condecoración, y crear en el Colegio Municipal, con fondos del Ayuntamiento, una Beca denominadas D. José Bueno Bueno.
En marzo de 1961 se dio cuenta de un escrito del Gobierno Civil notificando la Orden dictada por el Ministerio de la Gobernación, dirigida a D. José Bueno y Bueno, natural y vecino de esta población concediéndole el ingreso en la Orden Civil de Beneficencia con distintivo blanco y categoría Cruz de Segunda Clase.
En mayo de 1961, el Sr. Alcalde expuso “como el Ayuntamiento Pleno el día 31 de octubre de 1959 y como consecuencia de una moción de esta Alcaldía exaltando las virtudes y méritos que concurrían en la persona de D. José Bueno Bueno que le consideraba acreedor a la Cruz de Beneficencia, Medalla de la Ciudad y el título de HIJO PREDILECTO, respectivamente por las virtudes y méritos que su persona encarna para completar nuestra gratitud y reconocimiento hacia dicha persona haciendo perpetuar su memoria en los hijos de Villanueva y para ello nada mejor que dar su nombre a una calle o plazuela de esta población colocando en ella un busto del mismo”.
Los señores reunidos vieron con profunda satisfacción la idea expuesta por la Alcaldía, y haciéndose eco de la misma por unanimidad adoptaron el siguiente acuerdo: “que se dé a la actual Calle Arbollón, que nada representa para los valores históricos, culturales y religiosos de esta población el nombre de Calle D. José Bueno Bueno, colocándose un busto que perpetúe su memoria. Que se tramite el correspondiente expediente de conformidad al artículo 306 del Reglamento de Organización Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Corporaciones Locales, solicitando al Excmo. Sr Ministro de la Gobernación, la oportuna autorización”.
El busto fue realizado por D. José Luis Nula López, que tenía previsto desplazarse hasta Alcoy para realizar el vaciado en bronce. (No llegó a realizarse este proceso. Unas obras recientes en la plazoleta, sin finalizar, aguardan las decisiones oportunas para mantener el recuerdo de uno de los mayores benefactores de la localidad).
D. José Bueno fue un auténtico mecenas de la vida local. Sucedió en el Patronato Benéfico, a su sobrino, D. José Luis Bueno Bueno, casado con Doña María Luisa Ayuso, y muerto en 1945. En quiñones de su propiedad construyó numerosas viviendas para familias humildes, que pagaban 80 pesetas al mes y preveía que las rentas que generasen se dedicasen a continuar la construcción de hogares.
En 1964 donó 900.000 pesetas como promotor y Director del Patronato Benéfico “José Luis Bueno”, correspondientes a la subvención para viviendas. En 1967 el Patronato había construido 153 viviendas en el Barrio de la Magdalena (Camino Viejo).
Hizo la donación del edificio en la calle Arbollón a favor del Municipio. Su casa la donó para que acogiese una Escuela de Oficios, sin que se llevase a cabo su deseo.
Nacido el 24 de noviembre de 1878, murió el 8 de junio de 1965. Cumplió con creces sus deseos: “Mi ilusión ha sido siempre ayuda a mi pueblo, proteger al necesitado y dejar un recuerdo en esta vida. En unas palabras no presentarme con las manos vacías ante el Juez Supremo”.
Generosos mecenas de las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia, el día de su homenaje, uno de los alumnos del colegio Juan V. Galindo Liétor, pronunció estas palabras de agradecimiento: “El motivo que justifica mi presencia aquí en este brillantísimo acto es la imposición de insignias que acreditarán como Caballero de la Beneficencia e Hijo Ilustre a un villanovense venerable.
En mi calidad de alumno de las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia, Institución que ocupa en el corazón del homenajeado un lugar preferente, traducido en las múltiples y cuantiosas ayudas que presta a la misma y de la que nos beneficiamos tantos y tantos niños pobres de la localidad, con el alimento material de cada día y sobre todo con la formación integral de nuestras almas, que nos abrirá paso en la vida como hombres trabajadores, honrados, católicos y patriotas. En nombre de esta Institución, ¡Dios se lo pague, Don José!