POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
La Academia de la Lengua, define al hito o mojón como: un montón de piedras, o poste de piedra u otro objeto que se clava en el suelo y sirve de señalización y delimitación de terrenos, así como indicación de direcciones, distancias o, sencillamente, un camino (en el interior de las huertas también se les denominan hitas).
Estas señalizaciones ya se hacían en el siglo XVI y, con posterioridad, en Ulea, se marcaban las delimitaciones con pinturas-generalmente blancas- o, con lazos bien trenzados.
Los Concejos, guardaban con celo los términos territoriales, evitando la ingerencia de los vecinos. Para dicha vigilancia, todos los años, en el mes de febrero se hacía visita a las hitas/hitos/mojones; ocasión que aprovechaban los concejales de Ulea en unión de los concejales de los pueblos colindantes para comprobar que no se habían movido, ni arrancadas, dichas señalizaciones. Cuando se habían cerciorado de que todo estaba en orden- o se habían reparado los desperfectos- lo aprovechaban para hacer una merienda de confraternidad.
En la historia de Ulea han tenido gran importancia y transcendencia los mojones de:
El Puerto de La Losilla, que marca los límites con Blanca. En el Salto de la Novia, que delimita con Ojós. Una pintura blanca en el centro de la barandilla del puente que marca los límites entre Ulea y Villanueva, colocada en el año 1925, inaugurada por en Alcalde de Ulea D. José Ríos Torrecillas y bendecido por el Cura Propio de Ulea D. Juan de Dios Zagalé Fernández. En el Puente del Parque, que sirve de límite con Archena. En la parte norte del Aeródromo de Campotéjar, que sirve de límite con Molina y Archena Una hita que delimita la finca El Zapatico. Un mojón que delimita la finca de “Los Pelegrines”.
Un mojón en la vaguada del paraje de “La Capellanía” que marca el punto kilométrico “O” de Ulea. Dicho hito, tras haber sido aprobado por la Corporación Municipal en sesión extraordinaria el día 31 de marzo de 1914, fue colocado el día 7 de abril del año 1914 e inaugurado por el Alcalde D. Francisco Tomás Ayala y bendecido por el cura Propio Juan Antonio Cerezo Ortín, ante el alborozo de todo el vecindario.
Como es lógico, en las huertas de Ulea, existían “hitas” (unas piedras de color blanco bien visibles) que indicaban los límites de sus fincas.
Entre los vecinos de Ulea, a lo largo de la historia, ha habido importantes litigios por haber desubicado los mojones con ánimo de apropiarse de terrenos ajenos.
Alguno de estos litigios, ocasionaron serias reyertas- incluso familiares- que produjeron lesiones de importancia y, dos muertes que hayan sido documentadas; una en el siglo XVII y otra en el siglo XX. Ante la gravedad de ambos casos, la justicia local y regional, no eran competentes, teniendo que pasar por la Chancillería de Granada e, incluso, ante el tribunal de la Corte.