POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Un escocés fallece por inhalar hongos criados en su gaita; dicen que los inhaló, pero más bien sería que los chupó. El mecanismo de este instrumento me dice que el gaitero introduce el aire de sus pulmones por el soplete y nunca inhala, inhalan los buzos; el aire de sus pulmones almacena en el fuelle y sale melodioso y abemolado por el puntero y sus furacos y por el roncón. Si un gaitero se contagiase de hongos sería por chupar las babas de la boquilla y del salivero, si no se limpian, que ya hay que ser gocho. Otra cosa sean los hongos que a lo largo de los años se acumulen en el fuelle de la gaita y se expulsen a la atmósfera por los tubos de escape. A la vista de los hechos, convendría crear una ITG, una Inspección Técnica de Gaitas, capaz de revisar periódicamente esta especie de cornamusas para asegurarse de que al requintar un Xiringüelu no contamine la romería.
Fuente: http://www.lne.es/