POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
Los cristianos de esta zona de España ante los avances de las tropas árabes se retiraron al Castillo de Chincoya, al otro lado del río Guadalquivir, llevándose una imagen de la Virgen de la Fuensanta. Una vez pasadas las distintas incursiones del territorio y reconquistada ésta, nuestra zona de Jaén, regresaron a la villa y al Santuario.
Durante mucho tiempo este Santuario estuvo en poder de la mitra, que nombraba al párroco de Iznatoraf, y posteriormente al de Villanueva del Arzobispo, para que cuidaran del culto de la Santísima Virgen.
LOS CARMELITAS
En el mes de mayo de 1583 los carmelitas descalzos- habiendo dejado la casa que tenían en el lugar llamado El Calvario, a doce kilómetros de Villanueva. Se hicieron cargo del Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta donde vivieron hasta el año 1599. Después por motivos de salubridad y otras causas, se marcharon del santuario. En una habitación que hay subiendo a la torre, a la altura del coro, se dice vivió San Juan de la Cruz y durante algún tiempo se le tuvo en veneración
Retirados los carmelitas, el Santuario quedó bajo la custodia del clero de la villa, y en 1611 los religiosos basilios se hicieron cargo de él, pero en 1618 bajaron a la villa y regentaron la iglesia de la Santa Cruz, quedando el Santuario en poder del clero secular.
LOS TRINITARIOS DESCALZOS
El Padre Juan de Herencia trinitario calzado, que regentaba la parroquia de Iznatoraf, ganada por oposición tras la exclaustración forzosa en 1882. Al saber la venida de los trinitarios descalzos a España, y que habían cogido el convento de Alcázar de San Juan, se fue a unir con ellos y les habló sobre la conveniencia de venirse al Santuario de la Virgen de la Fuensanta en Villanueva del Arzobispo (Jaén).
Movidos por la relación del padre Juan de Herencia resolvieron ver el lugar, para lo que se desplazó el Padre Juan Bautista de la Concepción acompañado del también Padre Juan de Herencia, pero el estado en que se hallaba la casa habitación, no aconsejaba residir en ella, por eso se desistió, por entonces de la nueva fundación.
En Villanueva vivía un señor piadoso y rico, llamado Tomás Millán Bueno, que al enterarse del motivo por el que los PP. Trinitarios no asentarse en el Santuario, pasó por Alcázar de San Juan, visitó a los religiosos y les prometió arreglar la casa como después hizo.
Comprometidos los trinitarios de ser guardianes del Santuario, el 28 de septiembre de 1884 tomaron posesión del sitio, el padre Fray Juan de Santa Teresa, el padre Mariano de San José, el lego Fray Juan de la Concepción y Fray Vicente de la Virgen, quedando de presidente el padre Mariano por no aceptar el cargo el Padre Fray Juan de Santa Teresa.
La casa vieja que tenía el santuario se derribó para hacer una nueva y consistente a expensas de Tomás Millán, quedando al frente de las obras, el padre Juan de Herencia, fue terminada los primeros días de marzo de 1885. El 22 de marzo recibió el viático D. Tomás, y al amanecer del día 23, siempre asistido por los trinitarios, entregó su alma al Creador para recibir el premio de sus muchas buenas obras.
PRIMERA COMUNIDAD TRINITARIA
Terminadas las obras, el 13 de abril por la noche (a las 12) entraba con toda solemnidad en el convento de la Fuensanta la primera Comunidad compuesta por los siguientes religiosos, Rvdo. P. Fernando de San Juan Bautista (Presidente), Padre San Juan de Santa Teresa, (vicario), Padre Mariano de San José, Padre José María de la Virgen y los Coristas, Fray Félix de la Santísima Trinidad, Fray Ángel de la Concepción, Fray Juan de la Cruz, Fray José de la Santísima Trinidad, Fray Bernardo de Jesús María, Fray Calixto de Mata, Fray Santiago de la Virgen, Fray Pedro de la Cruz, Fray Crisóstomo del Espíritu Santo, Fray Marcelo de la Madre de Dios, Fray Gregorio del Purísimo Corazón de María, Fra. Sabino de la Natividad, Fray Antonio de Jesús, Fray Juan de la Concepción, el lego, Fray Francisco de la Virgen, el lego, y Ezequiel y Mariano como donados.
EL Padre Fray JUAN DE SANTA TERESA
Este sacerdote nacido en 1818 en Sasserra (Barcelona) merece particular mención por su amor a la Orden y sus sacrificios en los trabajos ministeriales. Lanzado de un convento por los gobiernos liberales pasó al sur de Francia, donde ejerció el ministerio sacerdotal en distintos pueblos y restaurada la Orden de los primeros en llegar a Alcázar de San Juan. Acordada la fundación de Villanueva del Arzobispo fue destinado a ella, renunciando por humildad al cargo de Presidente, con el que querían honrarle.
Aquí ejerció Fry Juan su ministerio, especialmente entre los habitantes de la Serranía, teniendo que sufrir grandes penalidades, debido a su avanzada edad.
Solía estar misionando largo tiempo y volvía al convento muy cansado. Por su abnegado trabajo fue reconocido como, “el apóstol de la sierra”. En sus últimos años fue trasladado a Alcázar donde murió en 1889.