POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
El tren de Oviedo a Pravia corre el riesgo de quedar en vía muerta por falta de inversión, de gente, de velocidad e incluso de atención al paisaje, pues tampoco agradan al viajero las vegas y riberas abandonadas. No es una crítica a los empleados sino a las autoridades, negligentes y sin altas miras. Fue Renfe la compañía que inauguró este recorrido (llegó a Pravia en 1904), la que empezó con admirables máquinas de vapor, que metían la carbonilla en los ojos del pasajero, y hoy es Feve, que nació motorizada, la que cubre esta aventura. Una hora tarda el viajero desde la actual capital a la capital que fue; poco más en bicicleta. Es cierto que en el vagón podemos disfrutar de un buen libro (ya que no de un buen cigarro); en una hora da tiempo a leer “Humo”, de Faulkner, y al regreso “El capote”, de Gógol. Pero los relatos cortos (salvo las desastrosas letras de Bob Dylan) sí que están en vía muerta.
Fuente: http://www.lne.es/