POR JUAN PEDRO RECIO CUESTA, CRONISTA OFICIAL DE TORNAVACAS (CÁCERES)
El Valle del Jerte es una de las zonas de España donde más llueve. Y así lo indican los datos de precipitación que, en forma de lluvia, se registran anualmente. Nuestras condiciones orográficas (valle flanqueado por elevadas montañas), el impacto de las borrascas, principalmente procedentes del Atlántico, más los vientos ábregos, hacen que, cada año, se recojan elevadas cantidades de precipitación que se reparten a lo largo de las tres estaciones más lluviosas: primavera, otoño e invierno.
Es una precipitación que, en la mayor parte de los casos, se produce de forma «suave» y escalonada, con lo que no es demasiado frecuente que ocurran inundaciones ni esta ocasione daños materiales considerables, pero sí hay riesgos y esta produce daños cuando se concentra en poco tiempo y cae de manera abundante. Las inundaciones, cuando se producen, son más habituales en las zonas más llanas del valle por el caudal que adquiere el río Jerte, alimentado, en su curso medio, por decenas de arroyos y gargantas que en él confluyen -muchas de ellas nacen en la zona más elevada de las montañas, que es donde más precipitación cae-. Pero además, en estos episodios de lluvias intensas también hay riesgos -especialmente en las zonas en donde hay una pronunciada pendiente-, por la velocidad a la que el agua baja río y gargantas abajo y por los desprendimientos o «reventones» que se pueden producir, en los que el agua arrastra multitud de materiales (piedras, troncos…), sobre todo en los terrenos con más desnivel. Así sucedió en diciembre de 2019 en el paraje de Becedas (término de Tornavacas) a causa de las intensas lluvias que, en pocas horas, cayeron en la sierra.
Aunque en nuestra zona, afortunadamente, no tenemos que lamentar frecuentemente, año sí, año también, daños e inundaciones por las crecidas del río -a excepción de lo que sí ocurre, en ocasiones, en las zonas más llanas y bajas donde este ya sí, como decíamos, lleva más caudal-, sí se han registrado sucesos trágicos que están directamente relacionados con los temporales de lluvias que suelen producirse en nuestra comarca. En nuestra memoria más reciente, basta citar el impacto de la borrasca Elsa en diciembre de 2019 o de Bárbara en octubre de 2020. La primera provocó inundaciones e importantes daños materiales en Navaconcejo a causa del desbordamiento del río y llegó a saltar el puente de «las Monjas» de Cabezuela, llevándose sus barandillas. Pero mayor impacto tuvo aún el temporal de lluvias de diciembre de 1995, en el que hubo que lamentar, incluso, pérdidas humanas.
Y es que, cuando la lluvia ha caído con virulencia, se ha concentrado en poco tiempo y, generalmente, ha ido acompañada por fuertes vientos, sí han sido frecuentes los daños producidos por ella, no tanto por el desbordamiento del río, sino por los daños ocasionados en viviendas y otros elementos materiales. Veamos algunos ejemplos: en el siglo XIX, en el año de 1876, se registró un importante temporal de lluvias en diciembre, que provocó inundaciones y daños, especialmente, en Cabezuela, Jerte y Tornavacas. Ya en las primeras décadas del siglo XX, destacar el temporal de lluvias y de nieve de 1916, también en diciembre, que afectó especialmente a Tornavacas, en donde se derrumbaron diez casas y otras tantas sufrieron importantes daños, valorados en «60.000 duros».
En siglos pasados, las viviendas sufrían especialmente el azote de estos temporales, al tener prácticamente todas ellas el tejado a tejavana (principalmente para facilitar la salida de los humos de las cocinas que, usualmente, se situaban en los desvanes de las casas) y por las características de los materiales de las que estaban hechas (adobe, en su mayoría), que se reblandecían al recibir tanta cantidad de agua. En los casos en los que era mucha la cantidad de nieve que caía, producía el hundimiento del tejado al concentrarse en él un gran peso que no podían soportar las vigas y tablas de madera que sujetaban a las tejas.
Pero en la entrada de hoy, por los importantes daños materiales que causó en la comarca -y de manera especial en los pueblos de Jerte y Tornavacas-, vamos a detenernos en el temporal de lluvias que se registró en los últimos días de diciembre de 1935. Este temporal, que duró varias jornadas y que es recordado por nuestros paisanos de mayor edad como el temporal de lluvias «que se llevó los puentes» (a continuación desvelaremos el por qué), también afectó a gran parte de la Península (crecida histórica del río Tormes en Salamanca, inundaciones en Badajoz…). En nuestra comarca, causó importantes daños y, como decíamos, especialmente en los términos de Jerte y Tornavacas. Si atendemos a las crónicas que aparecieron en aquellos momentos, resulta bien ilustrativa la publicada con fecha de 29 de diciembre de 1935 en El Debate, en la que se señalaba que:
A consecuencia del temporal de estos últimos días, los daños son de bastante consideración. La cosecha de aceituna puede considerarse perdida por completo. Los árboles frutales han sido arrancados. Especialmente los olivos […]
Comunican de Jerte que el puente situado en la carretera de Plasencia a Barco de Ávila, en el kilómetro 36 […], ha quedado totalmente destruido en el sitio denominado Buitres. Otro puente situado en la misma carretera [refiriéndose al de la Garganta de los Papúos], a extramuros del pueblo, ha quedado muy deteriorado, aunque no ha llegado a caer. Se ha colocado vigilancia constante para evitar que pasen los transeúntes y puedan ocasionarse desgracias.
Durante la noche del 26 el temporal de agua y viento alcanzó tal violencia, que un puente situado en el kilómetro 43 [refiriéndose al de la Garganta de Becedas] quedó a punto de derrumbarse. A través de él y con enormes precauciones, se traslada el pan al vecino pueblo de Tornavacas, que hubiera quedado incomunicado y sin posible abastecimiento de producirse el derrumbamiento. En la garganta denominada Papúos el agua ha arrancado los tubos de hierro de la conducción de la luz y el pueblo ha quedado a oscuras. Han llegado peritos a fin de proceder a reparar estas averías, pero se cree que tardarán al menos diez o doce días. Se cuenta con un repuesto de víveres por si el pueblo quedara aislado por el temporal.
En Tornavacas el temporal, en la noche del 26, produjo grandes daños en las fincas rústicas y urbanas y en la ganadería, que se elevan a más de 200.000 pesetas. Fueron derribadas varias casas, y los cascotes y ruinas interrumpen los caminos. Los puentes y alcantarillas de Plasencia a Barco de Ávila han quedado derruidos o sufren graves daños. El vecindario teme que se produzcan daños más graves si persiste el temporal. Las autoridades han adoptado las necesarias precauciones. Fuerzas de la Guardia Civil prestan servicio día y noche para acudir donde fueran requeridas. Para este lugar ha salido el gobernador de la provincia y el jefe de Obras Públicas para conocer de cerca la magnitud de los daños.
Ya una vez pasado el temporal, se realizaba una primera valoración de los daños causados, siendo estos notables, sobre todo en las infraestructuras relacionadas con la carretera. Un balance general de sus consecuencias, que se publicaba en los primeros días de enero de 1936, decía así:
Parece que ya se ha levantado el temporal de aguas que durante tantos días ha castigado [a] esta región, ocasionando grandes daños y serias inquietudes.
La carretera del Valle, o sea la de Plasencia a Barco de Ávila, ha quedado cortada entre Cabezuela y Jerte, y entre este pueblo y Tornavacas, por destrucción de tres puentes. Jerte está, pues, incomunicado por carretera con Plasencia y con el Barco. Las autoridades provinciales, que han visto personalmente la magnitud de los daños, se esforzarán en que queden reparados con la posible urgencia
Tal y como nos indica esta crónica publicada en el Adelanto. Diario político de Salamanca el 5 de enero de 1936, tres puentes que habían sido construidos décadas atrás en la carretera de Plasencia a Barco de Ávila, sufrieron los efectos de las intensas lluvias de estos días (el de la Garganta de los Buitres, el de la Garganta de los Papúos y el de la Garganta de Becedas), de ahí que este temporal esté aún presente en los recuerdos de nuestros paisanos más mayores como el que «se llevó los puentes».
Esta misma noticia en prensa hacía referencia también al desbordamiento del río Jerte en Plasencia. Y es que, la crecida del río también tuvo sus efectos en la ciudad vecina, pues el 25 de diciembre inundó totalmente la zona de las huertas que existían en la Isla (algo que no había visto el guarda de dichas huertas en los «cuarenta años que lleva en dicho cargo») provocando enormes pérdidas para los hortelanos que allí sembraban. También el temporal provocó pérdidas humanas en lugares cercanos, como en la comarca de La Vera, donde un vehículo fue arrastrado por el agua. En dicho vehículo, que fue extraído «de debajo de los bloques del puente donde quedó sepultado», iban cuatro pasajeros: el Alcalde de Villanueva de la Vera y su familia.
Además, también a inicios de 1936, desde el Ayuntamiento de Tornavacas (sesión celebrada el día 7 de enero de 1936), se solicitaba ayuda económica a otras instituciones superiores (Gobierno Civil y Diputación Provincial) para hacer frente a los daños provocados por el temporal, los cuales se elevaban «a bastante más de ciento cuarenta mil pesetas». Y es que, este había causado importantes destrozos «en las propiedades particulares así como también [en] los caminos públicos y puentes que conducen a las mismas».
Como vemos, este temporal de lluvias dejó en mal estado importantes infraestructuras y viviendas de la comarca y, de manera especial, de ambos pueblos (Jerte y Tornavacas), con lo que agravó la delicada situación en la que, ya de por sí, vivían muchos de sus habitantes (falta de empleo para los jornaleros, escasos recursos…). Pocos meses después (julio de 1936), estalló la Guerra Civil, un acontecimiento que desgarró España y que trajo consigo el empeoramiento de las condiciones de vida de la inmensa mayoría de nuestros paisanos. Pero esa ya es otra historia de la que nos ocuparemos en próximas entradas.
FUENTE: https://senderosdelahistoria.blogspot.com/2024/12/historias-de-tornavacas-xxii-el.html