POR SANTOS BENÍTEZ FLORIANO, CRONISTA OFICIAL DE CÁCERES
Ermita cacereña dedicada al santo de origen portugués San Antonio de Padua. Es una de las veinticuatro ermitas que existían en la villa de Cáceres en el siglo XVI. Se la conoce como ermita de San Antonio de Padua, de San Antonio del Barrio o de San Antonio de la Quebrada, por lo angosto y accidentado del terreno.
Está ubicada en el Barrio de San Antonio, también conocido como la Judería Vieja, dentro del recinto monumental cacereño. Sus muros están adosados a la muralla almohade.
El origen de esta ermita se encuentra en los años finales del siglo XV cuando el terreno donde estaba ubicada la antigua sinagoga judía fue comprado por la familia Golfín; siendo Alonso Golfín (“Alfonso Holguín” en el documento) quien construyó en aquella tierra una ermita dedicada a San Antonio.
Pidió licencia al Obispo de Coria, D. Íñigo Manrique, para convertir su casa en Iglesia de San Antonio de que carecía el pueblo y se la concedió a través de una carta firmada en Dueñas, Diócesis de Plasencia, el 22 de septiembre de 1470. Poseemos una copia del documento que así lo atestigua, existente en el Archivo Diocesano de la Diócesis de Coria-Cáceres. Asímismo, se fundó una Cofradía dedicada a San Antonio.
La ermita es un pequeño edificio construido de mampostería, teniendo en la actualidad una nave principal, cabecera apenas perceptible, un coro, una sacristía y un museo dedicado al Santo. En la parte de abajo encontramos una serie de habitaciones adosadas a la muralla y un pequeño patio interior donde apreciamos unas espectaculares vistas de la Ribera del Marco.
El estilo de la ermita responde a la arquitectura popular de la época en consonancia con las fachadas de las viviendas de la judería.
A lo largo del siglo XX y comienzos del XXI la familia Floriano se ha encargado de todo lo relacionado con el culto a San Antonio, la organización de la Novena, Fiesta y Procesión, la conservación de la ermita y el reparto de las limosnas entre las instituciones caritativas de Cáceres y su provincia, como Cáritas, Proyecto Hombre, ACISJF, Hijas de la Caridad, Congregación Esclavos de María, Asociación Vicenciana, Casa Familiar Virgen de la Montaña, etc.
Junto a la ermita vive Visi, conocida como la Santera de San Antonio, que se encarga del mantenimiento y cuidados de la ermita. La decoración floral de la Novena y de la Procesión, año tras año, es realizada por el estilista cacereño Sergio Bejarano. Todos los martes del año a las 17.30 horas se celebra una Santa Misa que es oficiada por los Frailes Franciscanos de Cáceres.
La devoción al Santo se incrementa en la Novena que tiene lugar en el mes de Junio y que precede a la Fiesta Mayor de San Antonio que es el día 13 de Junio, en pocos días. Ese día se celebra una “Misa Mayor” a las 11 horas y se vende el pan de San Antonio; y, por la tarde, a partir de las 19.30 horas sale en procesión la Imagen (este año con nuevas andas de aluminio más ligeras para que las puedan cargar todos los devotos/as), que bellamente engalanada con lirios, azucenas, rosas y todo tipo de flores es conducida por las callejuelas de la judería hasta la Plaza de San Mateo, donde se oficia una misa en honor del Santo. Finalizada la ceremonia, la Imagen retorna a la ermita.
Durante la procesión con una charanga se entona la canción de “Los Pajaritos”, coplas relativas a los milagros del Santo en su infancia. Pone broche final a la fiesta el acto conocido como “besacordón”.
San Antonio del Barrio sigue siendo uno de los santos más populares y queridos en Cáceres, sus devotos proceden de los diferentes barrios cacereños y no sólo de la Judería.
En Cáceres también existió una asociación caritativa denominada “Pía Unión de San Antonio” (1900), con la misión caritativa que transmitió San Antonio en sus predicaciones.
El esfuerzo de los cacereños y de la Asociación de Vecinos de la Ciudad Monumental de Cáceres, ha hecho posible la revitalización de la devoción al Santo y ha conseguido que la juventud colabore y que no permanezcan en el olvido las fiestas y tradiciones cacereñas tan típicas como la de San Antonio del Barrio.
FUENTE: EL CRONISTA