POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRÉS-ARRIONDAS (ASTURIAS)
«Es muy grato para este cronista del concejo de Parres poner voz a los vecinos de Llerandi a petición suya -así como a muchos otros vecinos y amigos de diferentes pueblos y localidades- en estas tierras altas del concejo de Parres que hoy desean homenajear y festejar a uno de sus convecinos más apreciados y queridos: José Ángel Gala Escobio.
Se han fijado en él hace mucho tiempo porque pertenece a esas personas que poseen el espíritu de servicio que no es un concepto abstracto, sino la mejor demostración del interés y la responsabilidad que cada uno deberíamos tener y manifestar.
A veces -como hoy- es necesario poner de manifiesto cuánto hay de positivo en las actuaciones de los otros, dispuestos a aportar a la sociedad nuevas realidades de vida que la mejoren.
Cuando -con 18 años- José Ángel llegó desde Oviedo a Llerandi no pocos se preguntaban ¿quién ye esti rapaz?… “Jose el de Marta”, respondían otros.
Aquella Marta -realmente Martina- le había dado una educación en la capital que él considera la mejor que podía haber recibido de su amadísima madre, la que se empeñó para que creciese en bondad, en respeto a la naturaleza y al medio rural, en resumen: en ser un hombre de bien.
Fue ella la que -sobre todo- le inculcó que nada hay comparable a la sencillez, y que lo más sencillo suele ser lo más difícil porque exige tiempo para estar de vuelta de otras complicaciones.
La gran prueba de la calidad de una persona está en lo que es, lo que piensa, lo que capta, sueña o crea su mente, especialmente cuando está solo, lejos del ruido, y para eso acompaña mucho el lugar donde decides residir, como es el caso que nos ocupa, porque “Jose” (como le llamáis) eligió finalmente para vivir este pueblo de Llerandi, pudiendo hacerlo en Arriondas -por ejemplo- donde desarrolla su valorado trabajo en la residencia de los mayores de la localidad.
Así aprendió la labor que antes ejercían los que llamaban “hombres buenos”, mediadores entre vecinos para arreglar, reconciliar, moderar, templar, corregir, restaurar, restablecer relaciones, malentendidos, disensiones varias entre vecinos o miembros de algunas familias.
José Ángel está curtido en muchos temas y cuestiones, siempre dispuesto a poner gestos de generosidad para compensar o equilibrar las posibles tendencias egoístas que muchas veces se hacen patentes en algunas personas.
Él sabe bien que en este mundo cada uno tiene asignado uno o varios papeles -al modo de una obra teatral- y podremos aceptarlos o no, porque somos libres, pero si lo hacemos debemos entregarnos a desarrollarlo lo mejor y más intensamente posible.
Nadie conoce lo que pasará mañana, pero saber adaptarse a las circunstancias es primordial, como “Jose” ha sabido hacer acomodándose a sus peculiares situaciones familiares, manejándolas con un caudal de capacidad en su actitud y personalidad fielmente positivas, convencido siempre de que esforzarse en conseguir el bien sin regatear solo le aportaría bienestar, primero a los que le rodean y -después- a él mismo.
Conoce y practica José Ángel sus deberes y los cumple según una responsabilidad que mana de su propia persona; a eso llamamos rectitud en el que debiera ser nuestro papel de hombres y de mujeres que debemos pensar y actuar en ayudar de los demás, aportando cada uno su granito de arena, como suele decirse. Así se cambia la sociedad y el mundo.
Estimado José Ángel:
Te homenajean hoy tus vecinos y amigos -así como todos los que te conocemos y apreciamos- por ser un hombre recto y leal, noble y generoso en tus demostradas acciones guiadas por el respeto a ti mismo y a los demás.
Cuando el pasado día 24 de junio presentaste la fuente de Solería -tan cercana a este lugar- al concurso de enrame de fuentes de nuestro concejo, el jurado que cada año presido quedó asombrado de que una fuente y lavadero que habían desaparecido hace años de la vista de los vecinos, hubiesen emergido de nuevo de entre toneladas de tierra, todo ello gracias a tu callada labor durante largos meses.
Demostraste así que combatir contra el olvido de la cultura tradicional es un deber, tanto en éste como en tantos otros lugares donde se alimentó y creció el frondoso árbol de vidas e historias humanas que debieron superar adversidades sociales, físicas, económicas, culturales y muchas otras.
Cuando el ya próximo mes de noviembre recojas el primer premio de este concurso de enrame de fuentes apreciarás -como hoy mismo- el reconocimiento y el apoyo de los que eres merecedor.
Orgullosa está tu familia -como es el caso concreto de tu querida hermana Azucena, aquí presente-, y de entre todos los que te precedieron en la vida y ya no están entre nosotros destacamos a tu madre Martina Escobio Longo, la cual sonríe feliz desde alguna dimensión aún desconocida para nosotros, como lo hace cada vez que te contempla mimando el cementerio de este pueblo y parroquia de San Cosme de Llerandi en el que reposan sus restos, un camposanto que parece un jardín, un lugar en el que nunca faltan flores, cualquiera que sea la época en la que se visite.
En esta jornada en la que celebramos a vuestros patronos Cosme y Damián, hasta las famosas campanas que acoge esta iglesia y que van a celebrar pronto cuatro siglos de vida contemplando estos montes, praderías, cosechas y ganaderías, parece que les apetece voltear a rebato, y no para prevenir a los vecinos de que la peste, una invasión, la guerra u otra calamidad pública están próximas, sino para apoyar y hacer saber que el buen hacer de un vecino -como ha habido tantos otros a lo largo de los siglos- se honra de forma pública.
En esta vieja tierra de agricultores, ganaderos, mineros y emigrantes, tus vecinos y amigos vienen a decirte hoy con sus palabras, gestos y obsequios que han creado en torno a tu persona una especie de nimbo de reconocimiento (voto de gracias llamaban antes) que -partiendo del presente- camina hacia el futuro a modo de estímulo para que prosigas en tus buenas y altruistas labores.
Reconocer y premiar no indican que se cierra un ciclo, sino que las consideramos como un estímulo para que prosigas en tus aplaudidas dedicaciones.
Gracias especialísimas a quien puso en marcha esta iniciativa: Yolanda Sierra Elvira, y a Jorge Fernández quien -con ella- manejó tantos hilos para hablar con los vecinos para que todo el homenaje llegase a buen término.
Un fuerte aplauso para los dos.
Y ahora queremos que te quede para siempre un recuerdo material de esta jornada en forma de varios obsequios que costearon de su bolsillo tantos que te aprecian de ésta y de otras localidades, a saber:
-Una placa conmemorativa de este homenaje que te entrega Yolanda Sierra, “alma” de este acto.
-Un magnífico reloj que te acompañará en tus horas de trabajo y dedicaciones varias, que te entrega Jorge Fernández Longo.
-Para que reposen libros y lecturas a las que eres tan aficionado, además del ingente trabajo que sabemos estás haciendo al recoger la memoria viva de tantos vecinos, un atril para ti que te entrego yo mismo.
-Y… para que no solo admires estas tierras desde el suelo, sino que puedas hacerlo desde las alturas, todos te obsequian con un moderno dron del que te hace entrega tu buen amigo Emilio Toraño Longo.
¡Azucena! Para ti tienen un ramo de flores que te va a entregar Elena Longo Caspio, pasa a recogerlo.
José Ángel:
Eres joven, te queda mucho por hacer. Gracias infinitas en el nombre de tantos vecinos y amigos que te aprecian y te quieren.
Y así cerramos el acto definitivamente con el aplauso general que bien te mereces».