EL CRONISTA OFICIAL DE SANTA BRÍGIDA, PEDRO SOCORRO, PARTICIPÓ EN EL HOMENAJE JUNTO A SU HOMÓLOGO DE GRAN CANARIA Y LA CAPITAL, JUAN JOSÉ LAFORET
Una representación civil y militar homenajeó ayer en Santa rígida a los sesenta grancanarios caídos en 1599 en la famosa batalla de El Batán, en la que un grupo reducido de soldados, milicianos y paisanos, comandados por Alonso Alvarado, repelió el ataque de las tropas holandesas del almirante Pieter van der Does, que dirigía 74 navíos, 150 lanchas y más de 6.000 hombres. La alcaldesa de Santa Brígida y la delegada del Gobierno asistieron al homenaje.
Durante dos semanas interminables de junio y julio del último año del siglo XVI, la villa satauteña fue la capital de la isla ya que los mandos civiles y militares se tuvieron que trasladar tras el comienzo de la invasión holandesa.
Una delegación del regimiento de infantería Canarias 50 ‘El de El Batán’ se acercó por ello ayer a Santa Brígida para homenajear «a los que valientemente dieron la vida por la patria», en palabras de José Manuel Orban Rodríguez, teniente coronel jefe de la plana mayor del Regimiento Canarias-50 ‘El del Batán’.
La alcaldesa de Santa Brígida, Beatriz Sosa, agradeció «la dedicación y entrega de la guarnición de El Batán. Es hora de traer el pasado al presente para recordar la gesta del capitán Alonso Alvarado y Ulloa en el 415 aniversario de la honrosa contienda, donde quedó herido de muerte y fue trasladado a Santa Brígida a la casa del alcalde pedáneo, Andrés de la Nuez».
Beatriz Santana destacó la importancia de este hecho histórico, «no en vano, en el escudo de la Villa de Santa Brígida se puede leer la leyenda ‘Por España y por la fe, vencimos al Holandés'», señaló.
«Por ese motivo tomó el mando su lugarteniente, Antonio Pamochamoso, quien, con militares, milicianos y vecinos del lugar, vencen a los invasores holandeses y los expulsan por el mar», rememoró el cronista oficial de Santa Brígida, Pedro Socorro, que participó en el homenaje de ayer en la villa junto a su homólogo de Gran Canaria y la capital, Juan José Laforet, y el presidente de la Mesa de El Batán, Jacobo González, que considera que fue la mayor gesta de armas de la historia de Canarias, «a pesar de que en Tenerife dicen que fue la derrota de Nelson en Santa Cruz». Murieron 1.500 holandeses por tan solo 60 isleños.
Socorro, tras la derrota de Van der Does en el Monte Lentiscal, entiende que «la Cruz del Inglés debería llamarse la Cruz del Holandés. Al internarse los holandeses entre los lentiscos, atorados por el desconocimiento del terreno y de la real fuerza isleña y agotados por el fuerte calor, un grupo de milicianos canarios los atacaron de tal manera que los soldados retrocedieron y huyeron por el pánico».
Laforet explicó que en la catedral se celebró un tedeum «en recuerdo de los fallecidos en la defensa de Gran Canaria tanto en el desembarco de Van der Does, el 26 de junio, como en la propia batalla del Batán, la gesta que fue una guerra de guerrillas, no una batalla de orden abierto. Se hizo en recuerdo de los que están enterrados allí, aunque no todos lo están. Alonso Alvarado sí está enterrado en la catedral y el tedeum se hizo delante de la tumba de Bartolomé Cairasco de Figueroa, que también fue protagonista de aquellos acontecimientos porque fue el que bajó desde Santa Brígida a negociar con el propio Van der Does, que vivía en la casa de Cairasco de Figueroa. Como no se sabe cuál es la tumba exacta de Alvarado y los otros, que están en fosas comunes, se hace el acto en la capilla de Santa Catalina, que es donde está enterrado Cairasco. Es muy simbólico porque es el primer gran poeta de Canarias, que dijo que la batalla de El Batán había sido la victoria vencida porque si bien la victoria inicial fue de Van der Does, al final cambiaron las tornas». En la plaza de la Iglesia de Santa Brígida se desarrolló a mediodía de ayer un desfile de las banderas del Real de Las Palmas de Gran Canaria y de los municipios que sufrieron bajas en las compañías de milicias durante la contienda. Estos actuales municipios eran en aquella época parroquias o pagos del Real de Las Palmas. Por eso desfilaron las banderas de la Ciudad de Telde, la Villa de Agüimes, la Ciudad de Arucas; la Real Ciudad de Gáldar, la Villa Mariana de Teror, la Vega de San Mateo y la Villa de Santa Brígida, además del Guion del Regimiento Canarias-50 ‘El de El Batán’ y la bandera de la Villa de Valverde de Mérida (Badajoz), localidad donde nacieron Alonso Alvarado y Antonio Pamochamoso.
A continuación se leyeron los nombres de los sesenta militares, milicianos y naturales del lugar fallecidos en la contienda, junto a la bandera de su ciudad o localidad. En la plaza de la iglesia de Santa Brígida hay una placa con todos los nombres.
Seguidamente José Manuel Orban Rodríguez, teniente coronel jefe de la plana mayor del Regimiento Canarias-50 ‘El de El Batán’, ofreció una breve semblanza de esta efeméride histórica. El general José Alberto Ruiz de Oña entregó a la alcaldesa un cuadro y una breve semblanza histórica de Alonso Alvarado y Ulloa, destinados al Centro de Historia y Cultura Militar de Canarias.
Fuente: http://www.laprovincia.es/ – Cristóbal D. Peñate