POR SANTOS BENÍTEZ FLORIANO, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE CÁCERES.
Junto a la desaparecida Puerta de Mérida, muy cerca del adarve del Padre Rosalío, intramuros de la Ciudad Monumental de Cáceres nos encontramos con el Hospital de los Caballeros (Peregrinos), mandado edificar por disposición testamentaria de Diego García de Ulloa “El Rico” el día 27 de julio de 1486 para que fuera usado como hospital para que se curaran de las heridas todos los caballeros que peregrinaban a Santiago de Compostela por la Vía de la Plata a honrar la tumba del Apóstol, que predicó en España, y que regresaban en malas condiciones de salud, así como hospital para peregrinos y pobres.
Diego era uno de los nobles con más dinero en el siglo XV cacereño y a él le debemos grandes obras en la Villa, siendo además el responsable del asentamiento de los franciscanos en Cáceres. Fue el regidor más antiguo del Concejo, ayudando a la Reina Isabel la Católica cuando vino a Cáceres en el año 1477 a pacificar la Villa de las luchas nobiliarias de los distintos bandos y a organizar el Ayuntamiento.
El edificio funcionó poco tiempo como Hospital de Caballeros, por lo que a lo largo de su dilatada historia se utilizó como hospicio, centro de transeúntes, algunos que venían peregrinando por la Vía de la Plata camino de Santiago de Compostela, albergue de sacerdotes y estudiantes, etc. hasta transformarse en vivienda particular. En ella vivió el gran jurista y escritor Diego María Crehuet, por lo que se la conocía como la “Casa de los Crehuet”.
Es una casa con un bello rincón en ángulo que impresiona a todos los que la ven pero no por su soberbia construcción sino sobre todo por la ornamentación vegetal que la decora con plantas y flores muy bellas. Su estilo es gótico alternándose en su construcción la mampostería y la sillería. Presenta una portada adintelada sujeta sobre modillones y encima el escudo de la familia Ulloa (Escudo ajedrezado de quince piezas,ocho de oro y siete de gules -rojo vivo-, cargadas estas de tres fajas de plata cada una), bajo una cruz en esgrafiado situada entre dos vanos.
En la otra pared que forma ángulo con la fachada podemos apreciar una bellísima ventana tardogótica con arco conopial con maneras aquiladas. Repartidos por todas las fachadas encontramos ventanas de diversos estilos con bellas rejerías muy sencillas destacando la ausencia de complementos arquitectónicos.
Ha sido vendida hace pocos meses y los actuales propietarios van a realizar una reforma interior importante para mantener la vivienda en las mejores condiciones posibles y puedan los turistas seguir disfrutando de una de las casas más bonitas de nuestra Ciudad Monumental.
FUENTE: CRONSITA