POR ÁNGEL DEL RÍO, CRONISTA OFICIAL DE MADRID
Parece inevitable que con las huelgas lleguen a casa por Navidad. Son ya un clásico de estas fechas, y su cita coincide con la del turrón, el mazapán, el besugo congelado y las últimas participaciones de la Lotería. Sin huelgas, no se respira ambiente navideño. Los soniquetes reivindicativos de los huelguistas, son como los villancicos: conocidos y machacones, y les cantan las cuarenta a las patronales, como quien canta la Marimorena.
Huelgas en los autobuses de la EMT y en el SAMUR Social, ambos dependientes del Ayuntamiento de Madrid, de cuyo gobierno se ha ido la izquierda radical y han vuelto las movilizaciones. ¿Tiene algo que ver lo uno con lo otro? Los del SAMUR reclaman un servicio de más calidad; los de la EMT, aumento de la plantilla y mejoras en el servicio. Es sospechoso que, de pronto, les haya entrado esa angustia por mejorar las prestaciones a los ciudadanos. ¿Significa que con el gobierno de Podemos no existía esta necesidad, y ahora, con el de PP-Ciudadanos, todo se ha deteriorado en cuatro días?
Es sospechoso cómo se desatan los ánimos reivindicativos en función de quién sea la parte contratante. Me parece que a estas huelgas se las ve el plumero. El caso es que los sufridores son los mismos de siempre: los usuarios de ambos servicios, en unas fechas en las que algunos se empeñan en hacerles la pascua. ¡Ah!, y ya verán cómo los próximos en convocar movilizaciones serán los manteros.
Fuente: https://www.madridiario.es/