POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Así, en sus comienzos selecciono “Elegía” que compuso el 10/enero/1936 el poeta oriolano Miguel Hernández. (En Orihuela, su pueblo y el mío, se nos ha muerto como del rayo Ramón Sijé con quien tanto quería)… Volverás a mi huerto y a mi higuera/por los altos andamios de las flores/pajareará tu alma colmenera/de angelicales ceras y labores/Volverás al arrullo de las rejas/de los enamorados labradores/Alegrarás la sombra de mis cejas/y tu sangre se irá a cada lado/disputando tu novia y las abejas/Tu corazón, ya terciopelo ajado/llama a un campo de almendras espumosas/mi avariciosa voz de enamorado/A las aladas almas de las rosas/del almendro de nata te requiero/que tenemos que hablar de muchas cosas/compañero del alma, compañero.
“Elegía” es un poema que pertenece al libro “El rayo que no cesa” (1936). Este poema fue dedicado a la memoria de su “compañero del alma”, José Ramón Marín Gutiérrez, conocido con el seudónimo de “Ramón Sijé”. Ambos nacieron en Orihuela y entablaron amistad desde pequeños. Ramón Sijé acompañó a Miguel Hernández en sus primeras publicaciones, emprendiendo juntos la aventura literaria. La noticia de su inesperada muerte (de una septicemia fulminante, tras una infección intestinal, a la edad de 22 años) en la nochebuena de 1935, significó un duro golpe para el poeta, que le rindió desde este poema un último homenaje.
Las fotografías de los andamios de las flores están tomadas en un campo cercano a la localidad de Barbaño, propiedad de unos amigos.