POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
¡Por favor!, no se asusten del título pensando que esa expresión abarca dos adjetivos que definen a un grupo de personas.
No hay tal caso, pues dichos términos son : el primero, el nombre propio de una sociedad benéfica de Aller (Asturias) ; y el segundo, el nombre común de una dulcería muy popular.- Otra cosa es que Humanitarios y borrachinos coincidan mañana, festividad de San Martín de Tours, en tradicional celebración de «misa y mesa».
Empecemos por los HUMANITARIOS DE SAN MARTÍN.
Desde tiempo inmemorial los municipios asturianos de Lena y Aller se beneficiaban de los pastos comunales existentes en los montes próximos. Y aunque de vez en cuando surgían rencillas y líos, la cosa no iba «a mayores» merced al pacto de convivencia firmado por ambos municipios en el año 1829.
Bueno; no iban a mayores… hasta que fueron. Y es entonces, ya en los inicios del siglo XX (año de 1914), y para mantener la paz y la ayuda mutua, se funda en Moreda (Aller) la Sociedad de los Humanitarios de San Martín con el fin de «evitar días de luto».
Las cosas fueron a mejor, se superó el problema de los pastos, y la Sociedad orientó su actividad hacia el bienestar de la parroquia y la ayuda a los más necesitados.
Realmente es una Asociación Humanitaria.
Sigamos ahora con los BORRACHINOS.
Es esta una dulcería que podríamos calificar «de ámbito nacional», pues su presencia es notable en todas las regiones españolas. Es un postre , entendemos que de origen conventual, que surge como aprovechamiento del pan sobrante, ya asentado y duro.
Su elaboración es muy sencilla:
A.- En un cuenco grande se dispone el pan migado (sin corteza) y se humedece con leche, añadiendo después uno o dos huevos batidos y azúcar al gusto (más bien poco).
Se amasa bien hasta lograr una masa ligera y compacta.
B.- Se moldean «bolitas» con esta masa, con tamaño de una nuez grande, y fríen hasta dorar en aceite bien caliente.
Se llevan después a una cacerola.
C.- Se tendrá preparado de antemano un almíbar hecho con agua, vino blanco (mitad y mitad), azúcar, una rama de canela y piel de limón (que después se retiran), unos higos pasos y uvas pasas (opcional).
Con ese almíbar se cubren los borrachinos fritos y cuecen mansamente durante un buen tiempo para que impregnen bien de los sabores del vino y del almíbar.
D.- Se sirven templados bañados en su almíbar.