POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
De Oviedo salí en un híbrido, silencioso y casi gratis; en el Aladino de Teverga, café con leche, tortilla y aseo, 2,20 euros; seguí al Puerto Ventana, arriba calcé las raquetas y caminé al norte hasta La Expriecha; giré al sureste, por la Cuesta Agria, Cueñas Albas, hollé la blanca y virginal Vega Socellares y ascendí por la nieve dura y el duro desnivel hasta el Huerto del Diablo Norte (Pico Socellares), balcón asombroso desde donde, con buena visibilidad y buena cobertura, podría verse Casablanca, Chinatown… En dirección oeste, con cuidadín y a veces con el culín, bajé al collado Canales, subí al Busbudín y, por el canto, descendí hacia el Peñón de Ventana, lo rodeé, cerré el circuito en la AS-228, me monté en el híbrido y conduje, ya sin raquetas, ahorrando gasolina y cargando batería, hasta Casa Manolo, en Páramo. Paté, pote, pitu, patatinos, borrachinos y dos besos a la cocinera, 9 euros. Sale más barato ir al Huerto del Diablo que trabajar.
Fuente: https://www.lne.es/