POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

Erase un rapacín de Pernús (Colunga), debilucho y caprichosín, al que su abuela cuidaba con especial esmero.

Como era mal comedor (cosa muy habitual en la «infancia consentida») la abuela insistía una y otra vez en la oferta de platos:

¿Tuéstote un huevu, fíu?

Tras enésimas preguntas sobre lo mismo, respondió el rapaz:

Bueno, tu tuéstalu; pero si EXPLOTA… ¡non lu quiero!

Tostar (freir) y «explotar» (estrellar).

He aquí el problema que intentaré solucionar a solicitud de mi amigo Luis Yagüe, quien ayer me pedía una explicación sobre el modo de freir huevos «como Dios manda».- Por cierto, tras una consulta «esquemática» a los textos bíblicos, tanto los veterotestamentarios como los neotestamentarios, no encontré cita alguna donde Yahvé explicite el método de esa fritura.
Vayamos a lo nuestro.

Aunque el diccionario RAE admite como análogas las expresiones «freir huevos» y «estrellar huevos», los «puristas del buen y bien cocinar» reconocen ciertas diferencias en ambos procesos.

Para el gran escritor de finales del siglo XIX don Ángel Muro, los HUEVOS FRITOS deben prepararse de este modo: Se separa la clara de la yema; aquella se bate ligeramente y con sumo cuidado se vierte sobre el aceite caliente en la sartén; al empezar a formar burbujas se coloca la yema en su centro y se prosigue la fritura hasta el punto deseado.

Como ven, es un proceso incómodo, engorroso y lento.

Respecto a los HUEVOS ESTRELLADOS, este es el texto del Sr.Muro: «Se casca un huevo y en seguida otro, y se zambullen en el aceite caliente, que recibe a la pareja con una algazara que recuerda las primeras notas del himno de Riego. Júntanse las yemas si son amigas, o huyen si están de morros, para cuajarse en las claras… A esto se llama «un par de huevos fritos» y, en efecto, dos huevos son y fritos están… Pero aquí trátase del precepto técnico aplicado a la práctica y no de lo que COMUNMENTE SE HACE».

Más aún, no faltan autores que identifican los huevos estrellados con los HUEVOS ROTOS, hoy tan de moda. Para hacerlos así fríen los huevos al modo tradicional y después los «estrellan» contra unas patatas fritas, ya dispuestas en el plato, para que con el golpe «rompan» las yemas y se «desparramen» sobre el conjunto.

¡Ah! A los huevos, cuando fríen, no se les echa sal. El comensal decidirá personalmente si debe salarlos o no, una vez servidos en su mesa.